domingo, 30 de diciembre de 2012

2013: Feliz año... igual de malo


Entramos en 2013, el quinto año de la crisis (en realidad, el sexto, pero en 2008 no la notábamos). Todo apunta a que será igual de malo que 2012, sino peor: más recesión, más paro, menos ingresos, más recortes y más pobreza. Otro año con la economía parada, sin consumo ni inversión. Y con Bruselas y Rajoy empecinados en el fundamentalismo del déficit, en aplicar el ricino de los recortes, que nos han llevado a profundizar la recesión, agravar el paro y encima recortar poco el déficit público. Por eso, en 2013, con o sin rescate, Merkel y Bruselas nos forzarán a nuevos ajustes, a más recortes en pensiones, desempleo, despidos públicos, sanidad, educación, gastos sociales. Y subirán los impuestos. Más de lo mismo, para deprimir más la economía y la vida de los españoles. Todo con la esperanza de que 2013 sea el último año de la crisis. Pero la salida del túnel será lenta, hasta 2018. Mientras tanto, ¡Feliz año 2013¡
enrique ortega

Para ver cómo será el nuevo año 2013, basta preguntarse: ¿voy a gastar más que en 2012? Y la mayoría piensa que no: unos, 6 millones ya (el 24 de enero se publica la EPA), porque no tienen trabajo ni perspectivas de encontrarlo. Y el resto, porque  temen perderlo, les han congelado o bajado sus salarios y su economía familiar está temblando, porque 15 millones son mileuristas (trabajadores, autónomos, pensionistas y parados) y 12 millones son pobres, que sobreviven gracias a la familia y a los ahorros (dos colchones que se acaban). El resultado es que la mayoría de las familias consumen lo mínimo y así no se vende, ni coches, ni ropa ni pisos ni casi nada. Y las empresas, despiden o cierran. Eso es la recesión. Y encima, el Gobierno, con sus recortes, deprime más la economía y aumenta el desempleo.

Este es el panorama que se espera para 2013, por mucho que el Gobierno se invente “brotes verdes” y hable de recuperación para el verano. Frente a una caída de la economía del -1,5% en 2012, el Ejecutivo cree que la recesión sólo será del -0,5% en 2013. Pero nadie se lo cree, ni los mercados y expertos privados ni los organismos internacionales: -1,3% augura el FMI  y -1,4% tanto la OCDE como la Comisión Europea. Con ello, la recesión se mantendría hasta septiembre y sólo creceríamos unas décimas en el último trimestre de 2013. Pero el año se saldaría con una nueva pérdida de empleo: otros 467.648 empleos menos, un tercio entre contratados del Estado, autonomías y Ayuntamientos. Y con el paro ya por encima de los 6 millones de españoles (6.145.000 parados en 2013, el 26,6%, según la Comisión Europea).

Más recesión, menos empleo, salarios a la baja y precios subiendo el 2%, un negro panorama que impedirá al Estado, autonomías y Ayuntamientos recaudar lo previsto, con lo que tampoco se podrá cumplir el gran objetivo de Rajoy: bajar el déficit público. En febrero se sabrá cómo han quedado las cuentas de 2012, pero todo el mundo (salvo Montoro) piensa que será imposible cumplir con el 6,3% de déficit prometido por el Gobierno (la Comisión Europea y la OCDE apuestan por un 8%). Con ello, Bruselas y Merkel nos tirarán de las orejas (aunque ahora digan que nos darán más tiempo) y nos exigirán, en febrero mismo, nuevos recortes, para 2013 y sobre todo para 2014.

¿Dónde meterán la tijera? Un poco en todo: pensiones (recorte jubilación parcial y anticipada, supresión clausula revisión con el IPC, anticipo jubilación a los 67 años antes de 2027…), desempleo (menos duración), sector público (reducción personal contratado y recorte de gastos) y una vuelta de tuerca en sanidad, educación y gastos sociales, estableciendo más copagos (como Portugal, donde ya se estudia un copago en la educación). Y por supuesto, subiendo impuestos, desde el IRPF al IVA y otros indirectos, también para 2014. Y se endurecerá la reforma laboral, con más poder para las empresas, menos indemnizaciones (Portugal las baja de 20 a 12 días)  y más contratos basura para jóvenes.

