jueves, 28 de abril de 2016

EPA marzo 2016 : menos empleo y más parados (55% no cobran)


El Gobierno y sus medios afines pueden “decir misa”, pero los datos de la EPA del primer trimestre, conocidos hoy, no son buenos. Por un lado, se han perdido 64.600 empleos, a pesar de que la Semana Santa cayó en marzo. Y han perdido muchos más empleos los jóvenes y las mujeres. Por otro, sube el paro en 11.900 personas y no crece más porque hay 52.700 españoles que han dejado de buscar trabajo o se han ido al extranjero. Y el paro juvenil ha subido al 46,49%. Además, aumentan los parados que no cobran nada: ya son el 55% de los parados EPA (y el 63,5% en Madrid). Y encima, la economía crece menos y se espera crear este año sólo 450.000 empleos nuevos, 75.000 menos que en 2015. Pero son empleos muy precarios: el 30% son por una semana o menos. Urge un Plan de choque  contra el paro y por el empleo, nuestro primer problema.
 
enrique ortega

El primer trimestre de cada año suele ser malo para el empleo, porque se pierden los contratos hechos por Navidad. Pero este año jugaba a favor que la Semana Santa ha sido en marzo y no en abril como en 2015. Pero aun así, y a pesar de que la economía sigue creciendo, el empleo ha caído, según la EPA: se han perdido 64.600 puestos de trabajo entre enero y marzo. Eso sí, han sido casi la mitad que el primer trimestre de 2015 (-114.300) y casi un tercio menos que en 2014 (-184.600 empleos). Pero hay que “mirar más” las cifras. Porque la caída del empleo habría sido mayor si no hubiera crecido la ocupación entre los mayores de 55 años (+39.800) y entre los de 40 y 50 años (+30.700), un fenómeno que también se produjo en 2015 y 2014: casi todo el empleo que se crea es para mayores. Así, los jóvenes y menores de 40 años han perdido 133.000 empleos este trimestre… Y de todos los empleos perdidos, 2 los han perdido las mujeres y 1 los hombres.

Otra cuestión importante: el empleo no ha caído más gracias al sector público, a  los 17.600 empleos  que han creado las autonomías (con los nuevos Gobiernos) y el Estado central. Pero en las empresas privadas se perdieron 82.100 empleos, sobre todo en los servicios (a pesar de la Semana Santa). Y los empleos que se han perdido son todos temporales, lo que da idea del vaivén de las cifras: una EPA crea empleos inestables que se pierden en otra. Sólo hay algo positivo: han aumentado los empleos en la industria (+40.300), quizás por el automóvil y la alimentación, aunque se pierden en la construcción, a pesar de la mejoría del sector. Y sólo se ha creado empleo en Cataluña (+25.700), mientras lo perdían Madrid (-28.700), Comunidad Valenciana (-12.800) y Galicia (-11.400).

Al caer el empleo ha subido el paro, en 11.900 personas (en 2015, el paro bajó en 13.100 personas el primer trimestre), hasta llegar a los 4.791.400 parados, un 21% de los españoles en edad de trabajar. Y el paro no ha subido más (lo que ha caído el empleo) porque hay menos españoles buscando trabajo, porque 52.700 españoles se han sumado a la bolsa de “desanimados” y en este primer trimestre se han borrado de las listas del paro o han emigrado al extranjero. Además, el paro juvenil (menores de 25 años) ha empeorado dos décimas y está en el 46,49%: casi la mitad de los jóvenes en edad de trabajar están parados.

Las cifras del paro EPA esconden una serie de datos muy preocupantes. El primero, que hay ya 1.610.900 hogares donde no trabaja nadie (54.300 más que a finales de 2015). El segundo, que hay 6 autonomías con una tasa de paro “impresentable”, entre el 25 y el 30%: Melilla (30,67%), Andalucía (29,70%), Extremadura (29,13%), Ceuta (26,21%, Canarias (26%) y Castilla la Mancha (25,45%), que contrastan mucho con el paro “casi europeo” del País Vasco (12,80%), Navarra (14,25%) o la Rioja (14,38%). Y el tercero, que más de la mitad de los parados llevan más de un año en el desempleo, aunque ha bajado el paro de larga duración (del 59,5 al 57,6%): son ahora 2.763.600 parados, de ellos 2 millones que llevan más de 2 años sin trabajar y 1,5 millones que llevan más de tres años parados.

