domingo, 28 de abril de 2013

La "receta" Rajoy: más recortes y más parados


Un día después de que España superara con creces los 6 millones de parados, el Gobierno aprobaba otro "ajuste"(recortes y subida de impuestos), el quinto de Rajoy , olvidando que la “receta” de tres años de austeridad (compartida con Bruselas y Zapatero) es culpable de la recesión y de 1,6 millones de parados (casi un millón son “de Rajoy”). Y para contentar a Bruselas, añade algunas reformas, que no ayudarán a reanimar la economía: es como hacer un lifting a un enfermo de cáncer. La economía está estancada, no hay consumo, no hay inversión, no hay crédito y se pierden 3.581 empleos al día. Y más de la mitad de los 6,2 millones de parados no recibe ningún subsidio, lleva más de un año en paro y carece de formación para encontrar trabajo (que no hay). Bruselas y el FMI temen que sigamos en recesión en 2014. Y el propio Gobierno acepta que no se creará empleo hasta 2015 y que habrá más paro al terminar la Legislatura que cuando Rajoy llegó al poder. Hay que cambiar de política ya, en Europa y en España, para reanimar la economía y crear empleo. El país no aguanta más.
enrique ortega

El Gobierno Rajoy repite cada día que”lo peor de la crisis ha pasado”, pero la realidad es que la economía sigue en recesión: volvió a caer un -0,5% en el primer trimestre, según el Banco de España, algo menos que el cuarto trimestre (-0,8%), pero más que hace un año (-0,4%), lo que da un -2% de caída el último año (-1,4% en 2012). El Gobierno revisó este viernes sus previsiones para 2013, del -0,5% anterior al -1,3%. Y es que la economía sigue estancada: no hay consumo, las familias no pueden gastar (bajan los salarios, suben precios e impuestos), no se invierte, no hay crédito (pese a la costosa reforma financiera) y lo que iba bien, el turismo y las exportaciones, han pinchado por la recesión en Europa.

La consecuencia más grave es que España sigue perdiendo empleo, por sexto año consecutivo: 3.581 empleos perdidos cada día en 2013, según la EPA, que acaba de superar con  creces la barrera de los 6 millones de parados: 6.202.700 (27,16% de los activos), 4,43 millones más que antes de la crisis (había 1.760.000 parados en el verano de 2007).

Una cifra tremenda, que esconde cinco datos muy preocupantes. Uno, que media España tiene un paro que ronda o supera el 30%, con grandes diferencias entre sur (41,62% paro en Cádiz) y norte (13,27% Guipúzcoa): Andalucía (36,87%), Extremadura (35,56%), Canarias (34,27%), CLM (31,51%), Ceuta (38,43%), Melilla (31,76%) y C. Valenciana (29,19%). Dos, que un 57,2% de los jóvenes menores de 25 años están en paro.Tres, que más de la mitad de los parados (el 56,3%, casi 3,5 millones) llevan más de un año en paro. Cuatro, que más de la mitad de los parados EPA no cobran ningún subsidio: son 3.167.834 los parados sin ayudas (51,08%), situación más grave en Ceuta (70% no cobran nada), Murcia (61,25%), Melilla (59,7%), Canarias (57,08%) y C. Valenciana (55,6%). Sin olvidar que hay 1.906.100 hogares con todos en paro. Y cinco, crecen los desanimados, los que ya ni buscan trabajo: 600.000, el triple que antes de la crisis.

Y lo peor es que el paro va a seguir creciendo este año, donde Bruselas augura que España pierda otros 500.000 empleos. Y tanto la Comisión Europea como el FMI temen que los recortes lleven a España a prolongar la recesión en 2014 y no crecer hasta 2015. En cualquier caso, auguran un crecimiento mínimo, del 0,7 al 1,6% hasta 2018, demasiado pequeño para dar esperanzas a los 6,5 millones de parados que habrá a finales de 2013. De hecho, el propio Gobierno Rajoy espera que se destruya empleo en 2013 (-565.000 empleos) y también en 2014 (-68.000 ocupados). Y que el paro siga altísimo, en el 25,8% al final de la Legislatura (2015), un 3% más que cuando Rajoy llegó al poder (22,85% de paro).