Al final, la vuelta de tuerca de Bruselas llegará, con o sin rescate. Merkel prefiere que Rajoy no lo pida, para no tener que pedir más dinero a los alemanes en vísperas de las elecciones de septiembre de 2013 (tampoco lo quieren Finlandia, Austria y Holanda). Todo va a depender de cómo vaya Italia, de cómo siga Grecia y Portugal y de que Francia (cuya economía está estancada) no agrave la crisis del euro. Para España, sería mejor un rescate blando, con la intervención del BCE comprando deuda en el mercado secundario, ya que eso rebajaría la prima  de riesgo (de 400 a 200 puntos) y la factura de intereses para el Estado, bancos y empresas, que están  pagando el doble que los alemanes para financiarse (con dificultades). Pero Rajoy quiere evitar el estigma político del rescate y Merkel ahorrarse pagar otra factura más. Ambos prefieren ganar tiempo, que pasen los meses y España consiga llegar a finales de 2013 sin rescate.

Será difícil, porque Europa sigue sin poner orden en su crisis, con la mitad de los países estancados o en recesión, y avanzando con lentitud en la unión bancaria (para 2014), fiscal (con un Presupuesto recortado para 2014-2020) y económica (sin Tesoro ni eurobonos). Y con la Europa del sur a la deriva, cayendo por tercer año consecutivo, lo que hace dudar a los mercados de que podamos pagarles la deuda. Con este panorama, en cualquier momento puede dispararse la prima de riesgo, con España en el punto de mira, lo que urgiría el rescate.

Con o sin rescate, el problema es que los nuevos recortes de 2013 van a agravar aún más la recesión y el paro, los verdaderos problemas de España (y de Europa). Y no sólo lo dicen los datos, es lo que sienten los españoles: un 79% piensan que 2013 será igual o peor que 2012, según el barómetro del CIS. Y lo peor: uno de cada cuatro que trabajan ven bastante o muy probable que pierdan su empleo en 2013. Con este desánimo, no hay economía que se recupere. Y más, cuando se agotan los colchones del ahorro y la familia, creciendo la pobreza y la desigualdad, con España ya un 98% por debajo de la renta media europea. Haría falta hacer otra política, ingresar 50.000 millones más (sin tocar los impuestos de la mayoría) y destinarlos a formación, tecnología, inversiones y ayudas al empleo y a pymes. Reanimar la economía, con un Plan Marshall europeo y políticas activas en España, no más recortes.

Pero los fundamentalistas del déficit y los recortes mandan en Europa y en España y su ideología conservadora les ciega para ver los frutos de su política: recesión, paro, pobreza y desigualdad. No van a cambiar, al menos que haya un estallido social. Sólo buscan ganar tiempo y esperar a tocar fondo en 2013, repitiendo que todo irá mejor en 2014. Es posible. Pero la crisis no terminará en 2013: la salida del túnel será lenta. Y todo apunta (según vaticina el FMI) que hasta 2018 no recuperaremos el pulso de antes de la crisis. Queda mucho.

Con todo, no perdamos el ánimo. Resistamos con la familia. ¡Feliz año 2013 ¡  

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Móviles: fuerte crisis y nueva guerra de tarifas


Esta Navidad se multiplican las ofertas de móviles, una nueva batalla de la guerra de tarifas que dura ya año y medio. Pero ni con esas. El número de móviles lleva nueve meses cayendo: hay 2 millones menos este año. Y también se gasta menos, a pesar de que el teléfono es lo único que ha bajado en el IPC el último año. Con menos móviles y menos consumo, arreciará la guerra de los móviles, aunque haya operadoras que se queden por el camino y otras ganen menos. Al final, las cuentas no salen y si tienen que invertir más, para que no se bloquee  Internet, saldrá de nosotros, los clientes. Sobre todo de los que tienen smartphones, los que acceden a Internet, datos y vídeos, que son los que pagan más con el móvil. Ojo a las ofertas con mucha letra pequeña : nadie regala nada.  
enrique ortega

Hay más móviles que españoles (53,7 millones) y aunque no nos separamos de ellos ni para dormir, también están en crisis. En febrero empezó a caer el número de líneas móviles y ya son nueve meses continuados de pérdida de contratos : - 2.039.000 hasta octubre. Y sigue cayendo la  venta de móviles (-20% este año, tras -10% en 2010), por la crisis, las menores subvenciones de las operadoras y el aumento del tiempo exigido de permanencia (de 12 a 24 meses).

Además de haber menos móviles y menos contratos, gastamos menos: el gasto en móviles se ha reducido un 25,4% en el último año (de 33 a 30,3 euros al mes), según el último informe  TIC. Han caído sobre todo los SMS (por WhatsApp), las tarjetas prepago (inmigrantes y jóvenes) y los “pinchos”, porque la gente aprovecha a conectarse en el trabajo o en casa. La crisis y la guerra de tarifas han ayudado también a bajar precios: las tarifas de teléfono son lo único que baja en el IPC en 2012 y se han reducido ya un 50% desde 2007. A ello ha ayudado la imposición de Bruselas para que las operadoras reduzcan el coste de las llamadas y acceso a Internet que se hacen desde o hacia el extranjero, que bajaron en julio (y bajarán más en 2013 y 2014).

