miércoles, 31 de octubre de 2012

Récord de desahucios (y más en 2013)


Una de cada tres familias tiene una hipoteca y cada mes les cuesta más pagarla: hay más desempleo, más parados que no cobran nada y los que trabajan ganan menos o la inflación se come sus ingresos. Hay ya 420.000 ejecuciones de hipotecas desde 2007 y 210.000 familias han perdido su casa. Este año, los desahucios han batido récords históricos, con más de 500 diarios. Y no parece que el Código de buenas prácticas los esté frenando, porque es muy restrictivo. Los desahucios aumentarán en 2013, porque va a caer el precio de la vivienda y habrá más hipotecados que deban más de lo que vale su casa. Hay que aprovechar la reforma financiera con dinero público para renegociar hipotecas y dar un respiro a las familias, asfixiadas por las deudas. Lo han pedido incluso los jueces, que denuncian los abusos del actual sistema de deshaucios.Si no se corrigen,ademas de ser injusto, no se reanimará el consumo ni la economía.
enrique ortega

La crisis no se frena, con su secuela de más paro y menos ingresos, que además se come la inflación. Con ello, los ingresos de las familias han caído un 7% con la crisis, según el INE, unos 158 euros menos al mes. Y en consecuencia, una de cada cuatro familias retrasa pagos, entre ellos las hipotecas, sobre todo desde mediados de 2011. Y bancos y Cajas les llevan al Juzgado, iniciando expedientes de ejecución: 420.000 entre 2007 y septiembre 2012. Y la mayoría acaba en desahucio: ya son 210.000 familias las que se han visto desalojadas de sus viviendas con la crisis, según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y el dato podría ser mucho mayor, ya que este año se han empezado a publicar los desahucios ordenados por los Juzgados de primera instancia en las localidades donde no existen servicios comunes de notificaciones. Y son más que los desahucios de los servicios comunes. Con ello, en la primera mitad de 2012, los desahucios totales serían 94.502 (frente a 37.088 de los servicios comunes), más de 500 al día, lo que está colapsando los Juzgados (según denuncian los jueces).

El dato ha llamado la atención de la ONU, que alerta del daño social causado por las hipotecas. El récord de desahucios va a seguir, porque el proceso de embargo tarda unos dos años y ahora llegan los desalojos por impagos en 2010: faltan los de 2011, 2012 y 2013, ya que no habrá una mejora de la economía hasta 2014. El año que viene será especialmente duro porque al paro, la inflación y el recorte de ingresos se sumará un factor nuevo: la caída de los precios de la vivienda. Primero, porque en enero se quitan las ayudas fiscales a la compra y sube el IVA de la vivienda  del 4 al 10%, lo que hará bajar precios. Y segundo, porque el banco malo lanzará pisos rebajados, forzando a una baja de precios del 40 al 60% (con Bruselas se ha pactado un -52% ) .

Esta bajada de precios de la vivienda es una pésima noticia para los que tienen una hipoteca: su vivienda valdrá menos y su deuda real subirá, por la inflación. Son lo que en EEUU llaman “underwater (“con el agua al cuello”): 11 millones de familias (el 25% de los hipotecados USA) que deben más al banco de lo que vale su vivienda. En España, se estima que hay 400.000 familias con este grave problema y a medida que bajen los pisos serán más. La mitad, unos 200.000, son los que tienen ahora más papeletas para los desahucios futuros.

En marzo, el Gobierno Rajoy aprobó un Decreto para dar un respiro a los hipotecados, con un Código de buenas prácticas que han firmado voluntariamente 101 bancos y Cajas. Pero, en la práctica, no ha frenado apenas los desahucios y ha fracasado, según un informe de los jueces (CGPJ), por ser muy restrictivo: sólo se pueden acoger a él las familias donde todos sus miembros estén en paro, las hipotecas sin avales y por debajo de 200.000 euros (120.000 en ciudades con menos de 100.000 habitantes) y donde el pago suponga más del 60% de los ingresos familiares. Además, el Código no tiene efectos retroactivos, con lo que no beneficia a los 200.000 expedientes de ejecución hipotecaria pendientes. Los que no cumplan estas condiciones (el 80 % de los hipotecados, según los expertos) no podrán renegociar su hipoteca ni optar a la dación en pago (que el banco se quede con el piso y cancele la deuda). Y se siguen denunciando abusos de bancos y Cajas, que se quedan con los pisos embargados en subasta por el 50% del valor y le exigen al hipotecado  sin casa que les pague el resto de la deuda.

