jueves, 31 de julio de 2014

Vacaciones : otro verano récord de turistas


Empiezan unas vacaciones donde vamos a notar más turistas y precios más caros. Se espera otro verano récord de extranjeros y una recuperación del turismo nacional, después de tres años cayendo. La ocupación hotelera superará el 90%, aunque la crisis hará que muchos españoles escojan la casa de un amigo o familiar, los campings  o un apartamento (muchos, ilegales). Y que recorten su gasto o los días que viajan. Eso, los que toman vacaciones, porque casi la mitad de los españoles no puede tomar ni una semana de vacaciones, según el INE. Con todo, España batirá este año nuevos récords en turismo y el sector crecerá el doble que la economía, creando empleo. Pero el turismo español tiene dos problemas de fondo: está estancado y los turistas gastan realmente menos que en 2000. Además, crecen los negocios “sumergidos” y la precariedad laboral. Se invierte y se renueva poco. Al margen de que hagan su agosto, nuestra primera industria  necesita una reconversión.
 
enrique ortega

El turismo sigue liderando la débil recuperación de la economía, ahora que las exportaciones han pinchado (llevan dos meses cayendo). Ya lo hizo en 2013, cuando el PIB turístico creció un +0,9%, frente al -1,2% que cayó la economía. Y ahora, el sector apuesta por crecer en 2014 un +2,4%, el doble que la economía (+1,2%). En los seis primeros meses, el turismo extranjero llegó con fuerza (más de 28 millones de visitantes, +7,3% sobre 2013), de la mano de británicos, franceses, alemanes, italianos y nórdicos, aunque han caído los rusos y norteamericanos. Y se recupera el turismo nacional, que llevaba tres años cayendo: ha habido más viajes y pernoctaciones en Semana Santa, en mayo y junio y se han hecho muchas más reservas para el verano, que se espera récord, con más de un 90% de ocupación, según los hoteleros.

Este verano se esperan más turistas extranjeros que en 2013, que ya fue récord: 22,70 millones de turistas entre julio y septiembre, frente a los 22,67 del año pasado. Y también, que se gasten más de los 23.000 millones del tercer trimestre de 2013, con un gasto medio que rondará los 110 euros diarios por turista. Han crecido las reservas de británicos, alemanes, franceses, suizos y nórdicos, aunque caen los turistas rusos, por la depreciación de rublo (-8% en los últimos 6 meses). Al no clarificarse la crisis en Egipto, España va a seguir siendo un destino alternativo, sobre todo Canarias, Baleares y la costa mediterránea. También crece el turismo extranjero a Cataluña y a Toledo (año Greco), la Rioja y Navarra, mientras se recupera Madrid. Y del 20 de agosto al 14 de septiembre, el Mundial de Baloncesto atraerá 600.000 turistas a las distintas sedes (Granada, Sevilla, Bilbao, Las Palmas, Barcelona y Madrid).

La otra mitad del negocio turístico, las vacaciones de los españoles, es la gran esperanza para este verano, donde se espera un aumento de viajes y pernoctaciones, que caen desde 2007 (y sobre todo, los tres últimos años) pero que se han recuperado este año. Se esperan más turistas españoles sobre todo en las costas, aunque también viajaremos más al extranjero: se han duplicado las ventas de cruceros y los viajes a Eurodisney. Saldremos más de vacaciones, pero las dos terceras partes gastarán menos por la crisis (entre 1.000 y 2.000 euros por persona), bien recortando el presupuesto o viajando menos días, según un estudio de Fotocasa. El 79% de los españoles se quedarán en España, optando por hoteles (33%), apartamentos (27%, la mayoría dos semanas), casas de familiares o amigos (18%), segundas residencias (15%) o campings (6%). La mayoría decide a última hora y opta por destinos de playa, en la costa mediterránea o andaluza, y menos en Baleares y Canarias, por el coste extra  de vuelos y coches de alquiler.

Claro que casi la mitad de los españoles se quedan en casa sin vacaciones: un 45,8% de los hogares no pueden permitirse una semana de vacaciones al año, según el INE. Son 8,3 millones de familias, más de 20 millones de españoles, 2 millones más que en 2009. Incluso hay 9 autonomías donde son mayoría las familias que no van de vacaciones: Murcia (63,6% no van), Andalucía (57,4%), Galicia (57,2%), Canarias (54,8%), Extremadura (53,4%), Cantabria (51,4%), Comunidad Valenciana (50,8%), Castilla la Mancha y Ceuta (50%). Por el contrario, hay cinco autonomías donde sólo un tercio de familias no se van de vacaciones: País Vasco (26%), Navarra (29,6%), Madrid (33,7%), Aragón (34,5%) y Asturias (34,9%).