Los usuarios tratan de ajustar su factura del móvil y siguen cambiándose de compañía (475.000 en octubre), volviendo al nivel de infidelidad de hace un año (500.000), aunque desde junio las operadoras sólo tienen un día para hacer contraofertas (antes eran cuatro). La guerra de precios, iniciada en junio de 2011, no ha parado y aunque ahora se utiliza menos el gancho de regalar terminales para captar clientes (Movistar apenas lo hace y Vodafone, Orange y el resto, con menos ayudas y más exigencias), sigue la guerra de ofertas low cost, ahora centrada en paquetes todo incluido (móvil, fijo y ADSL), un galimatías donde resulta difícil comparar y donde hay demasiada letra pequeña: cuota mensual fija, recarga mínima (tarjetas), límites de llamadas o de teléfonos a llamar, consumo mínimo, compromisos de permanencia, alto precio consumo extra de datos… Demasiadas “trampas” y reclamaciones.

La guerra de tarifas ha redibujado el mapa del móvil, haciendo daño a los grandes, sobre todo a Telefónica (Movistar ha perdido 4,8 millones de clientes, pasando del 45% de cuota en 2007 al 36,77% actual), pero también a Vodafone (-2 millones de clientes, pasando del 30,5% al 27,15%) y a Orange (de 22,5% en 2007 al 21,37% ahora), en beneficio de los nuevos operadores que entraron a partir de 2006: Yoigo (de la sueca Telia Sonera, que pasa del 1% al 6,19% de cuota) y los operadores móviles virtuales, que dan servicio apoyándose en la red de los demás (Pepephone, MasMóvil, Simyo, Lycamobile, Lebara, Carrefour, Día y muchos otros, que ya tienen casi 4,57 millones de clientes, un 8,52% de cuota). Y en el último año, han entrado con fuerza Jazztel y Ono.

La guerra de ofertas ha provocado ya una mayor rebaja en la factura del móvil (-18,50% en 2011 y otro -10% este año) y debería bajar más en 2013, porque desde abril entra en vigor la rebaja de tarifas mayoristas (que cobran los grandes operadores a las empresas virtuales) impuesta por Bruselas: las tarifas pasarán de 4 céntimos minuto (4,98 Yoigo) a 1,09 céntimos en julio, una caída muy significativa, aunque los usuarios sólo se beneficiarán de un 20% de la rebaja (0,6 céntimos sobre un precio medio de 8 céntimos minuto). Con todo, queda mucha rebaja por hacer, ya que las tarifas de móviles en España son todavía un 50% más elevadas que en Europa (en 2011 eran un 60% más, según Eurostat).

Pero no va a ser fácil que la guerra de tarifas y las bajadas continúen mucho más. Primero, porque están dañando mucho las cuentas de las compañías: una docena de operadores virtuales han caído en los dos últimos años e incluso los grandes tienen problemas. A Telefónica le ha caído un -12,9% el negocio móvil en España (sube en Alemania y Reino Unido) y otro -14,2% a Vodafone España (que está hablando de despidos, tras haberle inyectado su matriz 12.460 millones desde 2009 para sanearla). Y segundo, porque las operadoras necesitan hacer fuertes inversiones (150.000 millones hasta 2020 en Europa) para que no se colapsen las redes (el tráfico en Internet se va a multiplicar por 18 en cinco años, según Cisco) y para instalar redes 4G que permitan ofrecer Internet de alta velocidad (+ 100 megas).

De momento, las operadoras se dedican a hacer caja vendiendo parte de su capital (23% de Telefónica Alemania en 2012 y el 10/15% de Telefónica Latinoamérica en 2013) o todo ( KPN ha vendido Symio a Orange y Telia Sonera busca comprador para Yoigo), además de pedir al Gobierno pagar menos impuestos (tributar el 6,9% sobre facturación en vez del 10,8% actual) y no financiar a RTVE (lo tienen recurrido ante el Tribunal europeo de Luxemburgo). Además, Telefónica y 40 operadoras europeas han presentado una propuesta a la Comisión donde piden que una parte de la inversión en redes la paguen los grandes usuarios: Google, Facebook, Twitter y Apple.

Pero entre tanto, los que pagamos (aunque menos) somos los usuarios, sobre todo los que utilizan el móvil para acceder a Internet y usar servicios de datos, vídeos o aplicaciones. De hecho, un 40% de los internautas acceden a través del móvil y los teléfonos inteligentes (smartphones) son una “droga” que nos han facilitado las operadoras para engancharnos al  consumo más caro, el de datos, el único cuya factura crece: el pago por banda ancha móvil ha pasado de 10,7 a 12,7 euros al mes de media. Y en Telefónica, por ejemplo, los ingresos por datos (un tercio de su negocio móvil) son los que más crecen este año, un 14,2%.