Los propios jueces han denunciado los abusos del actual sistema de desahucios, creado en 1909 y que creen da "una importante ventaja" a la banca sobre el deudor. Una comisión de 7 magistrados del CGPJ propone una bateria de 18 medidas legales para proteger a las familias del desahucio en caso de desgracias familiares, paro, accidentes o enfermedad, facultando al juez para que pueda aplazar pagos, ampliar plazos, reducir tipos o fijar quitas de la deuda. Y defienden en algunas circunstancias la dación en pago (cancelación de la hipoteca con la entrega del piso, como se hace en EEUU y Reino Unido).

Con año y medio más de crisis por delante, los expertos señalan que un 25% de las hipotecas son vulnerables y pueden acabar en impagos (y en desahucios). Por eso, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha recogido más de 400.000 firmas para pedir en el Congreso la dación en pago  con efecto retroactivo y que se paralicen los desahucios cuando sea la vivienda habitual y se cambien por un alquiler por cinco años donde paguen el 30% de sus ingresos.

Pero habría que ir más allá: se debería aprovechar la reforma financiera aprobada, con dinero público y de los contribuyentes, para dar un respiro a los hipotecados, sobre todo a los que se han quedado sin trabajo y sin ingresos. Se trataría de renegociar tipos y plazos y hacer quitas de capital, para ayudarles a pagar la hipoteca. Y en vez de dedicar incentivos y recursos públicos al banco malo, para que vendan pisos a precio de saldo (con ganancia de especuladores y “fondos buitres”), se podría incentivar la creación con  los pisos embargados de un parque de viviendas en alquiler, retrasando la salida de estos pisos al mercado a una mejor coyuntura, en la que haya demanda y crédito (ahora, los pisos no se venden ni tirando precios y las hipotecas llevan 28 meses cayendo). El problema es Bruselas y su rescate, que acepten aliviar a los hipotecados. Y se teme que el FROB agilice la ejecución de hipotecas en los bancos nacionalizados (Bankia, NovaCaixaGalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia).


El mayor problema de la economía española no es el déficit público sino es el altísimo endeudamiento de familias y empresas, que sólo se ha reducido un 2% con la crisis. Dar un alivio de verdad a los hipotecados, suavizando sus pagos a bancos saneados con dinero público, supondría una mejora del consumo  de las familias y un alivio para los bancos, que no quieren ser inmobiliarias. Habría más crédito y más inversión, más crecimiento y más empleo. Asfixiando a los hipotecados no gana nadie. No podemos dejarles en la calle.

domingo, 28 de octubre de 2012

Hay que poner a España a trabajar


El paro ha vuelto a batir todos los récords, camino de los 6 millones. Una cifra que ya ni siquiera nos sorprende, aunque sea el primer problema para una de cada dos familias. El Gobierno sigue obsesionado con el déficit público, no con el desempleo. Así nos va: más recortes, más recesión y al final, no se recorta el déficit y sí aumenta el paro. Y los parados no salen del agujero: 2,5 millones llevan más de un año sin trabajo y la mitad no cobra nada. Un drama que también afecta a los que trabajan, porque el alto desempleo rebaja sus sueldos y condiciones laborales. Y a los pensionistas, porque hay menos cotizando para pagarles. Hay que cambiar de política, reanimar la economía y crear empleo. Aquí planteo algunas medidas concretas para reducir el paro. Hay que poner a España a trabajar.