Con ello, España es uno de los países europeos cuyos habitantes menos se van de vacaciones: lo hacen un 52,6%, por debajo del 60,8% de media UE-28 (2012), según Eurostat. Quedamos muy lejos de los países nórdicos (más del 85% de la población toma vacaciones) y de Alemania (77,2), Francia (72,2%) o Gran Bretaña (65,5%). Además, las vacaciones están también mal repartidas en España: un 20% de la población concentra el 70% de los viajes totales y un 40% no hace ninguno, según un estudio universitario.

Volviendo a los que sí viajan, este verano se van a encontrar no sólo más turistas (extranjeros y españoles) sino también precios más altos: los hoteles y alojamientos han subido sus precios un 13,2% en el primer semestre de 2014, según el INE. Y aprovechando la alta ocupación, se esperan nuevas subidas en agosto, en hoteles, restaurantes y coches de alquiler, sobre todo en las islas, Cataluña y la costa mediterránea. Con todo, el sector turístico se queja de que los precios están por los suelos y todavía son inferiores a los de 2007.

La previsión del Gobierno es que tras un verano récord, España alcance otro récord de turistas extranjeros en 2014: 63,6 millones, 3 millones más que en 2013, según estimaciones del Instituto de Turismo (ITE). Y dadas las previsiones de aumento del turismo en el mediterráneo, si España mantiene su cuota alcanzaría los 72 millones de turistas extranjeros en 2020, 12 millones más que en 2013. Una “borrachera de éxito” que encubre dos problemas de fondo, como reconocen los profesionales del sector (Exceltur). Uno, que el turismo está estancado desde el año 2.000: genera casi la misma actividad real (descontando la subida de precios) que hace 14 años (índice 102,9 frente a índice 100 en 2.000), mientras la economía ha crecido un 19% (índice 119 frente a índice 100). Y el otro, que si descontamos la inflación, los turistas extranjeros se gastan hoy en España un 34% menos que en el año 2.000: 722 euros en 2014 frente a 1.097 euros en 2000, según Exceltur.

Además, al sector turístico le preocupa el auge de la economía sumergida en el sector, desde los apartamentos ilegales (ya suponen el 13,4% del mercado), a los restaurantes o los autobuses y taxis ilegales. Y exigen una normativa común en todas las autonomías, junto a más inspecciones contra la competencia desleal. Además, piden ayudas fiscales para renovar instalaciones y mejora de las infraestructuras. Por otro lado, la guerra de precios y el auge del turismo low cost está aumentando la precariedad laboral en el sector: exceso de contratos temporales y a tiempo parcial (de los 124.000 empleos turísticos en Baleares, sólo 35.000 son empleos fijos), aumento de la subcontratación, falsos autónomos, exceso de horas extras gratis, menos descansos y libranzas… Una precariedad laboral que atenta contra la calidad del servicio, ya deteriorada por las menores inversiones realizadas con la crisis.

El sector turístico debería afrontar una profunda reconversión, asentada en nuevas inversiones para renovar instalaciones (Canarias ha pedido un Plan Renove para el turismo), diversificación de la oferta (más turismo cultural, gastronómico o deportivo para compensar la estacionalidad del turismo de sol y playa) y diversificación de los turistas (el 91% procede de Europa), con especial atención a China (100 millones de turistas, sólo 180.000 a España frente a 1,2 millones a Francia o medio millón a Italia o Alemania), lo que exige facilitar los visados y promover más vuelos. Además, es clave volcar la oferta a través de plataformas online, para evitar el control absoluto del mercado que tienen los tour operadores extranjeros: entre los 15 grandes, que traen 4 de cada 5 turistas extranjeros, no hay ningún operador español.

