lunes, 2 de mayo de 2016

Los salarios tienen que subir más


Los sueldos han empezado a subir, tras estar tres años congelados o bajando. Pero suben muy poco: un 0,74% en 2015. Y para 2016, se espera que suban poco más del 1%. Además, aumentan las diferencias entre el sueldo de la mayoría y los directivos, que ya ganan 104 veces más, lo que ha reducido la parte de los trabajadores en el reparto de la renta nacional. Y sobre todo, los sueldos españoles se alejan más de Europa: ganamos un 28% menos que un europeo y un 36% menos que un alemán. Y uno de cada tres trabajadores españoles son mileuristas. Un panorama injusto que además supone un obstáculo muy serio para la recuperación de la economía y el empleo: si no suben más los salarios, no crecerá lo suficiente el consumo y habrá menos crecimiento y empleo. No se puede competir tirando salarios, siendo la China de Europa. Las empresas que puedan, deben pagar mejor. Para así salir antes de la crisis.
 
enrique ortega


Los sueldos de los españoles subieron entre 2007 y 2009, como si no hubiera crisis y las empresas reaccionaron con despidos (3  millones). En 2010, los sindicatos pactaron moderación salarial y los sueldos apenas crecieron ese año y en 2011. En 2012 hubo otro pacto salarial y el Gobierno Rajoy aprobó unilateralmente una reforma laboral que forzó la caída y congelación de salarios, al menos hasta 2014, con una rebaja media de sueldos del 15%. Y en 2015, los sueldos empezaron a subir, aunque tímidamente: la subida media pactada en los convenios fue del  0,74%, según datos del Ministerio de Empleo. Un aumento que está por debajo del tope de subida del 1%, pactado en junio por sindicatos y patronal. Ahora, para 2016, el pacto fija una subida máxima del 1,5%, pero la propia patronal cree que la subida salarial de este año estará más cerca del 1% que del 1,5%. Y más con la economía creciendo menos.

Con todo, estas son las subidas en convenio, la mayoría para trabajadores con antigüedad y contratos estables. Pero una gran parte de los empleos creados en 2014, 2015 y 2016 son empleos precarios, temporales y por horas, con sueldos de entrada mucho más bajos y la mayoría al margen de los grandes convenios. Por eso, los expertos creen que el salario medio ha seguido cayendo en 2015 y seguirá cayendo hasta 2017.

No es sólo que los sueldos suban poco sino que suben menos que en Europa, con lo que aumenta la brecha con los salarios europeos. De hecho, España es el 7º país europeo donde menos subieron los salarios en 2015 (+0,3%), muy por debajo de la media europea (+2%) y de los países euro (+1,5%) y sólo por delante de Noruega (-5,1%), Chipre (-1%), Italia (-0,5%), Bélgica, Luxemburgo y Suecia (los tres, +0,1%), según los últimos datos de Eurostat. Con ello, los trabajadores españoles ganan una cuarta parte o menos que la mayoría de europeos. Así, el pago por hora trabajada fue de 15,8 euros en España (2015), frente a 19 euros en Europa (UE-28), 21,8 euros en la zona euro (UE-19), 20 en Italia, 22 en Reino Unido, 24 en Francia, 25 en Alemania y 35,6 euros por hora en Dinamarca. O sea, que ganamos un 28% menos que un trabajador de la zona euro, un 36% menos que un alemán y menos de la mitad que un danés. Y esa distancia salarial es hoy mayor que en 2008, que antes de la crisis.

Y no sólo eso. Las empresas españolas también tienen una mano de obra más barata que las demás empresas europeas, si a los sueldos anteriores sumamos el coste de cotizaciones e impuestos más otros cargos no salariales. Así, el coste por hora trabajada en España fue de 21,2 euros en 2015, por debajo de los 25 euros en Europa (UE-28), de los 29,5 euros en la zona euro (UE-19) o de los 32,2 euros por hora de costes laborales en Alemania, los 35,9 euros en Francia, los 28,1 de Italia, los 25,7 de Reino Unido o los 51,2 euros de Noruega. Así que nuestras empresas tienen “un colchón” de menos costes laborales para competir.

