jueves, 24 de julio de 2014

¡ Bienvenido el empleo, aunque sea insuficiente !


Esta primavera se crearon en España  402.400 empleos, el triple que en la de 2013. Y el último año, descontando los empleos perdidos desde octubre, se han creado casi 200.000 empleos netos, algo que no pasaba desde 2008. Por fin aparece el empleo, aunque sea casi en exclusiva por el turismo y el comercio (rebajas), y sepamos que una mayoría es temporal y se va a perder. El problema es que hay demasiados parados (5,6 millones) y la mitad no acceden a los nuevos empleos, porque son pocos (1 oferta por cada 110 parados) y porque son jóvenes sin experiencia o mayores de 45 años, la mayoría con poca formación y más de 2 años en paro. Es urgente mejorar la empleabilidad de los parados mayores, mujeres y jóvenes. Y crecer más, en Europa y en España. Porque a este ritmo de crecimiento (0,5%) y de empleo, harían falta 14 años para reducir el paro a la mitad. Es inadmisible.
 
enrique ortega

La EPA del segundo trimestre se esperaba buena pero ha sido mejor: tras dos trimestres perdiéndose empleo, en primavera se han creado 402.400 puestos de trabajo, el triple que la primavera de 2013 (+130.000). Eso sí, los nuevos empleos están concentrados en los servicios (+378.700), debido al tirón del turismo y del comercio (rebajas), aunque también creció el empleo, pero poco, en la industria (+56.700) y la construcción (+36.900), cayendo en la agricultura (-69.800). Y una buena parte del nuevo empleo es temporal (53%) y a tiempo parcial (24,4%), con lo que podría perderse en otoño. Pero se trata de una buena noticia y más si vemos que, descontando el empleo perdido desde octubre, el balance del último año es ya positivo: se han creado 192.400 empleos netos, lo que no pasaba desde 2008.

El paro baja menos de lo que sube el empleo, porque este trimestre han aumentado los españoles que buscaban trabajo (los “activos”), por primera vez en el último año y medio. Así, el número de parados se reduce en 310.400 y queda en 5.622.900, una tasa del 24,47%,  todavía casi uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar. El paro ha bajado sobre todo en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, aunque lo preocupante es que todavía cinco autonomías superan o rondan el 30% de paro: Andalucía (34,74%), Canarias (32,68%), Ceuta (31,40%), Extremadura (29,43%) y Castilla la Mancha (28,69%). Y que todavía hay 1.834.400 hogares donde todos sus miembros están en paro.

La creación de empleo, aunque sea precario y mal pagado, es una buena noticia. Pero el problema de fondo es que la mitad de los parados no se beneficien. Primero, porque es escaso: hay una oferta de trabajo por cada 110 parados, mientras en Europa son 12,3 parados por vacante (2 en Alemania y 4 en Reino Unido), según datos de Asempleo. Y sobre todo, porque los nuevos empleos están concentrados entre los 25 y los 34 años, pasando luego a los de 35 a 45 años, según un reciente estudio de Infoempleo y Addeco. Quedan fuera dos colectivos muy importantes: los mayores de 45 años (sólo reciben el 6,6% de las ofertas, aunque representan el 42% de los parados) y los jóvenes, los menores de 25 años (porque el 67% de las ofertas exigen experiencia). Además, los nuevos empleos exigen formación (el 61% titulados universitarios y el 38% FP o bachiller) que no tienen la mitad de los parados. Y además, dos tercios de las ofertas (61%) se concentran en cuatro regiones (Madrid, Cataluña, Andalucía y el País Vasco), con lo que se ofrecen pocas en la mayoría del país.

Otros parados con pocas posibilidades de trabajar son los que llevan más de 1 año en el paro, más de la mitad de los parados: 3.493.600 en el segundo trimestre. Según la OIT, sólo tienen un 11,7% de posibilidades de encontrar empleo tras estar 2 años parados y eso les pasa a 2.384.300 parados españoles de larga duración, en su mayoría padres de familia entre 30 y 44 años (40% del total), mayores de 45 años (35%) y jóvenes (25%). Y eso se agrava con que casi la mitad de estos “parados con antigüedad” tienen poca formación: 1,7 millones de los parados que llevan más de un año sin trabajar no tienen la secundaria acabada.