En definitiva, otro verano récord, con millones de turistas copando las playas y creando  empleos precarios por unos meses. Y otro récord más que no se aprovechará para consolidar la primera industria del país, para “dar de comer a la vaca” y asegurar sus divisas y empleo en el futuro, cuando no haya conflictos en Egipto o Turquía. No hay que dormirse en los récords.

lunes, 28 de julio de 2014

Viajar: suben carburantes y más accidentes


Media España cogerá el coche esta semana para tomarse unos días de vacaciones. Y volverá a encontrarse, como todos los veranos, con subidas de los carburantes, como ya pasó en Semana Santa, el puente de mayo y a finales de junio. La excusa es que ha subido el petróleo, pero está más barato que en mayo. Lo que pasa es que no hay competencia y los grandes operadores imponen sus precios, a pesar de los expedientes abiertos por el Gobierno a las petroleras. Además, tendremos que viajar con cuidado, porque están aumentando los accidentes y los muertos en carretera, tras caer en 2013. Tráfico lo achaca al exceso de velocidad, distracciones y al alcohol y las drogas, pero también tiene mucho que ver la crisis: el mal estado de las carreteras (por los recortes) y que la mitad de los coches tienen más de 10 años, muchos sin pasar la ITV y con neumáticos en mal estado. ¡Buen viaje¡
enrique ortega

Cuando salga de vacaciones, comprobará que los carburantes han subido y vuelven a ponerse en máximos del año, como sucedió a finales de junio, antes de “la escapada” de julio. Es lo que pasó  también en Semana Santa y en el puente de mayo: gasolinas y gasóleos suben cuando millones de conductores se ponen al volante. A finales de junio, la gasolina rozó los 1,50 euros en muchas provincias y el gasóleo los 1,40 euros, máximos del año. Los carburantes más caros se venden en Baleares, Palencia, Valladolid, Zamora y Galicia. Y los más baratos en Huesca y Navarra. Ahora, a finales de julio, volverán a subir a esos niveles e incluso más. La excusa es que el petróleo ha subido con la crisis de Irak y Ucrania, pero el hecho cierto es que el Brent cuesta 105,35 euros frente a 108,64 € que costaba a finales de abril (-3,3%). Y aunque el euro está algo más débil (se ha depreciado un -3%), el balance es que se paga menos por el crudo, aunque gasolinas y gasóleos suben en los mercados internacionales (Génova y Rotterdam) por el mayor consumo en verano.

El problema de fondo es que en el sector petrolero español, tras más de 15 años de precios liberalizados (desde octubre 2008), no hay competencia y el mercado está dominado por tres empresas (Repsol, Cepsa y BP), que controlan el mercado, desde la compra de crudo y carburantes al refino (las 9 refinerías que hay en España son suyas), el almacenaje, el transporte y distribución (tienen el 29,15 de CLH, la antigua Campsa, y controlan la logística) y sobre todo, la venta en gasolineras: controlan el 73% de las ventas de carburantes (45% Repsol, 16% Cepsa y 12% BP), aunque en la mayoría de provincias (Madrid incluida) superan el 80%, entre gasolineras propias y abanderadas, según la CNE. Un poder que contrasta con el 50% de las ventas que controlan las grandes petroleras en Francia o el 31% en Italia.

Esta posición de dominio de las tres grandes petroleras les permite acordar precios y subirlos cuando hay más demanda, retrasando las bajadas cuando bajan los precios internacionales, según los informes de la Comisión de la Competencia (CNMC). Y eso a pesar de que están bajo vigilancia desde 2009 y que en 2013 les abrieron cuatro expedientes: uno en marzo por el efecto lunes (bajar precios los lunes, cuando se mandan a Bruselas, y subirlos los martes), otros dos en mayo por acordar precios (entre petroleras y con las gasolineras) y un cuarto en diciembre por incumplir las medidas correctoras impuestas en 2009 para evitar pactar precios y comisiones con las gasolineras. Además, el Gobierno aprobó en julio una reforma de la Ley de Hidrocarburos para fomentar la competencia, facilitando la apertura de gasolineras y limitando los contratos con las gasolineras, para facilitar el cambio de abanderamiento.

Pero ni los cambios legales ni los expedientes les hacen mella y las petroleras siguen pactando e imponiendo sus precios. De hecho, los precios de gasolinas y gasóleos antes de impuestos son más altos en España que en el resto de Europa, según el último Boletín Petrolero de la UE : en gasolinas, tenemos el cuarto precio más alto de Europa (tras Dinamarca, Chipre y Bulgaria), 42,75 céntimos más que la media UE-28. Y en gasóleo, somos el 8º país con el precio más alto, 28,45 céntimos más que la media UE-28. Eso se debe a que el margen bruto que se llevan las petroleras es más alto en España: 15,6 céntimos para la gasolina y 16 céntimos para el gasóleo. El sector dice que una parte de este margen bruto va a pagar costes (transporte, financieros, instalaciones y personal) y que el beneficio bruto es de sólo 2 céntimos por litro de carburante, un 1,5%.