Entre tanta cifra, ¿qué sueldos tenemos en España? Pues la radiografía salarial del INE, con datos de la EPA 2015, es muy reveladora: el salario medio bruto (2014) era de 1.881,30 euros al mes. Y el sueldo más habitual, el que cobran más trabajadores, es de 1.602,5 euros el mes brutos (“limpios”, descontando cotizaciones y quitando efecto extras, se quedaría en unos 1.280 euros netos mensuales). Pero son sueldos medios. Las mujeres y los jóvenes ganan un 24% menos. Y lo mismo los que tienen contratos temporales (15.433 euros de sueldo frente a 24.333 euros los fijos)  o por horas. Y hay muchísimas desigualdades según el sector donde se trabaje (52.827 euros brutos anuales en las eléctricas frente a 13.851 euros en la hostelería), el puesto (51.594 los directivos frente a 15.240 una cuidadora), la nacionalidad (23.181 euros los españoles frente a 13.727 euros los emigrantes) o la zona donde se trabaje (26.915 euros de sueldo medio en el País Vasco frente a 19.129 en Extremadura).

Al final, el resultado es que un 30% de los trabajadores ganan menos de 1.221 euros brutos al mes, según las estadísticas del INE. Eso significa que casi un tercio de todos los trabajadores, unos 4,5 millones, son mileuristas: ganan menos de 1.000 euros netos al mes. Y hay otro 30% que gana más de 2.173,5 euros brutos al mes, casi el doble. Además, una buena parte de estos mileuristas son considerados “trabajadores pobres”, porque no llegan a ganar el 60% de la media de los españoles (961 euros brutos). Por ello, España tiene un 22,2% de trabajadores pobres, según datos de la OIT: serían 3.215.226 españoles que tienen trabajo pero a los que se considera “pobres”. Y tenemos el mayor porcentaje de trabajadores pobres de Europa, sólo detrás de Rumanía y Grecia.

No es solo que los salarios españoles sean bajos y en buena parte mileuristas. Es que además, con la crisis se han agravado las desigualdades de sueldos, porque han caído más o se han congelado los sueldos bajos, mientras crecían los altos. Así, entre 2009 y 2015, los sueldos de los empleados normales cayeron un 1,1% mientras los de los directivos subían un 6,8%, según un estudio de ICSA. Y siguen ganando 3,5 veces más. Pero la brecha salarial con los grandes ejecutivos de las empresas del IBEX se ha agravado mucho más: su sueldo creció un 80% en 2014 (último dato disponible) y su sueldo es ya 104 veces mayor que el de sus empleados, según un estudio de El País. Y en 2014 hubo 119 banqueros españoles que ganaron más de 1 millón de euros, según la autoridad bancaria europea (EBA). Eso sí, esa misma banca con sueldos millonarios acaba de  pactar con los sindicatos un contrato para los nuevos empleados de 18.000 euros brutos el primer año (1.000 euros netos al mes).

Este panorama de salarios muy bajos, estancados y desiguales choca con una realidad: la mayoría de las empresas españolas están mejor, venden más y tienen beneficios. Las empresas tocaron fondo en 2012, recuperaron ventas y beneficios en 2013 (aumentaron un 63,9%, según el Banco de España), en 2014 (las empresas cotizadas aumentaron sus beneficios un 64%) y también en 2015 la mayoría, aunque las pérdidas de algunas grandes (Repsol, FCC, Arcelor o Indra) hayan bajado los beneficios de las empresas del Ibex (-23,4%). Y la banca ha ganado un 5,6% más en 2015, mientras los 6 grandes bancos aumentaron sus beneficios un 7,3%. Todo ello se traduce en que los beneficios empresariales han aumentado su trozo de pastel en el reparto de la renta nacional, a costa de los salarios: si en 2008 se llevaban el 41,3%, en 2015 era ya el 42,2%, según el INE. Y los salarios han perdido: del 49,9% de la renta al 47,2% (el resto del pastel se lo llevan los impuestos, que también han aumentado su "ración" con la crisis, del 8,8 al 10,6%).

Y no es sólo que los trabajadores tengan ahora un sueldo bajo y menos pastel de la renta, es que además, los impuestos se llevan ahora una parte mayor de sus ingresos, tras la fuerte subida hecha en 2012 por el Gobierno Rajoy (y que no han compensado las bajadas electorales de impuestos de 2015 y 2016). Con ello, España no sólo tiene los sueldos más bajos de Europa sino que es el país nº 13 entre los 34 países dela OCDE que paga más impuestos por el trabajo. Un asalariado sin hijos paga entre impuestos y cotizaciones un 39,6% de su salario bruto, frente a un 35,9% de media en la OCDE. Y un trabajador casado y con dos hijos paga el 33,8% de su salario bruto, frente al 26,7% de media en la OCDE.