En resumen, pagamos menos por llamadas pero más por acceder a Internet, sobre todo por los servicios más sofisticados de los smartphones. Los que debían  pagar más son las empresas y usuarios profesionales, ya que el 80% de los internautas utilizan poco la red. Que paguen más los que más usan la autopista. Pero es más fácil sacar un euro más a muchos millones que no estudian su factura que a pocos con fuerza para negociar. Es también la ley del móvil.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Navidades pobres y solidarias


Son las quintas Navidades en crisis y las peores de la democracia. La mitad de las familias, atrapadas entre el paro y un sueldo mileurista, vivirán esta Navidad en “economía de guerra”, tratando de comer algo mejor, comprar algún regalo barato y salvar los juguetes de sus hijos. Pero poco más, porque la mayoría no llega a fin de mes. En estas fiestas, muchos españoles echarán mano otra vez de la familia, de la ayuda de los padres, muchos sin extra o sin revalorización de su pensión. Y otros acudirán a Cáritas, Cruz Roja y miles de ONGs que atienden ya a  5 millones de españoles, desatendidos por los servicios sociales públicos, a los que se han recortado la mitad de sus recursos. Esta Navidad saltan más a la vista los estragos de la recesión, los 12 millones de pobres que se ven abandonados y sin futuro. Ayudémosles si podemos.



enrique ortega
El consumo está apagado esta Navidad, donde se espera que la mayoría de las familias tengan un gasto extra de 650 euros, casi la mitad que antes de la crisis (1.000 euros), sobre todo en alimentación (mucho congelado), regalos (pocos, tecnológicos y “útiles”) y juguetes (“low cost”, unos 50 euros por niño), renunciando la mayoría a viajes y comidas fuera de casa (sólo comidas de empresa low cost). Y eso la media, porque una de cada cuatro familias no gastarán más de 300 euros extras en Navidad, según ESADE.

Unas “pobres” Navidades, pero lo raro sería otra cosa a la vista del país que nos ha dejado la recesión: casi 6 millones de parados y 15 millones de mileuristas (de los que más de la mitad son minieuristas, con sueldos entre 400 y 860 euros), un 40% de la población que vive en precario y que tiene muy difícil llegar a fin de mes. Y más esta Navidad, con la puntilla de tres medidas que les ha regalado el Gobierno Rajoy: la subida del IVA en septiembre, la no revisión de las pensiones con el IPC (8,3 millones de pensionistas pierden 436 euros) y la supresión de la extra a más de 3 millones de funcionarios (4.000 millones de euros que no se podrán gastar).

Esta Navidad, como el resto del año, la mayoría de las familias siguen con su “economía de guerra”, pagando la hipoteca y los recibos básicos y quitando todos los gastos posibles, porque además no ven claro el futuro: casi la mitad de los españoles piensa que 2013 será peor y uno de cada cuatro teme perder su trabajo, según el barómetro del CIS. El problema es que se están acabando los ahorros de los que tirar y el colchón familiar no da más de sí, tras cinco años de crisis, cuando se acaba el paro y las ayudas y no se consigue trabajo.

¿Cómo sobreviven los españoles a la recesión? Sobre todo los 12 millones que son pobres (familias que ingresan menos de 15.820 euros), un 27% de la población según Eurostat. El primer recurso es acudir a la familia, para que los padres ayuden a pagar la hipoteca, el alquiler, los colegios o las facturas más urgentes, además de comer en su casa y en muchos casos, volver a vivir con ellos. Cáritas desvela que ha vuelto el hacinamiento a los hogares, con hijos con niños e inmigrantes compartiendo casa con sus padres y compatriotas. Actualmente, el 40% de los mayores ayudan a sus hijos y 422.600 hogares viven de la pensión de los abuelos, según el CES.

Otra vía de supervivencia es la economía sumergida, las chapuzas para mujeres (limpieza) y hombres sin recursos (en 1.737.900 familias, están todos en paro, según la EPA). Y luego está acudir a los servicios sociales públicos: unos 8 millones de españoles han ido a ellos  este año, buscando ayuda. Pero la mayoría no consigue mucho, según Cáritas, que revela dos problemas. Uno, que se han endureciendo los requisitos (tiempo mínimo de empadronamiento, de 1 a 3 años, documentos exigidos), discriminando a inmigrantes, personas solas y jóvenes sin familia. El otro, los retrasos: tardan 65 días entre la primera cita y dar una respuesta efectiva (en Cáritas, 6 días).Y cuando se trata de cobrar, conceden ayudas a los 165 días de pedirlas (casi medio año, cuando son familias que no pueden más).

