jueves, 5 de febrero de 2015

Récord de turistas que gastan menos


El turismo ha sido la locomotora de la economía española en 2014, como en 2013. Fue otro año récord en turistas extranjeros (casi 65 millones) y el primero en el que se recuperó el turismo nacional. Vienen más turistas pero gastan menos (aunque Rajoy diga lo contrario). Y eso porque llegan más turistas “low cost”: vienen más en coche, usan menos los hoteles y más los apartamentos (muchos ilegales). El turismo, nuestra primera industria, se plantea un dilema: cantidad o calidad. Y saben que 5 millones de turistas son “prestados”, por la crisis de Egipto y Túnez, y podrían perderse cualquier año. El sector lo tiene claro: apostar por un turismo que nos deje más ingresos y que no dependa tanto del “sol y playa”. Eso exige invertir en una profunda reconversión de la oferta y las instalaciones, utilizar mejor Internet y gastar más en promoción fuera de Europa. Alimentar la gallina de los huevos de oro y no dormirse en los récords. Atraer turistas que gasten.
 
enrique ortega

El pasado fin de semana, el sector turístico estaba exultante en la Feria del Turismo (FITUR): 2014 ha sido el segundo año en que han crecido, tras el bache de 2012. El PIB turístico creció un 2,9%, más del doble que toda la economía (+1,4%), tras recuperarse ya en 2013, cuando el turismo creció un +0,9% (mientras la economía caía -1,2%). Con ello, el turismo, nuestra primera industria (aporta el 11% de la riqueza o PIB), lleva ya cinco años siendo la locomotora de la economía española: ha crecido una media del +0,8% entre 2010 y 2014, frente al -0,5% que cayó el conjunto de la economía, según Exceltur. Un 74% de las empresas turísticas mejoraron sus resultados en 2014, gracias a las mayores ventas (el 84%) y también a que subieron precios (el 60%), tras varios años bajándolos.

Gracias a este mayor crecimiento, el sector turístico ha sido también el que ha creado más empleo en 2014: hay 66.906 nuevos afiliados a la Seguridad Social, con lo que hay ya más de 2 millones de personas trabajando en el turismo, más que antes de la crisis. Eso sí, muchos de los nuevos empleos son precarios, como denuncian los sindicatos: temporales (91%) y a tiempo parcial (35%: por días, semanas e incluso por horas), con mucha rotación de personas por cada empleo. Y es un trabajo mal pagado. El salario medio (17.000 euros) está muy por debajo de la construcción (21.000) y la industria (24.619 euros) y ha caído con la crisis: está  igual que en 2007. Y además, ha aumentado la brecha salarial entre directivos y trabajadores: ganan 4,5 veces más, según un estudio de Eada.

La mitad del negocio turístico procede del turismo extranjero, que volvió a batir récords en 2014: llegaron a España 64.995.275 turistas, 4,3 millones más que en 2013 (que también fue récord). Los aumentos se deben al mayor crecimiento de turistas de los países vecinos, franceses (+11,3%), italianos (+14,6%) y portugueses (+11,7%), aumentando menos los británicos (+4,7%), cayendo los rusos (-9,7%), estabilizándose los americanos y creciendo los del resto del mundo. Los mayores aumentos de turistas los han recogido Canarias (+8%), Andalucía (+7,8%), Cataluña (+7,6%) y Madrid (+7,5%), que recupera su bache de 2013.

Más turistas extranjeros pero que gastan menos, aunque Rajoy presuma de lo contrario. De entrada, es verdad que los ingresos por turismo aumentaron en 2014 un 6,5%, hasta 63.094 millones de euros, según Egatur. Pero como los turistas crecieron más (7,1%), el hecho cierto es que cada turista gastó menos: 971 euros frente a 976 en 2013. Unos 110 euros diarios en una estancia media de 8,9 noches. Y si tomamos sólo el dinero que se dejan en España (no lo que pagan en sus países por el viaje), el gasto lleva ya tres años cayendo: de 796 euros por turista (2011) a 754 euros (2014), según datos de la asociación empresarial Exceltur. Y si descontamos la inflación, el gasto real de los turistas ha caído una tercera parte: desde 1.116 euros (2000) a 754 (2014). Eso se debe a que crecen los turistas low cost: los que vienen en coche (gastan 56 euros día) y en vuelos low cost (74 euros día) frente a los que llegan en vuelos convencionales (que gastan 105 euros diarios), más los que vienen a apartamentos (gastan 67 euros día) y no a hoteles (114 euros día). Y también crecen más los turistas de los países que menos gastan: Francia (61 euros día) o Portugal (69 euros), mientras bajan los de países más gastadores (Latinoamérica 114 euros día, USA, 127 euros).