El resultado de todo esto es que los trabajadores españoles tienen menos dinero para gastar, entre la congelación o moderación salarial y los impuestos. Y eso no es sólo injusto sino que es además una enorme hipoteca para la economía, frena la recuperación. Básicamente porque los trabajadores son la base del consumo y el consumo supone el 60% del crecimiento de la economía: si no se puede gastar más, las empresas no suben ventas, tienen que tirar precios, ganan y crecen poco y no crean apenas empleo (o trabajos muy precarios). Así que los salarios de penuria y las subidas salariales mínimas son un mal negocio, para las empresas y para la economía en su conjunto, sobre todo para el empleo. Como decía Henry Ford: “tengo que subir los sueldos para que mis trabajadores compren coches”. Fácil de entender.

Pero empresarios y muchos expertos reiteran que la moderación salarial es clave para competir y exportar. Primero, recordemos que los costes laborales en España son ya mucho más bajos que en Europa, que hay “un colchón” para poder subir más los salarios sin que por ello se resienta la competitividad. Y sobre todo, hay que insistir en que la competitividad no depende sólo de los salarios. Por un lado, hay otros costes que son tan importantes o más, como la energía (en España, la luz industrial es un 25% más cara que en Europa), el transporte o los impuestos. Y por otro, hay factores que pesan más que los salarios, como la cotización del euro: la moneda europea ha subido ya este año un 3,75% frente al dólar, lo que ha encarecido en ese porcentaje los productos españoles (aunque se hayan moderado los salarios). Además, hay que denunciar que muchas empresas, sobre todo las que operan en sectores monopolísticos (energía, petróleo, comunicaciones) han aprovechado la rebaja y moderación de salarios no para bajar precios sino para subir sus márgenes, sus beneficios. Y la mayoría, no ha creado más empleo a cambio de salarios más bajos.

En definitiva, no es verdad que la moderación salarial mejore la competitividad y cree empleo. Hay que crecer más y competir con empresas más eficientes, de mayor tamaño, volcadas a la exportación, más innovadoras y mejor organizadas, no competir a costa de “tirar los salarios”, de pagar unos sueldos miserables, de querer ser “la China de Europa”.

Y por eso, ha llegado la hora de subir más los salarios, por encima del 2% en los sectores y empresas con beneficios. Mal ejemplo acaba de dar la banca española , uno de los sectores con más beneficios (10.389 millones en 2015), pactando con los sindicatos una subida salarial del 1,25% para 2016 y el 1,5% para 2017. Ahora, el próximo Gobierno tendría que marcar un cambio salarial , con dos medidas: una mayor subida a los funcionarios (más del 1% fijado, a cambio de aumento de horarios efectivos y mejoras de productividad) y una fuerte subida del salario mínimo, que es una vergüenza en España: está en 655,20 euros (por 14 pagas), el más bajo de toda Europa salvo Grecia, Portugal, Malta y 10 países del Este. Baste decir que el salario mínimo en España (757 euros en 12 pagas) es menos de la mitad que el de Reino Unido (1.510 euros), Alemania (1.473) o Francia (1.923) y la tercera parte que en Luxemburgo (1.923 euros). Y además, el próximo Gobierno debería propiciar un nuevo acuerdo patronal-sindicatos para subir más los salarios donde se pueda. Y vigilar con los inspectores de trabajo para suprimir las horas extras gratis: 3,5 millones a la semana, equivalentes a 89.150 empleos que se dejan de crear.

Ya basta de moderación salarial, un eufemismo que esconde abusos empresariales y mucha precariedad, demasiados trabajadores pobres. Es hora de sentar las bases de una “economía decente”, con sueldos dignos a cambio de un trabajo eficiente. No sólo por justicia, sino también por razones económicas, para reanimar el consumo, la economía y el empleo. Hay que salir del “círculo vicioso de la austeridad”, también en los salarios. Solo acarrea desigualdad, penurias y una economía que no acaba de despegar. Cambien ya.

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