Hay un tercer problema: los recortes han destrozado los servicios sociales públicos, sobre todo municipales. El Estado (les aporta el 10%) ha reducido las subvenciones un 65,4 % entre 2012 y 2013 (aportaba 86 millones, ahora sólo 30) y también les han recortado  las autonomías (30% recursos) y Ayuntamientos (60%). Con ello, sólo 192.633 personas (datos 2010) reciben la renta mínima de inserción (RMI), una ayuda que además varía según donde vivan: de 375 euros mes (532 con familia) en Madrid a 650 euros (910 con familia) en el País Vasco. Francia, que tiene un millón menos de “pobres” que España, paga 475 euros al mes (RSA) a siete veces más personas (1,39 millones cobran esta renta de solidaridad).

Al final, entre los requisitos, el papeleo, los retrasos y el recorte de fondos, los españoles se desesperan de los servicios sociales públicos y dos de cada tres acaban en las ONGs privadas: Cruz Roja atiende a 2 millones, Cáritas a 1,3 millones y los Bancos de Alimentos dan comidas a 1,3 millones de personas, la mayoría (67%) desviadas por el propio personal de los servicios sociales públicos, que se ven impotentes para ayudarles.

En estos momentos, unas 30.000 ONGs ayudan a sobrevivir a unos 5 millones de personas, dándoles comida, ropa, techo o ayuda para pagar hipotecas, alquileres o buscar empleo. Es una red en la que trabajan medio millón de profesionales y un millón de voluntarios, que tendrán que hacer horas extras esta Navidad. Y que no saben si sobrevivirán a 2013, porque los recortes les afectan mucho, dado que un 70% de sus ingresos son subvenciones. Otro  20% procede de las Cajas de ahorros (Obra Social), algo que se va a acabar. Con lo que tendrían que subir mucho las donaciones privadas (el 10% restante), algo difícil ya que sólo un 9% de españoles colabora con una ONG cuando en Europa oscila entre el 15 y el 30% de la población. Por todo ello, hay estudios (como el de ESADE) que temen que un 25% de ONGs puedan cerrar por falta de recursos.

Se acaba el colchón de los ahorros, se agota la ayuda familiar, se recortan drásticamente las ayudas públicas y están asfixiadas las ONGs privadas, todo cuando hace falta más que nunca ayudar a millones de españoles que lo están pasando muy mal, como se ve estas Navidades con más crudeza. Y mientras, el Gobierno insiste en recortar el déficit y no toma medidas contra la pobreza, como le ha pedido Europa y como acaba de hacer Francia, con un Plan para aumentar las ayudas contra la pobreza, crear un parque de viviendas sociales, aumentar plazas para ancianos y contratos de inserción para jóvenes.

Disfrutemos de la Navidad con la familia, pero sin olvidar a los que lo están pasando muy mal: ayudemos a nuestro alrededor. Hace mucha falta.

¡Feliz Navidad a todos¡  

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Llega el ajuste duro a los Ayuntamientos


En enero, notaremos nuevas subidas de impuestos municipales, desde el IBI o la tasa de vehículos a los parquímetros, las basuras o el billete del metro o autobús. La mayoría de Ayuntamientos están en quiebra y para sobrevivir subirán tasas e impuestos, además de recortar de todo, especialmente en inversiones, gastos sociales,  ayudas a familias y personal, con reducción de concejales y empleados (hasta 50.000 contratados). Y siguen dejando facturas sin pagar. El Gobierno dice que la mitad de los Ayuntamientos no son viables y va a imponer un drástico ajuste, fusionando los pequeños y recortando sus servicios, sobre todo en sanidad, educación, cultura y gastos sociales. Otro camino, menos traumático, sería dotar de más recursos a los Ayuntamientos, más cercanos al ciudadano, quitándoselos a las autonomías y al Estado. No podemos pagar tres veces por menos.
enrique ortega

Con el Presupuesto 2013, los Ayuntamientos afrontan el tercer ajuste en un año, tras los Presupuestos 2012 y el recorte impuesto en abril por Hacienda para concederles un crédito de 9.584 millones, con el que pagar facturas atrasadas a 180.000 empresas. Pero ahora, el recorte es mayor porque el Gobierno obliga a los Ayuntamientos a no tener déficit en 2013, lo que supondrá un ajuste de 3.000 millones de euros (el triple que en 2012), la mitad por recorte de gastos y la otra mitad por aumento de ingresos.

