jueves, 4 de julio de 2013

Sube la luz y los desahucios eléctricos


El 1 de julio volvió a subir la luz, un 1,2 %, aunque en el conjunto del año baja. Pero la subida fuerte nos espera en octubre, para tapar el agujero eléctrico, que crece aunque la luz ha subido ya un 70% en los últimos cinco años. El Gobierno aprobará en julio otra reforma eléctrica, la sexta en año y medio, un parche para sanear el sector a costa de recortar algunas subvenciones a las eléctricas y de que los ciudadanos  ayudemos por partida doble: con otro crédito extraordinario y con subidas en los próximos recibos. Todo para evitar una reforma de verdad, que recorte centrales (sobran la mitad) y costes, porque pagamos la luz más cara de lo que cuesta producirla. Mientras, una de cada diez familias tiene problemas para pagar el recibo y las eléctricas han cortado la luz a 1,4 millones de españoles .Son los desahucios eléctricos.  
enrique ortega

Este trimestre, la luz sube otro 1,2 %, tras haber bajado un 6,62 % en marzo y subido un 3% en enero, con lo que en este año baja un 2,42%, gracias a que han bajado los costes de producir electricidad, al caer el consumo y al clima (lluvia y aire), que ha aumentado el peso de las energías hidráulica y eólica (más baratas). Y eso, a pesar de que el mercado eléctrico es poco transparente y las compañías “manipulan los precios”, como denuncia la Comisión Nacional de la Energía (CNE), aunque reconoce que no puede multarles porque realizan sus triquiñuelas “al amparo de la regulación”. Estas maniobras nos han costado a los consumidores 1.200 millones en 2012, según la CNE, un 71% más de lo que nos costaban ya en 2009 (700 millones). Y suponen un sobrecoste en el recibo de la luz del 8%, sólo en 2012. Un escándalo “legal”.

Con todo, la luz ha subido ya un 30% en los últimos tres años y un 70% desde 2008. Por ello, los españoles pagamos la electricidad más cara de Europa, tras Chipre o malta, una tarifa un 33% superior a la media europea. Y con la recesión y el paro, ya hay un 10% de familias que no pueden pagar el recibo de la luz, unos 4,6 millones de españoles que han caído en la “pobreza energética”, según un estudio de ACA. De hecho, Iberdrola y Endesa cortaron la luz en 2012, por impago, a  1,12 millones de clientes, con lo que los “desahucios eléctricos” de todas las compañías podrían rondar a 1,4 millones de españoles. Cada día hay más familias que restringen su gasto de luz y calefacción, lo que provoca al año entre 2.300 y 9.300 muertes en España (sobre todo entre ancianos), más que los accidentes de tráfico (1.300 muertes), según un estudio del Observatorio de Sostenibilidad (OSE).

La situación va a empeorar este otoño, no sólo por la crisis y el frío, sino porque en octubre se espera una fuerte subida de la luz, para ayudar a tapar el agujero eléctrico: la diferencia entre ingresos y costes reconocidos, que ha vuelto a crecer en 2013 (+1.916 millones hasta abril, tras subir +5.609 millones en 2012), a pesar de las subidas de tarifas. Ese agujero existe porque la Ley del Sector Eléctrico (LSE) de 1997, aprobada por Aznar, fijó un doble sistema de precios. Por un lado, los precios de mercado: se paga por la luz lo que cuesta producirla en la central más cara (térmicas de gas y fuel), lo que beneficia a las centrales con menos costes (hidráulicas y nucleares). Es como pagar igual la carne picada, al margen de que se haga con pollo o chuletón de ternera. Y como con esos precios, la mayoría de centrales (todas, menos hidráulicas y nucleares) apenas cubrían costes y no inversiones, se les compensa con otros ingresos, los pagos regulados que aprueba el Gobierno: primas, pagos por capacidad, incentivos a la inversión o disponibilidad…

Un sistema de locos que infla tanto los costes eléctricos que no se pueden cubrir con el recibo, aunque haya subido un 70%. Por eso, tenemos una deuda reconocida con las eléctricas, que rondó los 30.000 millones en 2012 y que era de 26.000 millones en mayo. Una deuda que en sus dos terceras partes se ha convertido en “papelitos”( títulos), una hipoteca que tenemos que pagar los usuarios (deuda más intereses) hasta el año 2027 y que supone unos 3 euros al mes en el recibo. El problema es que, si no se hace nada, esa deuda es una pelota que crece cada año en unos 6.000 millones más.

