lunes, 3 de marzo de 2014

Hipotecas impagables: más desahucios en 2014


Una de cada tres familias españolas está pagando una hipoteca y la décima parte tiene problemas para hacerlo cada mes. Son 600.000 familias en grave riesgo de desahucio, un drama que siguió creciendo en 2013, a pesar de la Ley aprobada en solitario por el Gobierno. Y se espera que los desahucios crezcan en 2014, porque hay renegociaciones, está subiendo el Euribor con el que se revisan y a muchas familias se les acaban los ahorros o el paro para pagarlas. Tanto el Parlamento europeo como el BCE o el FMI han pedido al Gobierno español que tome medidas para ayudar a renegociar las hipotecas, una losa para las familias: su pago supone más del 40% de la renta para dos tercios de los hipotecados. Pero también son una losa para la recuperación: si las familias están asfixiadas con la hipoteca, no consumen y la economía no crece ni crea empleo. Ayudarles es ayudarnos a salir de la crisis.
enrique ortega

Toda Europa está endeudada, pero los españoles más. Y eso porque somos un país de propietarios, donde el 83% de las familias tienen su casa en propiedad frente al 60% de media europea o el 44 % en Alemania. Y eso nos lleva a que una de cada tres familias (32,9%), 5.940.000 hogares en 2011, tienen pendiente el pago de su hipoteca, según el INE (casi el doble que diez años antes: 3,4 millones debían su casa en 2001). Y hay cinco autonomías donde el porcentaje de familias con la hipoteca pendiente supera la media nacional: Melilla (37,7%), Comunidad Valenciana (36,7%), Ceuta (36,3%), Murcia (36,2%) y Madrid (34,8%).

El problema es que estas familias con hipoteca pendiente dedican ya una gran parte de sus ingresos a pagar la cuota mensual: suponía más de un 40% de su renta para el 57,6% de los hogares en 2011, según el Banco de España, y ahora sucederá ya en dos tercios de los hipotecados. Una pesada losa, mucho mayor que en el resto de Europa: si en España la deuda hipotecaria de las familias suponía el 65% del PIB (2011), en Alemania suponía el 46%, en Italia el 22% y en Francia el 21%. O sea, debemos comparativamente el doble o el triple.

Y el problema es que además, nos resulta más difícil pagar la hipoteca: tenemos más del doble de paro (26,03% frente al 10,7%) y más de la mitad de los parados ya no cobran subsidio (52,5% parados EPA), los salarios llevan varios años congelados o cayendo y se han recortado también ayudas y prestaciones sociales, con lo que la renta disponible ha caído y es un 25% inferior a la de alemanes o franceses. Así es más difícil pagar al banco y la prueba es que se ha disparado la morosidad: si en 2007 casi nadie dejaba de pagar la hipoteca (0,71% de morosidad) y lo mismo en 2010 (2,38%), en 2013 ya rondaba el 6%. Y Oliver Wyman estimaba que era mayor, porque los bancos estaban “tapando” la morosidad real refinanciando muchas hipotecas: hablaban del 9% de morosidad en 2012 (hoy quizás el 10%).

Eso significaría que 1 de cada 10 hipotecas pendientes tiene dificultades para pagarse. Unas 600.000 familias con muchas papeletas para sufrir un desahucio en los próximos meses, tras haber aumentado los desahucios en 2012 (43.853 desahucios, según el Consejo General del Poder Judicial y 39.167 según el Banco de España) y 2013 (35.098 sólo en el primer semestre, según el Banco de España). El temor es que los desahucios (150.000 desde que se inició la crisis) sigan creciendo en 2014, por varias razones. La principal, que muchos bancos se han visto obligados a revisar las hipotecas de sus clientes, después de que el Banco de España les obligara en abril de 2013 a ser más estrictos con el saneamiento de las muchas refinanciaciones hechas en 2009 y 2010. Y muchos no podrán hacer frente a las nuevas condiciones. Además, el Euribor (el tipo con el que se revisan anualmente las hipotecas), subió en enero, por segundo mes consecutivo tras casi dos años de bajadas, aunque ha bajado ligeramente en febrero. Y además, hay 581.441 hipotecados, casi uno de cada diez, que deben al banco más de lo que valen sus casas, las llamadas “hipotecas burbuja”. 