Sea mayor o menor el beneficio real, el hecho es que los carburantes sin impuestos son aquí más caros, aunque al final los pagamos más baratos porque pagamos menos impuestos: tenemos la tercera gasolina más barata de la zona euro (y la 11ª de la UE-28) y el cuarto gasóleo más barato de los 18 países euro (el 9º en toda la UE). Algo que se va a acabar, porque la Comisión Europea lleva años presionando a España para que los suba y los ponga “a nivel europeo”: eso supondría una subida extra de 10 céntimos por litro la gasolina y 7,5 céntimos el gasóleo. Algo que nos llegará antes o después.

Mientras los carburantes suben esta semana, lo que quieran las petroleras, habrá que viajar este verano con mucho cuidado, porque han repuntado los accidentes de tráfico y las muertes en 2014, tras bajar en 2013 (-223 muertos). Para Tráfico, el aumento de siniestros se debe, sobre todo, al exceso de velocidad (22% accidentes), a las distracciones (38%), a las imprudencias y también al exceso de alcohol y drogas (43% de los muertos en 2013), un problema cada vez más preocupante: el 12% de los conductores (1 de cada 8) se ponen el volante tras haber bebido o consumido drogas (sobre todo cannabis). Pero hay otro factor del que no habla Tráfico: el mal estado de las carreteras, por los recortes impuestos desde 2010.

Este año 2014, el Presupuesto para mantener las carreteras del Estado (que tienen el 52% del tráfico) es de 818 millones, un 35% menos que en 2010 (1.257 millones). Estos cuatro años de recortes han llevado a que 3 de cada 4 kilómetros de carreteras presenten grietas, 1 de cada 3 kilómetros tengan deformaciones y baches, 1 de cada 4 kilómetros esté sin repintar, la mayoría (82%) estén mal iluminados y la mitad mal señalizados, según un estudio de la Asociación Española de la Carretera (AEC). Y otro estudio de EuroRAP señala que 255,8 kilómetros (1,2 de cada 100), de la red estatal son peligrosos: 26 tramos con alto riesgo. Y muchos más en las carreteras secundarias, donde se concentran el 80% de los accidentes, según Tráfico.

Mejorar las carreteras para hacerlas más seguras exigiría un Plan de choque y gastarse 6.200 millones de euros, según la AEC. Y después, dedicar 3.400 millones anuales a conservar las carreteras (1.600 millones las del Estado, el doble de lo que se gasta ahora). Como creen que el Gobierno no va a sacar ese dinero del Presupuesto, proponen cobrar una tasa para circular por autovías, como han hecho Portugal, Francia y Alemania. Pero esa medida supondría pagar dos veces por las carreteras (con los impuestos y el peaje) y desviaría el tráfico a las carreteras secundarias (más peligrosas), como ha pasado en Portugal.

La crisis no sólo ha deteriorado las carreteras sino que provoca que circulen por ellas coches cada vez más viejos y  más peligrosos: la mitad de los vehículos, unos 11 millones, tienen ya más de 10 años, según Audatex, frente al 30% en Reino Unido, el 35% en Alemania y un 40% en Italia. Y con esa edad, triplican el riesgo de accidentes, según Tráfico (además de consumir un 30% más y emitir un 95% más de partículas nocivas). Además, se estima que 2 millones de estos vehículos circulan sin la ITV, por lo que el sector ha pedido a Tráfico que lo vigile chequeando las matrículas, como hacen ya con los seguros. Y muchos coches viejos circulan además con neumáticos desgastados o de segunda mano: se han disparado las importaciones y las ventas de neumáticos de segunda mano, mucho más peligrosos.

Así que, con la crisis, viajamos en coches más viejos, más peligrosos y que consumen más carburante, cada vez más caro, sin que el Gobierno ponga coto a las subidas injustificadas. Y este verano, se esperan más viajes, por la recuperación del turismo español, aunque la mayoría cojan sólo unos días de vacaciones. Y el consumo de carburantes lleva creciendo cinco meses, lo que fomenta las subidas. Más coches y más consumo harán subir más los precios y los accidentes. Así que ojo al bolsillo y cuidado al conducir. ¡Feliz viaje ¡

jueves, 24 de julio de 2014

¡ Bienvenido el empleo, aunque sea insuficiente !