La otra mitad del negocio turístico es el turismo interior, el de los españoles, que se recuperó en 2014, por primera vez en esta crisis, según Exceltur, tras las fuertes caídas de 2011 a 2013. Se han recuperado los viajes por España y las estancias en hoteles y apartamentos, con una mayor ocupación en la costa andaluza y mediterránea y algunas zonas de interior, como Madrid, la Rioja, Toledo, Castilla y León, Aragón, Cantabria, Sevilla y Málaga, por una ligera mejora del consumo y eventos como el Mundial de Baloncesto, la Copa del Mundo de Vela de Santander o el IV Centenario de El Greco. Y también aumentaron los viajes de españoles al extranjero, sobre todo a Europa y los cruceros.

Para 2015, las previsiones del sector son crecer algo menos que en 2014: entre +1,9 y +2,6%, según Exceltur. Esperan que el turismo nacional mejore más este año, pero la duda está en el turismo extranjero, que va a depender mucho de Egipto y Túnez, que empezaron a ganar turistas a finales de 2014. Con todo, hay una serie de factores que juegan a favor: la depreciación del euro (ayuda a captar el turismo británico y no europeo), la caída del petróleo (debería abaratar los vuelos), la crisis de Grecia, el temor a la inestabilidad en Oriente Medio (más tras los atentados de París) y un mayor crecimiento esperado en Europa. En contra juegan la esperada caída del turismo ruso, la falta de eventos en 2015, una posible crisis en la zona euro y la competencia desleal de los apartamentos ilegales (un 13,4% del mercado) y servicios no reglados (taxis y alquiler de coches), que quitan negocio al turismo tradicional.

Vaya como vaya 2015, el turismo español se enfrenta a un dilema: cantidad o calidad. Son muchas las empresas que optan por un turismo de calidad, con menos turistas que gasten más. Y la mayoría del sector está preocupado porque estemos creciendo de una forma “artificial”, gracias a la crisis del norte de África y Oriente Medio, que lleva cuatro años “prestándonos” 5 millones de turistas anuales, que vienen a Canarias, Andalucía o Baleares en lugar de a Túnez o Egipto. Pero que, cualquier día, pueden volver allí o a Turquía o Grecia. Y el crecimiento del turismo europeo está a punto de tocar techo.

Por eso, se trata de asentar el futuro turístico sobre bases sólidas, aprovechando nuestros puntos fuertes (clima, tranquilidad y seguridad, gran oferta, profesionalidad y experiencia, precios medios…) y corrigiendo los puntos débiles, particularmente dos. Uno, nuestra enorme dependencia del turismo de sol y playa, muy estacional: de hecho, 6 autonomías (Canarias, Andalucía, Cataluña, Baleares, Madrid y la Comunidad Valenciana) concentraron el 90,7% de los turistas extranjeros en 2014. Y dos, nuestra excesiva dependencia del turismo europeo: el 91% de los turistas extranjeros que llegaron en 2014 procedían de Europa (incluyendo Rusia) y sólo un 9% procedían de América (1,9% USA) y el resto del mundo (4,3%). Es casi la misma proporción que en 2008, cuando sólo el 6,5% del turismo venía de fuera de Europa.

El sector plantea trabajar en dos frentes, con ayudas fiscales y financiación (ahora, tratando de conseguir inversiones del Plan Juncker europeo). El primero, hacer una profunda reconversión del turismo de sol y playa, renovando instalaciones en la costa (muchas de los años 80 y 90) y mejorando la oferta, como se ha empezado a hacer en Baleares. Y el segundo, configurar una oferta de turismo alternativo, atractivo y de calidad, asentado en la cultura, la gastronomía, los negocios, el deporte o la salud, para atraer turistas todo el año, a toda España. Y para ello, además de ayudas y créditos, hace falta también mejorar las herramientas de venta, potenciando al máximo las posibilidades de Internet (reservas, aplicaciones…), un camino para que el turismo español no dependa tanto de los tour operadores extranjeros (entre los 15 grandes no hay ningún español y traen 4 de cada 5 turistas). Y como colofón, dedicar más recursos a la promoción turística fuera de Europa, en Asia y América.

El turismo es una industria clave y debe ser uno de los motores de la recuperación. Pero no a base de esperar crisis en otros países para quedarnos con sus turistas. Además, no se trata de crecer por crecer, sino de ganar en ingresos y en turistas de calidad, que vuelvan. Para ello, hay que consolidar el turismo, reforzando la industria y mejorando el servicio (lo que no se consigue con empleos más precarios y peor pagados). Hay que invertir en turismo para que ingrese más, no “ordeñar la vaca” hasta que se seque. Invertir ahora para que España se consolide como potencia  turística. No dormirse en los récords.

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