Lo grave no es sólo que el paro en España haya batido todos los récords, con 5.778.100 parados estimados  en septiembre por la EPA (Encuesta de Población Activa), uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar (25,02%), más del doble que en la eurozona (11,4%). Lo peor es que detrás de esa cifra hay cinco datos escalofriantes. El primero: en 1,73 millones de hogares, todos están parados. Segundo: hay 2,57 millones de parados registrados que llevan sin trabajo más de un año (de ellos, 1,6 millones llevan más de 2 años), destacando el paro de larga duración (más del 30% de los parados) en Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón.  Tercero: el paro se ceba en los jóvenes (52% parados), mujeres y mayores de 55 años (se ha cuadruplicado desde 2007). Cuarto: hay 16 provincias y cinco autonomías con más del 30% de paro: Andalucía (35,4%), Canarias (33,6%), Extremadura (32,6%), Ceuta (41%) y Melilla (30,5%). Y quinto, casi la mitad de los parados no cobran nada: son ya 2.817.840, un 48,77% de los parados EPA. Y en cinco autonomías hay más parados que no cobran que los que cobran: Murcia (59,4% no cobran), Ceuta (59,3%),  Baleares (58,6%), Canarias (53,4%) y Comunidad Valenciana (52,7%).

Lo malo es que el paro va a seguir creciendo, empujado por la recesión (en 2012 y 2013) y por los recortes en el sector público: se han perdido 214.000 empleos públicos en el último año y habrá más despidos en empresas públicas, autonomías (Valencia anuncia que despedirá a 3.000 empleados públicos) y  Ayuntamientos en los próximos meses. También ayuda la reforma laboral, que ha aumentado un 53% los ERE. El Gobierno espera que el paro se estanque en el 24,3% en 2013, pero el FMI acaba de subir su previsión al 25,1%. Y estiman que no se empezará a crear significativamente empleo hasta 2018.

El Gobierno sigue obsesionado con recortar el déficit, aunque con los recortes esté agravando el paro, que es el primer problema para el 79,3% de los españoles, según el CIS. El desempleo es un grave problema para todos. Para los parados, porque se ven en un pozo del que no salen: las estadísticas demuestran que sus posibilidades de encontrar empleo son cada vez menores: sólo un 8,6% de los parados registrados lo encuentran (en 2011 eran el 15% y en 2007 el 30%). Para los que trabajan, porque el alto desempleo tira a la baja de sus salarios y empeora sus condiciones laborales y sus posibilidades de ser cambiado por otro más barato (22.000 demandantes para 300 empleos en Seat). Para los pensionistas, porque hay menos cotizantes que paguen sus pensiones (1,9 por cada jubilado). Y para todos, porque hay menos contribuyentes pagando impuestos y eso pone en peligro la educación, la sanidad y los servicios públicos.

La clave para todo es crear empleo. ¿Cómo? Haciendo otra política, abandonando el camino de los recortes, en el que llevamos casi 1.000 días de mal en peor, incluso sin recortar apenas el déficit público. Hay que reanimar la economía, el consumo y la inversión, para crear empleo. Se puede. Yo propongo aquí las bases de un Plan de choque, basado en más ingresos públicos, más gasto, más inversión y más crédito. Hay que poner a España a trabajar.

Hay que empezar por renegociar el déficit con Bruselas y suavizar los recortes, como defiende ahora el FMI. Eso permitiría no tener que recortar otros 20.000 millones más entre 2012 y 2013 para cumplir lo prometido, al crecer menos de lo esperado. Además, si Merkel y los fundamentalistas de Bruselas nos ayudaran con la deuda, ahorraríamos otros 10.000 millones en pago de intereses. Y se podrían ingresar 10.000 millones más, subiendo impuestos a los que ganan más de 100.000 euros, a las empresas con beneficios, a la banca, a los carburantes (más bajos que en Europa) y a los que contaminan (impuestos verdes). Con ello tendríamos 40.000 millones para dedicarlos a inversiones públicas que estimulen la economía y el empleo: educación, tecnología e innovación, ayudas al turismo y a la exportación, infraestructuras, Dependencia, industria, energías renovables, pymes y autónomos. Y avales para ayudar a las empresas a conseguir créditos, forzando a prestar a bancos y Cajas que han recibido ayudas públicas.