No es sólo que la mayoría de parados tenga difícil beneficiarse del aumento del empleo. Es que mientras encuentran uno, la mayoría no cobra el desempleo ni ninguna ayuda. Así, en mayo, sólo cobraban 2.487.956 parados registrados, el 44,24% de los españoles que se consideran parados según la EPA del segundo trimestre (5.622.900). Y de ellos, menos de la mitad (1.008.196) cobran un subsidio (814,20 euros mensuales) y el resto una ayuda de 426 euros al mes. Eso significa  que 3.134.944 parados (el 55,76%) no cobran nada. Y esto es especialmente grave en 6 autonomías: Baleares (66,4% parados no cobran nada), Ceuta (63,3%), Murcia (62,3%), Aragón y Canarias (60,3%) y Melilla (39,8%). De hecho, sólo hay tres autonomías donde más de la mitad de parados cobran: Extremadura (63,18%), Navarra (51,7%) y Asturias (50,8%). Son más de 3 millones de familias condenadas a la pobreza.

En resumen, que debemos felicitarnos de que se esté creando empleo, pero debemos preocuparnos porque más de la mitad de los parados se quedan fuera, sin olerlo. Por eso, es urgente tomar medidas en dos frentes. Uno, mejorando la formación de los parados, en especial los de larga duración y mayores de 45 años (el 60,79 % no llegó a terminar la secundaria), en lugar de recortar cursos, como ha hecho el Gobierno Rajoy desde que llegó. Y dos, poniendo en marcha políticas activas para recolocar a los parados con más problemas : mujeres, jóvenes sin experiencia y mayores de 45 años, sobre todo a los que llevan más de dos años en paro, como ha pedido la Comisión Europea a España. Eso exigiría incentivar su contratación, como ha pedido incluso el FMI.

En paralelo, hay que tomarse como una prioridad nacional ayudar a buscar un empleo a los 5,6 millones de parados. Es una vergüenza que hasta el 17 de julio no se haya puesto en marcha un portal único de empleo en España, uno de los pocos países europeos que no lo tenían. Otra vergüenza es que se haya tardado cuatro años en dar entrada a las ETTs privadas para que ayuden a las autonomías a buscar trabajo a los parados, cuando tienen más éxito (consiguen contratos al 15% frente al 3% que coloca el SEPE). Ahora, se les pagará entre 300 y 3.000 euros por parado al que consigan trabajo durante al menos 6 meses, una vía que puede dar frutos, siempre que se vigile el fraude (empresas vinculadas que contratan para cobran el incentivo). Y la tercera vergüenza es que se haya tardado más de un año en poner en marcha la Garantía Juvenil, para ofrecer un trabajo, unas prácticas o un curso de formación a los 550.000 jóvenes menores de 25 años que ni estudian ni trabajan. El programa empezó el 7 de julio y deberían ofrecerles una de las tres opciones antes de cuatro meses, aunque en España, por su alto paro, no es una obligación (como en la mayoría de Europa) sino una “intención”, que cuenta con pocos recursos (1.800 millones en dos años).

Ahora que se subsanan estas “tres vergüenzas”, esperemos que ayuden a colocar a más parados. Pero lo fundamental es que aumenten las ofertas, que se creen más empleos. Para eso hace falta que España crezca más, porque con el pequeño crecimiento actual (+0,5% en el 2º trimestre y +0,4% en el 1º), se crea poco empleo, salvo en primavera y verano. Hace falta impulsar la economía europea, como ha prometido el nuevo presidente Juncker (invertir 300.000 millones en 3 años), y la española, acabando con los recortes (que se temen para 2015, en el Estado y las autonomías) y reanimando el consumo y la inversión, con mayores subidas de salarios, más crédito, ayudas a la inversión y fomento de la reindustrialización. Hay que crecer por encima del 2% para crear el doble de empleo del actual, porque a este ritmo necesitamos 14 años para reducir el paro a la mitad.

Hay que dejarse de triunfalismos sobre el empleo (Rajoy) porque tenemos una cifra de paro escandalosa y porque en España trabaja mucha menos gente que en Europa (y por eso somos más pobres): sólo tienen un empleo el 58,2% de los españoles de 20 a 64 años, frente al 68,3% de europeos con empleo en la UE-28 (y frente a Suecia, Alemania, Holanda, Dinamarca, Austria y Reino Unido, donde tres de cada cuatro personas trabajan). O sea, que España tiene que crear empleo para los que están parados y para los que ni siquiera buscan trabajo pero que deberían  trabajar para ponernos “a nivel europeo”. Un reto inmenso de 10 millones de empleos. Como para echar las campanas al vuelo por 402.400. Seamos serios.

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