El Gobierno Rajoy ha aprobado ya cinco paquetes de medidas para intentar corregir el agujero eléctrico, casi tan grande como el de la banca. Pero sin resultado. Ahora, en julio, aprobará la sexta reforma en año y medio, con un objetivo: tapar el agujero eléctrico a costa de conseguir unos 6.000 millones extras anuales de los usuarios y del sector eléctrico. Por un lado, los consumidores pagaremos dos veces: una, con otro crédito extraordinario de 2.000 millones (se aprobó otro de 2.200 para 2013), que salen de nuestros impuestos, y la otra, con una fuerte subida extra en los próximos recibos, a partir de octubre. Por otro, se harán recortes a las eléctricas, reduciendo primas a las renovables (del 10 al 20%), recortando subvenciones al transporte (Red Eléctrica) y distribución (eléctricas) y consiguiendo ingresos con el 7% del impuesto aplicado desde enero a la generación de electricidad.

Las eléctricas se quejan y se pegan con las empresas de renovables por ver quién paga menos con esta reforma. Pero no dicen que si las renovables (solar, eólica y co-generación) han recibido subvenciones (vía tarifas) por 35.000 millones entre 1998 y 2011, las eléctricas convencionales (hidráulicas, nucleares y térmicas) recibieron 53.000 millones, sin contar otras compensaciones (como los 2.500 millones extras de CTC). Y quizás estas ayudas pagadas con nuestros recibos explican por qué las eléctricas españolas son las más rentables de Europa y ganan el doble que las grandes europeas: un 6,78% sobre ventas frente al 2,62% en 2012. Y lo mismo en años anteriores y en la previsión para 2013.

En definitiva, pagamos la luz más cara de Europa porque el Gobierno (todos desde 1997) reconoce a las eléctricas unos costes inflados (pagamos la luz/carne picada como si se hiciera con chuletón/gas y fuel cuando la mayoría se produce con pollo/nuclear e hidráulica), y les compensa además con pagos discutibles (incluidos 750 millones a grandes empresas por si les falla el suministro de la luz, algo que no ha pasado nunca). Y encima, cuando el mercado “libre” eléctrico fija sus precios, utiliza triquiñuelas legales para cargarnos sobrecostes injustificados.

¡Vaya panorama ¡ Un caos de sistema eléctrico, que nos cuesta carísimo y que no se arregla con nuevos parches, como los que va a aprobar el Gobierno. Por un lado, hay que pinchar la burbuja eléctrica: sobran centrales, tenemos el doble de potencia instalada (100.000 Mw) de la que consumimos (40.000 Mw). Por otro, hay que recortar los costes, pagando por la luz lo que realmente cuesta producirla y quitando subvenciones encubiertas. Así, bajaría la luz y se acabaría con el agujero eléctrico de verdad. Y las eléctricas españolas tendrían un beneficio “europeo”. En paralelo, habría que atender a los pobres energéticos, aumentando el bono social (recibo un 23% más barato) a más familias (lo disfrutan 2,2 millones, entre parados, familias numerosas y pensionistas), en lugar de recortarlo como se ha hecho en 2013 (lo han perdido 200.000 familias). Y están pensando en reducirlo más o suprimirlo.

La reforma eléctrica es una de las grandes asignaturas pendientes de España. Bruselas apuesta por liberalizar el sector y presiona al Gobierno para que deje de regular los precios, lo que supondría fuertes subidas de la luz. Sería una barbaridad, porque es un bien esencial que no se puede dejar en manos de un oligopolio (tres eléctricas suministran al 92% de los hogares). Pero es urgente poner orden y no cargar en el recibo costes no justificables para engordar el beneficio de las eléctricas. Algo que no hará este Gobierno (ni el anterior) porque sería enfrentarse a uno de los poderes económicos del país. Ellos o nosotros.

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