domingo, 6 de enero de 2013

Más copagos en la Sanidad pública

La sanidad pública la pagamos cada día con nuestros impuestos. Pero como el gasto se ha disparado (hay más hospitales, la tecnología es más cara y vivimos más), el Gobierno Rajoy nos cobra un extra por cuidar nuestra salud: los copagos. Empezó en julio con el copago farmacéutico y ha añadido nuevos copagos por las ambulancias, las prótesis, alimentos dietoterápicos y algunos fármacos hospitalarios. Desde el 1 de enero, hay un re-copago de un euro por receta en Madrid, que se suma al de Cataluña. Y este año serán privatizados 25 grandes hospitales en ocho autonomías gobernadas por el PP. Como las autonomías incumplirán sus déficits, habrá más recortes en sanidad en 2013, con nuevos copagos. Tras 16.000 millones de recortes desde 2010 (25% del gasto), la sanidad pública está a punto de estallar, en perjuicio de los pacientes, que cada vez pagamos más por ella. Hace falta un gran Pacto nacional para blindar su financiación y mejorar seriamente su gestión.


enrique ortega

Sanidad acabó el año 2012 como lo empezó: con recortes y copagos. El 19 de diciembre pactó con sus autonomías (ante el rechazo de Andalucía, Asturias, País Vasco y Cataluña) implantar este año cuatro nuevos copagos en la sanidad  pública. Uno de 5 euros por traslado no urgente en ambulancias, con un máximo de 10 a 60 euros al año (6 a 60 los enfermos crónicos) según la renta. El segundo, un copago por prótesis (audífonos, prótesis, implantes, muletas o sillas de ruedas): se pagará del 10% al 60% del coste, con un tope  de 20 a 60 euros, según ingresos. El tercer copago, para los alimentos dietoterápicos, que toman pacientes de cáncer y cirugías digestivas, por los que se pagarán del 10 al 60% del precio (máximo 1 euro por envase).Y el cuarto, 32 medicamentos que sólo se dispensan con receta hospitalaria (para cánceres, hepatitis, linfomas y enfermedades víricas), por los que se pagará un máximo de 4,13 € por envase.

Además, se han recortado prestaciones de la sanidad pública para 2013: en la prueba del talón (ahora se utilizará el análisis para detectar 5 enfermedades, frente a autonomías que analizaban 33), en los tratamientos de reproducción asistida (se limitan a mujeres menores de 40 años y parejas que no tengan hijos sanos), implantes oculares, rehabilitación y genética. Y se revisará el Catálogo de  prestaciones sanitarias, para recortarlas en 2013 y 2014.

Estos nuevos recortes se suman al gran recorte de gastos de 7.000 millones aprobado en abril de 2012, con el copago de los medicamentos, la retirada de financiación pública a 400 medicamentos (que ahora pagan íntegramente los pacientes) y la retirada de la tarjeta sanitaria a emigrantes sin papeles (unos 150.000), medida cuestionada por una resolución del Tribunal Constitucional y que no aplican cuatro autonomías “insumisas” (País Vasco, Andalucía, Asturias y Cataluña), mientras tratan de “paliarla” otras cinco (Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra y Canarias) y las 8 restantes lo aplican a rajatabla, con la oposición de médicos y ONGs.

Al copago farmacéutico en toda España se sumó el 23 de junio otro copago en Cataluña, de un euro por receta, para medicamentos a partir de 1,67 euros, con un tope de 61 euros al año por paciente y con el que la Generalitat recauda 8 millones al mes. Un re-copago farmacéutico que ha implantado Madrid el 1 de enero (precipitadamente, en papel), con un tope de 72 euros, para recaudar 83 millones en 2013. El Gobierno Rajoy impugnó en diciembre el re-copago de Cataluña y dice que impugnará en enero el de Madrid ante el Tribunal Constitucional, que se espera suspenda ambos en unas semanas (o meses), porque suponen una doble imposición y vulneran el principio de igualdad de los españoles, que pagan distinto por los medicamentos según donde vivan. Pero en el camino, Madrid y Cataluña nos habrán sacado a los usuarios unos 20 millones en tres meses (cada una), que la mayoría no vamos a reclamar luego euro a euro.