Este dato, el elevado “paro antiguo”, explica que cada vez haya más parados que no cobran nada, porque se les ha acabado el desempleo. El dato es estremecedor: hay 2.643.867 parados EPA que no están cobrando nada, según los datos del Ministerio de Empleo. Son ya el 55% de los parados reales, no de los que se apuntan en las listas del paro. Y ese dato es mayor en algunas autonomías: Melilla (65,84% de los parados EPA no cobran), Madrid (63,5%), Murcia (61,06% parados no cobran), Castilla la Mancha (60,88%), Canarias y Ceuta (en ambas, el 58,3% parados EPA no cobran nada). Además, de los parados que sí cobran (2.147.533 en febrero 2016), sólo un tercio cobra un subsidio contributivo (de 810,90 euros mensuales), por el que ha cotizado, y los dos tercios restantes sólo cobran un subsidio asistencial, de 426 euros mensuales.

Precisamente, sindicatos y patronal pactaron con el Gobierno Rajoy, en enero de 2015, que este subsidio asistencial llegara a más parados (a cambio de que hicieran  cursos). Pero el Plan ha sido un fracaso: de los 400.000 parados de larga duración que se pensaba iban a beneficiarse de la ayuda, sólo la han recibido 100.000, debido a que los requisitos para cobrarla eran muy exigentes y que muchos parados no la conocían. Ahora, el Gobierno en funciones ha prorrogado el Plan hasta abril de 2017, pero sin facilitar el acceso a esta ayuda. En el fondo, lo que quieren es “ahorrar con el paro” para bajar el déficit. No en vano, el Gobierno Rajoy ha presupuestado 19.820 millones para pagar a los parados en 2016, frente a los 30.140 millones que se gastaron en el desempleo en 2011. Un recorte que no se justifica con que haya menos parados (que los hay) sino por los cambios que hizo Rajoy en 2012 y 2013, y que redujeron o quitaron el subsidio a muchos parados. De hecho, en 2011 cobraban el desempleo el 55,4% de los parados EPA y ahora lo cobran el 45%.

Lo preocupante no es sólo que el empleo haya pinchado en el primer trimestre y haya crecido el paro. Lo malo es que este año se va a crear menos empleo que en 2015, cuando se crearon 525.100 empleos nuevos. Y eso, sobre todo, porque la economía internacional va a crecer menos y también la economía española: frente al 3,2% de crecimiento en 2015, en 2016 se augura un crecimiento del 2,6%(FMI) o del 2,7%(Gobierno). Y eso se traduce en que se crearán entre 75.000 y 100.000 empleos menos este año (y otros tantos el que viene). Y la tasa de paro seguirá por encima del 20%, más del doble que la europea (9,1% en la UE-28).

Además, el problema de fondo es la precariedad del empleo que se está creando. En el primer trimestre de 2016, de los 4.283.300 contratos firmados, sólo un 9,7% fueron contratos fijos y un 90,3% fueron temporales, según datos del Ministerio de Empleo. Y cada vez por menos tiempo: un 30% de estos contratos temporales hechos en 2016 fueron por una semana o menos, sobre todo a jóvenes y mujeres en la hostelería, el turismo, el ocio, la sanidad, los servicios sociales, trabajos administrativos y de comunicación. Por otro lado, sólo el 65,7% de los nuevos contratos fueron a jornada completa y  más de un tercio (34,3%) fueron ya contratos a tiempo parcial, por horas. Esta precariedad se traduce en despidos posteriores y en bajos salarios (un tercio de todos los asalariados son ya mileuristas) y bajas cotizaciones, lo que provoca un déficit de las pensiones y la Seguridad Social (-12.800 millones en 2015). Una precariedad que frena el consumo y el crecimiento y es un cáncer para la economía.