Esta primavera se crearon en España  402.400 empleos, el triple que en la de 2013. Y el último año, descontando los empleos perdidos desde octubre, se han creado casi 200.000 empleos netos, algo que no pasaba desde 2008. Por fin aparece el empleo, aunque sea casi en exclusiva por el turismo y el comercio (rebajas), y sepamos que una mayoría es temporal y se va a perder. El problema es que hay demasiados parados (5,6 millones) y la mitad no acceden a los nuevos empleos, porque son pocos (1 oferta por cada 110 parados) y porque son jóvenes sin experiencia o mayores de 45 años, la mayoría con poca formación y más de 2 años en paro. Es urgente mejorar la empleabilidad de los parados mayores, mujeres y jóvenes. Y crecer más, en Europa y en España. Porque a este ritmo de crecimiento (0,5%) y de empleo, harían falta 14 años para reducir el paro a la mitad. Es inadmisible.
 
enrique ortega

La EPA del segundo trimestre se esperaba buena pero ha sido mejor: tras dos trimestres perdiéndose empleo, en primavera se han creado 402.400 puestos de trabajo, el triple que la primavera de 2013 (+130.000). Eso sí, los nuevos empleos están concentrados en los servicios (+378.700), debido al tirón del turismo y del comercio (rebajas), aunque también creció el empleo, pero poco, en la industria (+56.700) y la construcción (+36.900), cayendo en la agricultura (-69.800). Y una buena parte del nuevo empleo es temporal (53%) y a tiempo parcial (24,4%), con lo que podría perderse en otoño. Pero se trata de una buena noticia y más si vemos que, descontando el empleo perdido desde octubre, el balance del último año es ya positivo: se han creado 192.400 empleos netos, lo que no pasaba desde 2008.

El paro baja menos de lo que sube el empleo, porque este trimestre han aumentado los españoles que buscaban trabajo (los “activos”), por primera vez en el último año y medio. Así, el número de parados se reduce en 310.400 y queda en 5.622.900, una tasa del 24,47%,  todavía casi uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar. El paro ha bajado sobre todo en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, aunque lo preocupante es que todavía cinco autonomías superan o rondan el 30% de paro: Andalucía (34,74%), Canarias (32,68%), Ceuta (31,40%), Extremadura (29,43%) y Castilla la Mancha (28,69%). Y que todavía hay 1.834.400 hogares donde todos sus miembros están en paro.

La creación de empleo, aunque sea precario y mal pagado, es una buena noticia. Pero el problema de fondo es que la mitad de los parados no se beneficien. Primero, porque es escaso: hay una oferta de trabajo por cada 110 parados, mientras en Europa son 12,3 parados por vacante (2 en Alemania y 4 en Reino Unido), según datos de Asempleo. Y sobre todo, porque los nuevos empleos están concentrados entre los 25 y los 34 años, pasando luego a los de 35 a 45 años, según un reciente estudio de Infoempleo y Addeco. Quedan fuera dos colectivos muy importantes: los mayores de 45 años (sólo reciben el 6,6% de las ofertas, aunque representan el 42% de los parados) y los jóvenes, los menores de 25 años (porque el 67% de las ofertas exigen experiencia). Además, los nuevos empleos exigen formación (el 61% titulados universitarios y el 38% FP o bachiller) que no tienen la mitad de los parados. Y además, dos tercios de las ofertas (61%) se concentran en cuatro regiones (Madrid, Cataluña, Andalucía y el País Vasco), con lo que se ofrecen pocas en la mayoría del país.

Otros parados con pocas posibilidades de trabajar son los que llevan más de 1 año en el paro, más de la mitad de los parados: 3.493.600 en el segundo trimestre. Según la OIT, sólo tienen un 11,7% de posibilidades de encontrar empleo tras estar 2 años parados y eso les pasa a 2.384.300 parados españoles de larga duración, en su mayoría padres de familia entre 30 y 44 años (40% del total), mayores de 45 años (35%) y jóvenes (25%). Y eso se agrava con que casi la mitad de estos “parados con antigüedad” tienen poca formación: 1,7 millones de los parados que llevan más de un año sin trabajar no tienen la secundaria acabada.