El copago farmacéutico estatal ,implantado en julio, ha servido para frenar algo el despilfarro en el consumo de medicamentos, sobre todo de los pensionistas, que ahora pagan un porcentaje con un tope anual (8,18 y 60 euros, según ingresos). De hecho, el gasto farmacéutico ha caído en 931 millones en los primeros cinco meses de copago, aunque cae más el gasto (-11,46%) que el número de recetas (-4,62%), porque lo que más ha caído es el precio de los medicamentos, forzados laboratorios y farmacias por el Gobierno.

Todo apunta a que los copagos van a seguir en 2013 y 2014, porque las autonomías no reducen suficientemente su déficit (7 no cumplen, según Hacienda) y la sanidad es su mayor gasto (40% Presupuestos). Además de recortar prestaciones, podrían aprobarse nuevos copagos por acudir a urgencias, por día de hospitalización o comidas, y ampliar el copago a toda la farmacia hospitalaria. Ello preocupa a los médicos, que temen que el efecto acumulativo de los copagos en los enfermos crónicos y polimedicados lleve a algunos pacientes a no medicarse. A nivel económico, la crítica al copago es que recae más sobre los activos con rentas bajas y que no hay un límite sobre la renta (en Alemania, los copagos no superan el 2% o el 1% en enfermos crónicos).

Entre tanto, 2013 será el año donde avanzará la privatización de hospitales en Madrid, Castilla la Mancha y otras siete autonomías del PP (Comunidad Valenciana, La Rioja, Galicia, Extremadura, Castilla y León, Baleares y Canarias).Aunque hay un trasfondo ideológico (“lo privado es mejor que lo público”), la razón básica es que estas autonomías tratan de quitarse gastos de funcionamiento, aunque sea en detrimento de la calidad del servicio y a veces con más gasto final (porque se acaban revisando al alza las concesiones, como pasó en Madrid y como piden ahora los hospitales privatizados en Valencia).

En cualquier caso, el problema real es que la sanidad española ha saltado por los aires por un doble efecto: han crecido exponencialmente los gastos (por los nuevos hospitales y centros, el encarecimiento de las tecnologías y la mayor esperanza de vida) y han caído por la crisis los ingresos del Estado y las autonomías, que han recortado drásticamente el Presupuesto: en 2013 habrá 16.000 millones menos de gasto sanitario que en 2009 (-25%). Y así, no hay sistema que resista.

La solución sólo puede venir por dos caminos. Uno, conseguir más recursos para la sanidad pública: España gastaba menos que la OCDE en 2009 y mucho menos ahora (1.210 euros por habitante en 2012). Ello exige recaudar más, pero no con el céntimo sanitario (1.800 millones que pagan los automovilistas) ni con copagos (injustos), sino con impuestos, para que financien más la sanidad los que más tienen (particulares y empresas). Por otro, hay que gastar y gestionar mejor, aprovechando al máximo los recursos sanitarios (consultas mañana y tarde, aparatos y quirófanos funcionando las 24 horas…), con criterios de eficiencia económica y médica. Y dando más autonomía a los hospitales y centros, a cambio de rigurosos objetivos de resultados y calidad y con exigentes auditorías externas independientes.

Con los recortes no se salva la sanidad pública ni tampoco sin cambios drásticos en su gestión. Hace falta acabar con los enfrentamientos y las protestas, que acaban pagando los pacientes (6.000 operaciones sin hacer y 40.000 consultas pendientes). Es urgente un gran Pacto nacional para asegurar a la sanidad recursos suficientes para una década y garantías de que se gastan con eficacia, dejando a los médicos que se impliquen sin privilegios. Si no, cada vez tendremos una sanidad peor y con más copagos injustos.

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