Los Ayuntamientos, medio en quiebra  por la caída de ingresos del ladrillo (suponían el 54 %), han aprobado para 2013 unos Presupuestos de subsistencia, centrados en pagar al personal, la deuda y los servicios básicos, donde se va el 85% del gasto. Los recortes van del -2,2 al -12,4% (-7,6% Madrid, -3,68% Bilbao, -8% Málaga, -2,2% Zaragoza, -4% Las Palmas, -12,4% Vitoria), aunque algunos gastarán más (+1,4% Barcelona, +2,2% Valencia o +5,77% A Coruña).

La principal partida del gasto municipal es el capítulo de personal (40%), donde se congelan sueldos (Madrid, Málaga, Valencia, Las Palmas), reducen gratificaciones, horas extras y días libres, aumentan horarios de trabajo y amortizan bajas por jubilación. Y en 2013 se esperan muchos despidos en los Ayuntamientos, ya que entre los 646.627 empleados municipales hay 384.273 que son personal laboral, “carne de ERE” con las facilidades de despido que da la reforma laboral.

La otra vía de recorte son la supresión de inversiones: no habrá un euro para reparaciones de calles, parques, equipamientos y nuevas obras (las inversiones caen -44% en Madrid, -50% en Málaga o -11% en Bilbao). Se recortan también las subvenciones a las familias (alquileres, exenciones y bonificaciones), a empresas (para fomento del empleo), a partidos y sindicatos. Y las ayudas sociales (ONGs y Dependencia), para educación y guarderías (suben mucho), ancianos, sanidad y consumo, cultura (bibliotecas y museos), deporte (Clubs y polideportivos). Recortarán de todo, salvo para pagar la deuda y los gastos financieros, que se llevan ya más Presupuesto que las inversiones: 1.030 millones en Madrid (24% gasto), 120 en Valencia (16,4%), 70 en Zaragoza (11%), 54,5 en Málaga (8%)…

Por el lado de los ingresos, nos van a brear a subidas de impuestos y tasas. Empezando por el IBI, el impuesto sobre viviendas y locales, que sube entre el 7% (Madrid) y el 10% (Valencia), por la nueva tarifa aprobada por el Gobierno para 2012 y 2013 más la actualización del catastro en la mayoría de las ciudades (en 2013, se actualiza a 2,5 millones de propietarios de 200 ciudades, entre ellas Oviedo, Guadalajara y Zaragoza).También sube el impuesto de plusvalías (+50% en Madrid), el impuesto de actividades económicas (IAE, un 2%) y la mayoría de las tasas y servicios: basuras, agua, terrazas, parquímetros, talleres y escuelas municipales, polideportivos, grúa y multas. Y los transportes (metro y autobús).

En 2013, los Ayuntamientos tendrán que ajustar gastos a ingresos o hacer nuevos recortes y subidas, porque Hacienda no les dejará usar dos vías de escape del pasado: ni tener déficit ni endeudarse más (los Ayuntamientos deben 36.6173 millones). Eso sí, de momento usan una tercera: no pagar a proveedores. A finales de 2012, los Ayuntamientos deben unos 2.000 millones sólo a empresas de limpieza y recogida de basuras y siguen pagando con retraso (6 meses en Madrid, cuando la Ley de Morosidad marca 50 días). Claro que a ellos también les deben, 800 millones las autonomías, por lo que han pedido cobrar en 2013 con cargo a los 23.000 millones del nuevo Fondo de rescate autonómico.

Así las cosas, el Gobierno ultima una drástica reforma de los Ayuntamientos, cuyo primer borrador ha sido rechazado por muchos alcaldes del PP y la propia Federación de Municipios (FEMP).La idea de Hacienda es que 4.000 de los 8.116 Ayuntamientos son inviables, porque no tienen población suficiente para pagar los servicios. Y por eso proponen tres medidas. Una, reducir el número de Ayuntamientos (el 85% tienen menos de 5.000 habitantes), con fusiones y pasando servicios a las Diputaciones y Mancomunidades. Dos, reducir su tamaño, quitando concejales (se habló del 30%), reduciendo sueldos de alcaldes (la mayoría no cobran nada, pero el de Barcelona gana 109.939 euros brutos, la de Madrid, 101.987 y sus concejales, 94.000, más que los 78.185 euros que gana Rajoy), cerrando organismos  (1.751) y empresas municipales (1.751) y recortando plantilla de personal municipal no funcionario (426.629 entre interinos y contratados). Y tres, recortar servicios: un 25% del gasto de los Ayuntamientos (10.000 millones de gasto) son servicios “impropios, que no están obligados a prestar y cuya demanda ha crecido con la crisis: sanidad, educación, vivienda, cultura y deporte, servicios sociales, seguridad y protección civil…

El problema es que si los Ayuntamientos dejan de dar estos servicios, nadie lo hará. Los Ayuntamientos (FEMP) quieren seguir dándolos, pero que se lo paguen las autonomías, que tienen esas competencias. Y aquí llegamos al tema de fondo: los Ayuntamientos tienen muchos servicios y pocos ingresos. España es el país europeo con menos peso del gasto local, un 13% del gasto total (51% el Estado y 36% las autonomías), frente al 15% de media en Europa, el 14,2% en Alemania, el 17,8% en Francia o el 27,7% en Reino Unido. Y ellos, los municipios europeos, con más ingresos, tienen así más peso que los españoles en los gastos de protección social (28% media UE frente al 8% en España) o en educación (21% media en UE, 31% en Reino Unido o 16% en Alemania frente al 3% en España).