No es sólo que la mayoría de parados tenga difícil beneficiarse del aumento del empleo. Es que mientras encuentran uno, la mayoría no cobra el desempleo ni ninguna ayuda. Así, en mayo, sólo cobraban 2.487.956 parados registrados, el 44,24% de los españoles que se consideran parados según la EPA del segundo trimestre (5.622.900). Y de ellos, menos de la mitad (1.008.196) cobran un subsidio (814,20 euros mensuales) y el resto una ayuda de 426 euros al mes. Eso significa  que 3.134.944 parados (el 55,76%) no cobran nada. Y esto es especialmente grave en 6 autonomías: Baleares (66,4% parados no cobran nada), Ceuta (63,3%), Murcia (62,3%), Aragón y Canarias (60,3%) y Melilla (39,8%). De hecho, sólo hay tres autonomías donde más de la mitad de parados cobran: Extremadura (63,18%), Navarra (51,7%) y Asturias (50,8%). Son más de 3 millones de familias condenadas a la pobreza.

En resumen, que debemos felicitarnos de que se esté creando empleo, pero debemos preocuparnos porque más de la mitad de los parados se quedan fuera, sin olerlo. Por eso, es urgente tomar medidas en dos frentes. Uno, mejorando la formación de los parados, en especial los de larga duración y mayores de 45 años (el 60,79 % no llegó a terminar la secundaria), en lugar de recortar cursos, como ha hecho el Gobierno Rajoy desde que llegó. Y dos, poniendo en marcha políticas activas para recolocar a los parados con más problemas : mujeres, jóvenes sin experiencia y mayores de 45 años, sobre todo a los que llevan más de dos años en paro, como ha pedido la Comisión Europea a España. Eso exigiría incentivar su contratación, como ha pedido incluso el FMI.

En paralelo, hay que tomarse como una prioridad nacional ayudar a buscar un empleo a los 5,6 millones de parados. Es una vergüenza que hasta el 17 de julio no se haya puesto en marcha un portal único de empleo en España, uno de los pocos países europeos que no lo tenían. Otra vergüenza es que se haya tardado cuatro años en dar entrada a las ETTs privadas para que ayuden a las autonomías a buscar trabajo a los parados, cuando tienen más éxito (consiguen contratos al 15% frente al 3% que coloca el SEPE). Ahora, se les pagará entre 300 y 3.000 euros por parado al que consigan trabajo durante al menos 6 meses, una vía que puede dar frutos, siempre que se vigile el fraude (empresas vinculadas que contratan para cobran el incentivo). Y la tercera vergüenza es que se haya tardado más de un año en poner en marcha la Garantía Juvenil, para ofrecer un trabajo, unas prácticas o un curso de formación a los 550.000 jóvenes menores de 25 años que ni estudian ni trabajan. El programa empezó el 7 de julio y deberían ofrecerles una de las tres opciones antes de cuatro meses, aunque en España, por su alto paro, no es una obligación (como en la mayoría de Europa) sino una “intención”, que cuenta con pocos recursos (1.800 millones en dos años).

Ahora que se subsanan estas “tres vergüenzas”, esperemos que ayuden a colocar a más parados. Pero lo fundamental es que aumenten las ofertas, que se creen más empleos. Para eso hace falta que España crezca más, porque con el pequeño crecimiento actual (+0,5% en el 2º trimestre y +0,4% en el 1º), se crea poco empleo, salvo en primavera y verano. Hace falta impulsar la economía europea, como ha prometido el nuevo presidente Juncker (invertir 300.000 millones en 3 años), y la española, acabando con los recortes (que se temen para 2015, en el Estado y las autonomías) y reanimando el consumo y la inversión, con mayores subidas de salarios, más crédito, ayudas a la inversión y fomento de la reindustrialización. Hay que crecer por encima del 2% para crear el doble de empleo del actual, porque a este ritmo necesitamos 14 años para reducir el paro a la mitad.

Hay que dejarse de triunfalismos sobre el empleo (Rajoy) porque tenemos una cifra de paro escandalosa y porque en España trabaja mucha menos gente que en Europa (y por eso somos más pobres): sólo tienen un empleo el 58,2% de los españoles de 20 a 64 años, frente al 68,3% de europeos con empleo en la UE-28 (y frente a Suecia, Alemania, Holanda, Dinamarca, Austria y Reino Unido, donde tres de cada cuatro personas trabajan). O sea, que España tiene que crear empleo para los que están parados y para los que ni siquiera buscan trabajo pero que deberían  trabajar para ponernos “a nivel europeo”. Un reto inmenso de 10 millones de empleos. Como para echar las campanas al vuelo por 402.400. Seamos serios.