El tema de fondo, al margen de que una EPA sea mejor o peor, es que España no consigue que trabaje tanta gente como en otros países. Así, la OCDE, que incluye a los 34 países más desarrollados del mundo, han conseguido ya recuperar el empleo que tenían en 2008, antes de la crisis, pero España aún no. Y aquí sigue trabajando mucha menos gente que en los demás países desarrollados: en 2015 trabajaban poco más de la mitad de españoles en edad de hacerlo (16-65 años), un 57,8%, mientras en la Europa del euro (19 países) trabajaban el 64,5%, en la OCDE (34 países) un 66,2%  y en los 7 grandes (G-7) el 69,1 %. Eso significa que si en España trabajara el mismo porcentaje de personas que en la Europa del euro, tendrían que trabajar 2,5 millones de españoles más. Y el paro estaría en el 9%, no en el 21%.

¿Se puede conseguir trabajar como los europeos del euro? Por supuesto, aunque no es fácil y requiere tiempo y políticas adecuadas, sobre todo un cambio de modelo económico y empresarial (más industria, empresas más grandes, más innovación y tecnología). Pero antes, hay cosas que se pueden hacer. Por un lado, crecer más, para intentar así crear más empleo. Para ello, el futuro Gobierno debe presionar a Europa en dos sentidos. Uno, que pongan en marcha un Plan de inversiones europeo (acelerar el Plan Juncker) y que los países del norte (sobre todo Alemania) reanimen sus economías con más gasto y más inversiones, para tirar del lento crecimiento europeo. Por otro, hay que renegociar el déficit público, para que no haya más recortes y el futuro Gobierno español pueda reanimar la economía, con inversiones y gastos necesarios, gracias a una mayor recaudación (de los que pagan pocos impuestos: grandes empresas, multinacionales y ricos, no de la mayoría de contribuyentes).

Pero no basta con intentar crecer y crear más empleo, algo que al final depende de las empresas. El Gobierno puede y debe incentivar ese empleo, no sólo con inversiones públicas sino con políticas activas de empleo, tomando medidas en dos frentes: mejorar la formación de los parados (la mitad no tiene la ESO terminada) y reformar las oficinas de empleo (SEPE), que ahora no funcionan (sólo colocan al 2% de los parados). Hay que volcarse en buscar una salida a los 4.791.400 parados reales, sobre todo a ese casi 60% que lleva más de un año sin trabajar, para que no pierdan el tren del empleo para siempre. Y eso pasa por reciclarles y ayudarles, con orientadores de empleo y la colaboración activa de las empresas. Pero eso exige más medios, hoy muy escasos: España cuenta con 1 funcionario del SEPE por cada 269 parados, frente a 1 por 47 en Alemania (con el 6,1% de paro), 1 por 36 en Dinamarca o 1 funcionario por cada 22 parados en Reino Unido.

Crear más empleo es cuestión de voluntad política, de dinero y de medios. Hace falta un Plan de choque contra el paro, que podría empezar con 4.000 millones de euros, el doble de los 2.000 que ha aprobado  Francia, tras decretar un “Estado de excepción contra el paro” (con la mitad de paro, el 10,2%). Que no se diga que no hay dinero: el Gobierno Rajoy en funciones se va a gastar 500 millones en devolver media paga extra para los funcionarios. Y perderemos otros 2.641 millones este año sólo por su bajada de impuestos a las empresas. El próximo Gobierno tiene que ponerse a la tarea, pactar un Plan de choque y buscar el dinero debajo de las piedras. Dejar de hacer triunfalismo (“somos el país que crea más empleo de Europa”) y pensar que uno de cada cinco españoles está en paro y trabaja mucha menos gente que en Europa. Ese es nuestro mayor problema, lo que nos preocupa a la mayoría. No lo olviden.

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