En definitiva, frente a desmantelar los Ayuntamientos, hay otra opción, la europea: dotarles de más recursos, para que presten los actuales servicios y más, porque es la administración más próxima al ciudadano. Pero para eso, necesitan más ingresos y no pueden salir de asfixiarnos con más tasas e impuestos, sino de que reciban más recursos de las autonomías y el Estado. Más poder municipal y menos autonómico y central. Esa es la pelea que ahora está en juego y que seguro perderán los Ayuntamientos. Y nosotros. Porque seguiremos pagando por triplicado (más en 2013) y  perderemos servicios. Mal negocio.

domingo, 16 de diciembre de 2012

En marcha el costoso rescate de la banca

Seis meses después de pedir el rescate a Bruselas, esta semana han llegado 39.500 millones del préstamo europeo para salvar a cuatro entidades y crear el "banco malo". Y en enero llegarán otros 1.500 millones para cuatro Cajas más. Un dinero que España ha de devolver y que se suma a las ayudas públicas inyectadas desde 2009. En total, rescatar a  un tercio del sistema financiero (un banco y 25 Cajas) nos costará 108.361 millones de euros en ayudas públicas (más 95.637 millones en avales), el doble de los recortes hechos por Zapatero y Rajoy. Una factura de la que será difícil recuperar más del 20% y que revoluciona el mapa financiero, con la práctica desaparición de las Cajas (quedarán 7) en beneficio de los bancos, que se harán con el 70% del mercado. Y todo para que siga sin haber  crédito, al menos hasta 2015. Mal negocio.


enrique ortega


Está en marcha la quinta reforma financiera en treinta meses (dos de Zapatero, en junio 2010 y enero 2011 y tres de Rajoy, en febrero, mayo y agosto de 2012), impuesta por Bruselas a cambio del rescate solicitado en junio. Y esta vez parece que va en serio. Quien paga, manda y la Comisión, a cambio de sus 41.000 millones, ha impuesto un drástico ajuste a Bankia    (Caja Madrid, Bancaja, Insular Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y Rioja) y a otras siete Cajas (resultado de la fusión de 18 Cajas) que recibirán ayudas europeas: NovaGalicia Banco (Caixa Galicia +Caixa Nova) , Catalunya Banc (Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa) , BMN Mare Nostrum (Caja Murcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra), Liberbank (Cajastur +CCM, Caja Extremadura y Caja Cantabria), Ceiss (Caja Duero y Caja España) y Caja 3 (Caja Ahorros Inmaculada, Caja Círculo y Caja Badajoz). También recibe ayudas europeas el Banco de Valencia, que se ha salvado de la liquidación porque el Gobierno lo vendió el día antes a la Caixa, por un euro y con 6.000 millones de ayudas públicas.

El ajuste impuesto por Bruselas a un 30% de nuestro sistema financiero será drástico. Las entidades recortarán un 60% su tamaño, transfiriendo activos tóxicos (inmuebles y solares) al “banco malo (hasta 90.000 millones), vendiendo sus participaciones en empresas y negocios, cerrando oficinas, dejando de dar préstamos a promotores, abandonando las operaciones financieras al por mayor (pagarés,deuda pública y tesorería) y dejando de operar fuera de su ámbito regional. O sea, se centrarán en su autonomía (salvo Bankia, que será estatal) y en dar préstamos sólo a pymes y particulares. Y eso sin endeudarse: cada euro que presten deberá ser un euro que capten con depósitos. Con ello, más que Cajas van a ser cajitas… maniatadas. Y en seis meses, el Banco de España debe vender NovaGalicia Banco (NGB) y Catalunya Banc (CB). Además, Bruselas impondrá la nacionalización de dos Cajas más: BMN (Caja Murcia y tres más) y Ceiss (CajaDuero-Caja España), que iba a ser absorbida por Unicaja .