lunes, 21 de julio de 2014

Más autónomos (parados que se buscan la vida)


Uno de cada cinco empleos nuevos creados este año es un autónomo que se ha puesto a trabajar por su cuenta, la mayoría jóvenes que han cobrado el desempleo de una vez y han montado un negocio. Por primera vez en cinco años, crecen los autónomos (+118.000), más que en el resto de Europa. Unos son jóvenes que se buscan la vida, pero otros son falsos autónomos, trabajadores que dejan su puesto y trabajan de lo mismo para una empresa, que se ahorra cotizaciones, vacaciones e indemnizaciones. Podría haber 300.000, en construcción, comercio, hostelería y profesionales, desde arquitectos a periodistas. El  Gobierno pretende reducir la lista del paro como sea y va a facilitar que los parados de más de 30 años también puedan cobrar el desempleo de una vez y hacerse autónomos, pagando la tarifa plana de SS. El problema es que ser autónomo es duro y  la mayoría de estos negocios acaban cerrando
 
enrique ortega

España lleva cinco meses creando empleo y en buena parte se debe a que han crecido los autónomos: de los 327.355 nuevos afiliados a la Seguridad Social entre febrero y junio, un 20% son autónomos (+65.405), el triple que en el primer semestre de 2013. De hecho, el número de autónomos lleva 9 meses consecutivos creciendo en tasa anual, hasta alcanzar hoy los 3.115.747 autónomos, 117.941 más que en febrero de 2013. Un aumento que todavía no compensa los 571.000 autónomos perdidos con la crisis, desde 2007. Actualmente, España es el tercer país europeo donde más están creciendo los autónomos, tras Holanda y Bélgica) sobre todo en el comercio (25%), la hostelería (18%), la educación (10%) y los servicios profesionales (sanitarios, sectores inmobiliarios y científicos). Crecen sobre todo en Baleares (+12,2%), Murcia (+3,3%) y Andalucía (+3,1%).Y uno de cada cinco es extranjero.

¿Por qué crecen los autónomos? Una buena parte son parados que se han lanzado al autoempleo, cansados de no encontrar trabajo. Sobre todo, jóvenes, menores de 30 años, que pueden cobrar el desempleo de una vez: en 2013, 151.465 jóvenes parados cobraron el desempleo de una vez (4.955 euros de media) y el 95% se hicieron autónomos (143.482). Pero otros nuevos autónomos eran trabajadores, empleados en una empresa, que han sido despedidos como asalariados y ahora trabajan como autónomos para la misma empresa o para otra, que se ahorra cotizar por él, pagarle vacaciones y la indemnización en caso de despido. Son los falsos autónomos, un fraude que ni se denuncia ni se persigue.

La EPA estima que hay 250.000 autónomos que trabajan en exclusiva para una empresa (160.000) o casi en exclusiva (90.000). Tendrían que estar registrados como trabajadores autónomos dependientes (TRADE) y firmar un contrato específico, que les reconoce 18 días de vacaciones anuales y una indemnización en caso de ruptura de contrato. Pero sólo hay 13.000 Trades inscritos como tales, con lo que 237.000 serían falsos autónomos. Y eso es una estimación de hace unos años, que ahora podría superar los 300.000. Otra vía para detectar su alcance son los autónomos sin empleados: había 2.024.800 a finales de 2013, según Eurostat, dos de cada tres autónomos. España es el 10º país europeo con más autónomos sin empleados y el país donde más han crecido en el último año, lo que es un claro indicador del aumento de los falsos autónomos, autónomos que son trabajadores encubiertos.

La mitad de los falsos autónomos están en la construcción (unos 150.000), donde crecen los autónomos búlgaros y marroquíes sobre todo. El resto se reparten entre el comercio, la enseñanza, investigadores y profesionales (el 24% de los arquitectos son falsos autónomos) y últimamente, en la hostelería: en Baleares, por ejemplo, muchos hoteles están subcontratando camareros y camareras de plantas como autónomos. De hecho, dos tercios de las empresas españolas contratan ya entre 3 y 10 autónomos al año, según un reciente estudio de Tower Lane e Infojobs. Y más de la mitad de las empresas encuestadas se plantean contratar autónomos en los próximos doce meses.