Más riesgo de que muchas hipotecas no se paguen y acaben en desahucio, porque además, las normas aprobadas en los últimos años para frenarlos no han funcionado: ni el real decreto Ley 8/2011 que aprobó Zapatero en julio 2011, ni los dos que aprobó Rajoy (real decreto Ley 6/2012 de marzo 2012 y real decreto Ley 27/2012 de noviembre 2012) ni la Ley 1/2013, de mayo 2013, que este Gobierno aprobó en solitario, con el rechazo de los afectados (PAH)  y el recurso del PSOE ante el Constitucional. Se ha mejorado algo el problema (se eleva de 1 a 3 los impagos necesarios para iniciar el proceso de desahucio, se facilitan las renegociaciones con quitas, se limitan los intereses de demora al 12% y se facilita que el juez frene los desahucios de hipotecas con cláusulas abusivas) pero sólo se frenan por dos años los desahucios en los casos más graves, de unas 120.000 familias. Y, sobre todo, no se fuerzan las renegociaciones.

El BCE emitió en mayo un dictamen señalando que esta Ley anti-desahucios española era “insuficiente” y pidió al Gobierno medidas más ambiciosas para evitar desahucios. La autoridad bancaria europea pide a España que incentive la reestructuración de la deuda, porque cree que es una solución más barata para la banca que ejecutar las hipotecas impagadas. El Parlamento europeo pidió en junio una normativa europea que contemple la dación en pago (dar la casa a cambio de liquidar la hipoteca) o la renegociación de la deuda de las familias en quiebra. Y en enero de 2014, la Comisión aprobó una Directiva que contempla una mayor protección de los hipotecados y la dación en pago en caso de que banco e hipotecado lo acuerden. También el FMI ha reiterado que España tiene “un grave problema de deuda privada” y que sólo renegociándola (hablan incluso de quitas) se podrá salir de la crisis.

Ciertamente, las hipotecas son una pesada losa para las familias españolas. Si durante el boom inmobiliario (2005 a 2008), las hipotecas crecieron en 200.000 millones, con la crisis (2009-2013) sólo se ha devuelto la mitad de este dinero nuevo y las familias todavía debían  a los bancos 611.521 millones de euros a finales de 2013 (un 61% del PIB español). A este ritmo de desendeudamiento, haría falta una década para quitarnos esta losa, a costa de muchos desahucios por el camino si apenas se crea empleo y los salarios no crecen. Por eso, urge tomar medidas para facilitar y acelerar el pago de estas hipotecas, porque si no, las hipotecas serán también una losa sobre la recuperación: las familias no podrán gastar, no habrá ventas, la economía crecerá al ralentí y se creará poco empleo.

La dación en pago (dar la casa a cambio de liquidar la hipoteca) no es una solución: al hipotecado le deja en la calle, sin que haya un parque de viviendas sociales en alquiler, y al banco le deja en muchos casos un agujero que nos toca sanear. La mejor solución es renegociar las hipotecas más problemáticas (al menos, esas 600.000): perdonar una parte de la deuda (quitas) para asegurar el cobro del resto ampliando plazos y bajando tipos. Todo para bajar la cuota a pagar cada mes. Sobre todo en las Cajas nacionalizadas y creando un “banco malo” de hipotecas particulares, como hizo Rooselvet en EEUU en 1933. Se trata de “rescatar a las familiascomo se ha rescatado a los bancos.

Y rescatar así a la economía, porque no saldremos de la crisis mientras la pesada losa de las hipotecas asfixie a una de cada tres familias, que han de dedicar sus menguantes ingresos a pagar su cuota mensual y no les queda para consumir, con lo que no se reaniman las ventas, la inversión, el crecimiento y el empleo. Ayudar a las familias más vulnerables a renegociar y pagar su hipoteca es una exigencia para asentar la débil recuperación. Si no, seguirá el goteo de desahucios, aunque ya no sean noticia. Sus hipotecas son un problema de todos.

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