Un negro panorama frente al que el Gobierno Rajoy, empujado por Bruselas, ofrece la misma receta: ajustes y reformas. Por un lado, subirá en breve algunos impuestos indirectos (tabaco, alcohol, electricidad, medio ambientales y sobre depósitos bancarios) y el impuesto de sociedades, además de prorrogar a 2014 la subida del IRPF. Por otro, reducirá otra vez el gasto, rebajando las transferencias del Estado a las autonomías, que se verán obligadas a recortar más sus servicios a los ciudadanos. Quinto ajuste de Rajoy, que se suma a los 50.000 millones "ajustados" (recortes+subidas impuestos) en 2011 (diciembre), 2012 (abril y julio) y 2013, que nos han traído la recesión actual y 6,2 millones de parados (929.100 son “de Rajoy”). 

Y además, se aprueba un paquete de reformas, para contentar a Bruselas: ley de Emprendedores (para que parados se hagan empresarios), fórmulas no bancarias para financiar a las pymes (en lugar de forzar el crédito en las Cajas nacionalizadas con ayudas públicas), reforma energética (la sexta, mientras pagamos la luz más cara de Europa) y de las telecomunicaciones, más reformas de la Administración (obligarán a los Ayuntamientos a dejar de prestar servicios para ahorrar otros 8.000 millones) y liberalización de los servicios. Y la más importante:  una próxima reforma de las pensiones, para recortar las actuales y las futuras. Reformas postergadas que pueden estar algunas bien, pero que no surten efecto a corto plazo en medio de una recesión: son como hacer un lifting a un enfermo de cáncer.

Rajoy impone otro nuevo sacrificio a los españoles (y más paro) en aras de la austeridad y para rebajar el déficit. Pero es que además, apenas lo rebaja. De hecho, en 2012, tras intentar hacer trampas a Bruselas (retrasando devoluciones de Hacienda), el déficit se ha quedado en el 7% (10,6% contando las ayudas a la banca), el más alto de Europa. Y el déficit del Estado (con la SS) lo han recortado sólo -0,12% (del 5,20 en 2011 al 5,08% en 2012), menos que Zapatero, que lo rebajó -0,69% (del 5,89 en 2010 al 5,20% en 2011), a pesar de hacer el  triple de recortes. La verdadera rebaja del déficit la han hecho autonomías (-1,55%) y  Ayuntamientos (-0,30%), a costa de cargarse la sanidad, la educación, la Universidad y los servicios públicos y sociales.

Tanto sacrificio y encima apenas bajamos el déficit (al 7%), que seguirá por encima del 6% hasta 2017, según el FMI. Y eso porque los recortes provocan más recesión y menos recaudación y más déficit. Es la pescadilla que se muerde la cola. Una trampa endiablada que ha obligado al FMI a decir que hay que suavizar los ajustes y a Bruselas a reconocer que hay que dar más tiempo a España para rebajar el déficit, porque “se agrava la crisis social. Y así, se espera que el 29 de mayo, la Comisión permita a España dos años más, hasta 2016, para rebajar el déficit al 3%. Con ello, este año habría que bajarlo al 6,3%, no al 4,5% presupuestado. El problema es 2014: aún con este respiro, habría que bajar el déficit al 5,5%, algo imposible si no se hacen más recortes y se suben impuestos (IRPF e IVA, algo seguro). Y el temor entonces, advertido ya por el FMI y de la UE, es que estos nuevos ajustes lleven a España a no crecer tampoco en 2014, con lo que serían tres años de recesión, un paro camino de los 7 millones y un país en peligro de estallar socialmente.

La otra opción es crecer más, para recaudar más y reducir el déficit con menos sacrificios. Para ello, primero debe haber otra política en Europa, con Alemania y los países del norte gastando más para sacar a la UE de la recesión y tirar de la Europa del sur, algo impensable hasta después de las elecciones alemanas de septiembre. Y luego, en España debe hacerse otra política, tras un obligado pacto político que parece imposible. Otra política con cuatro patas: gastar más en políticas de empleo (formación y reciclaje de parados), relanzar el consumo (frenando la caída de salarios) y el crédito, apoyar la recuperación empresarial (en la industria, la tecnología, las exportaciones y el turismo) y recaudar más (en este blog he explicado cómo  conseguir 50.000 millones más de ingresos, sin que pague más la mayoría), para financiar estas políticas de reactivación y a la vez reducir paulatinamente el déficit.

Cualquier cosa menos seguir con la política de austeridad que ha llevado a la economía a la UVI y amenaza con matar al enfermo. Si tenían dudas, los 6,2 millones de parados deberían ser una poderosa razón para afrontar otra política de una vez por todas. No vale esperar a ver si esto mejora. Hay que hacer otra política, reanimar la economía, el consumo y la inversión para crear empleo, como han hecho con éxito EEUU, China, Brasil y ahora Japón. Hacer más recortes dolorosos y reformas ineficaces es perseverar en el suicidio.

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