El Gobierno Rajoy está encantado con el aumento del número de autónomos, aunque sean asalariados encubiertos, porque les baja la lista del paro. Y lo venden como un aumento de los emprendedores en España, gracias a su política de ayudas, básicamente la tarifa plana a la Seguridad Social de 53 euros (los primeros 6 meses, luego son 131,36€ otros 6 meses y 183€ otros 18 meses más), aprobada en febrero de 2013 para los menores de 30 años (y mujeres menores de 35) y desde septiembre de 2013 para emprendedores de cualquier edad. Según sus estimaciones, esta tarifa plana ha permitido que 249.536 españoles se hayan hecho autónomos, 100.000 de ellos jóvenes. Lo que no dicen es que esta tarifa plana ha hecho un agujero a la Seguridad Social, unos 500 millones menos de ingresos anuales, que han obligado a tirar varias veces de la hucha de las pensiones.

Ahora, el Gobierno quiere seguir por esta vía, promover que los parados monten un negocio y se hagan autónomos, para lo que ya ha anunciado que permitirá a los parados mayores  de 30 años (y mujeres mayores de 35) que cobren de una vez el 100% del desempleo (ahora solo pueden el 60%). Con ello, otros 200.000 parados podrían capitalizar el desempleo y hacerse autónomos, con el reclamo adicional de la tarifa plana a la SS (son 53 euros sólo los primeros 6 meses: a los 18 meses pagan ya la cuota mínima de 261,83 euros).

Que haya más emprendedores en España está bien, pero hacerse autónomo no puede venderse (ni verse) como un atajo para salir del paro. Porque muchos nuevos negocios se están montando sin dinero (5.000 euros es lo habitual), sin un Plan de negocio, sin experiencia (el 26,8% de los emprendedores carece de formación) y creando poco empleo (57% sólo el del emprendedor y otro 36% con 1 a 5 empleados), en negocios poco innovadores (tiendas, bares, Webs, el 90% con poca tecnología). Y al final, la mayoría acaban cerrando: sólo el 9% cumplen los tres años y medio, según un estudio GEM. Y el joven emprendedor, que a veces dejó sus estudios, vuelve al paro. Y cobrará si ha cotizado al desempleo como autónomo (ahora es obligatorio) y no se lo niegan, como les pasa al 80% de autónomos que cierran su negocio.

Además de ser difícil montar un negocio, ser autónomo no es ningún chollo. En el día a día, están agobiados por dos problemas: la morosidad (que afecta a 6 de cada 10 autónomos, según el último Barómetro de ATA) y la falta de crédito (sólo un tercio piden dinero, a la mitad se les niega y a otra cuarta parte se les da menos de lo que piden y muy caro). Y también les han subido los impuestos, aunque ahora les bajan las retenciones (que hasta 2016 no bajarán al 19% de 2011). Además, trabajan más horas que los asalariados (45,1 horas semanales frente a 37,9, según UPTA) y cobran menos: declaran a Hacienda ganar una media de 9.686 euros anuales (2011), frente a 19.262 los asalariados. Y aunque una parte de esta brecha salarial se debe al fraude (no declaran todo lo que venden e inflan gastos), hay muchos autónomos que malviven (el 23% declaran ganar menos de 1.000 euros). Y un 40% de los autónomos españoles están en el umbral de la pobreza, según la OIT.

Los autónomos han sufrido más los recortes a la formación y sólo 16.000 acceden a cursos, por lo que piden cotizar un 0,1% (10 euros año) para que más autónomos (hasta 75.000) puedan formarse. Otro problema es el envejecimiento: 7 de cada 10 autónomos tienen más de 40 años. Y como la gran mayoría (81,5%) cotizan a la SS por el mínimo, sus pensiones son mucho más bajas: en junio, su jubilación media era de 678,37 euros, un 40,6% inferior a la de los asalariados (1.142,80 euros). Así que muchos retrasan su jubilación después de los 65 años: se jubilan de media a los 65,4 años (frente a 63 los asalariados) y más de la mitad de los que trabajan con más de 65 años son autónomos.

Está bien ser emprendedor, intentar montar un negocio, ser autónomo, pero no como un espejismo para salir del paro. Hay que promover negocios con futuro, con asesoramiento y financiación, no promover “chiringuitos” con tarifas planas para bajar las listas del desempleo. La clave del empleo está en las empresas, sobre todo en las grandes, que pueden tirar de un entramado de pymes y autónomos competitivos. Y sobre todo, en recuperar el consumo y la inversión, en que vuelvan las ventas, en que la economía crezca más. Sólo así sobrevivirán una parte de los nuevos emprendedores.