Con las ayudas españolas ya recibidas, la reconversión de los cuatro bancos nacionalizados costará 67.000 millones de ayudas públicas: 36.000 para Bankia, 10.000 para NGB, 14.000 para CB y 7.000 para Banco de Valencia. Un dinero que se suma a los 35.071 millones de ayudas públicas inyectadas a otras cinco Cajas ya vendidas: 24.477 millones a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (vendida a Banco Sabadell), 5.500 millones a Unnim (Caja Sabadell, Terrasa y Manlleu, vendida a BBVA), 3.775 a Caja Castilla la Mancha (comprada por Cajastur), 977 a Banca Cívica (Caja Navarra, Burgos y Canarias, vendida a la Caixa) y 392 millones a Cajasur (comprada por BBK). Se destinarán otros 3.790 millones (1.500 de Bruselas) en ayudas públicas a cuatro grupos de Cajas más: BMN (Caja Murcia y tres más), Ceiss (Caja-España-Caja Duero), Liberbank (Cajastur y tres más) y Caja 3 (CAI y dos más). Y hay que sumar otros 2.500 millones, de entrada, para poner en marcha el “banco malo”, la inmobiliaria mala que acogerá a los “muertos inmobiliarios” de bancos y Cajas con ayudas.

En total, 108.361 millones en ayudas públicas, que serán más porque falta incluir el coste de las dos nuevas Cajas a nacionalizar (BMN y Ceiss), las ayudas fiscales prometidas a las fusiones y al banco malo , así como las pérdidas que puedan aflorar en los bancos vendidos (el Estado se compromete a asumir una parte de los fallidos futuros). O sea que la factura podría llegar a 120.000 millones (más 95.637 millones en avales del Estado). ¿Cuánto se puede recuperar? Poco: quizás algo de Bankia (espera tener beneficios a partir de 2015) y de las Cajas que no se vendan, pero no más de un 20% de lo aportado. O sea, que la reforma financiera nos costará finalmente 100.000 millones irrecuperables.

Pero no será su único coste. Unos 15.000 empleados de Cajas (5.000 en Bankia) y bancos perderán su trabajo (tras los 30.172 despedidos desde 2009) y al resto les bajarán el sueldo (hasta el 40%). Se cerrarán unas 2.300 oficinas (1.100 en Bankia), tras las 5.700 cerradas hasta ahora. Y muchos  pequeños ahorradores verán perder su dinero: un tercio de los 700.000 españoles que compraron preferentes a Cajas y bancos (106.000 en Bankia, 43.000 en NCG y unos 30.000 en CB)  perderán entre un 30% y un 70% de su inversión. Y lo mismo, el medio millón de accionistas de los bancos nacionalizados (400.000 en Bankia). Además, todos los clientes de estas Cajas con ayudas acabarán pagando más comisiones (Bankia ha anunciado que las subirá un 50%). Y miles de personas dejarán de beneficiarse de la Obra Social de las Cajas (1.125 millones en 2011). Además, España tendrá 41.000 millones más de deuda pública para salvar a la banca, lo que eleva nuestro déficit y perjudica nuestras posibilidades de financiación en los mercados.

Un alto coste que no se va a traducir de momento en más crédito, como reconocen los propios bancos. Primero, porque un tercio del sistema (las Cajas con ayudas), tras el drástico recorte impuesto, van a funcionar al ralentí, con menos liquidez y más restricciones para prestar, sobre todo a particulares (Bankia sólo prestará un 15% a familias hasta 2015). Con ello, el recorte del crédito sólo en las 3 cajas nacionalizadas podría ser del 30%. Y el resto de bancos y Cajas, estarán bastante ocupados en digerir compras, vender activos y reforzar capital  como para  dar más créditos. De hecho, el crédito se ha encarecido y ha caído un 5,7% en 2012, el mayor descenso en 50 años. El problema  de fondo es que no hay apenas demanda solvente: hay recesión y ni empresas ni familias piensan en endeudarse más.

A final, España ha hecho una costosa reforma financiera sin frutos hasta 2015 (o más), salvo para los bancos, los únicos que salen ganando: se harán con un 70% del mercado (tenían el 48%), comprando por un euro Cajas con ayudas públicas. Y habrá una verdadera revolución en el mapa bancario: de 10 bancos y 45 Cajas antes de la crisis pasaremos a 8 bancos (2 grandes- Santander y BBVA- que controlarán un 30% del mercado y 2 medianos, Sabadell y Popular ) y 7 Cajas (2 grandes, La Caixa, ahora la primera entidad financiera, y Bankia, más 5 Cajas regionales). Y todos trabajarán con sus clientes “como bancos”: todos sabemos lo que eso significa.

Había que sanear la banca, está claro, pero se ha hecho tan tarde y con tantos errores que va a salir carísimo, a costa de recortes extras en inversiones, educación, sanidad y gastos sociales. Y se hará sin que nadie acabe en la cárcel, después de que muchos gestores se hayan llevado más de 100 millones en finiquitos. Así que no quieran que encima aplaudamos.