Además, habría que poner en marcha un Plan para reducir el endeudamiento de empresas y familias, con quitas y ayudas para reducir tipos y ampliar plazos. Eso reanimaría la inversión y el consumo, ayudado por una bajada de impuestos a los que ganen menos de 25.000 euros (Italia lo ha hecho). Y habría que firmar un pacto social, entre sindicatos y patronal, para subir salarios a cambio de mejoras de productividad. Y con ayudas valientes (bajada de impuestos y cotizaciones) a las empresas que creen empleo estable.

Un Plan de choque conservador, ya que no subiría el déficit (gasta lo que se ingresa de más o no se recorta), aunque se recortaría en un plazo mayor: se rebajaría al 3% del PIB en 2016, dos años más tarde de lo prometido por el Gobierno. Un Plan que debería contar con ayudas europeas (bastarían 8.000 millones) para poner en marcha otros dos proyectos en paralelo: un Plan de empleo juvenil (tenemos el doble de paro que Europa) y un Plan de formación y reciclaje para los parados (un millón de jóvenes parados no han terminado secundaria), dirigiéndoles hacia sectores con futuro.

Invertir más en sectores con futuro, bajar impuestos a los que menos tienen para reanimar el consumo y ayudar a las empresas y a los particulares a desendeudarse  y a emprender son medidas que han surtido efecto en otras crisis, desde los años treinta y ahora en EEUU, China o Brasil. Hay que probarlas: reanimar la economía, ir por otro camino, ya que el de los recortes sólo nos ha llevado a un paro histórico. No podemos tener a casi 6 millones de personas tiradas, sin crear riqueza. Hay que poner a España a trabajar. Se puede.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Las exportaciones sufren la recesión en Europa


Las exportaciones, junto al turismo, eran de lo poco que se ha salvado de la crisis. Pero nuestras ventas al extranjero llevan varios meses renqueando, creciendo menos, por culpa de la recesión en Europa: de nuestros 7 principales clientes, cuatro están en recesión (Italia, Gran Bretaña, Portugal y Holanda) y dos estancados (Francia y Bélgica). Y si analizamos los países que más nos compran fuera de Europa, todos crecerán menos este año, salvo EEUU. Con ello, dos tercios de nuestras exportaciones se van a resentir en 2012 y España tendrá una recesión más profunda y más paro de lo que prevé el Gobierno. Y 2013 será otro año difícil para exportar, por el bajo crecimiento europeo y mundial. La puntilla son los recortes en las ayudas a la exportación, que caen un 20%. Hay que mimar la exportación, no torpedearla.
enrique ortega

Las exportaciones han pinchado en 2012, tras dos años de fuertes crecimientos (+16,8% en 2010 y +15,4% en 2011): hasta agosto, sólo han crecido un 4,1%, la cuarta parte que el año pasado en esas fechas (+18%). Ello se debe a una caída en las compras de nuestros principales clientes europeos, por la recesión: -2,2% Francia, -8,3% Portugal, -5% Italia, -3,6% Reino Unido y -1,1 % las compras globales de la zona euro. Sólo suben nuestras ventas a Alemania (+10,5%), Bélgica (+3,6%) y Holanda (+4,5%). Y tampoco ha ayudado la subida de precios de la exportación (un 2,8% anual en agosto), que llevan subiendo 33 meses.

El tropezón en las exportaciones se centra en los productos manufacturados (hierro, acero, papel y neumáticos) y en los automóviles: España exporta un 86 % de los coches que fabrica y las exportaciones caen un 11,9% (un millón menos de vehículos), por las menores matriculaciones en Europa. Y con ello, han exportado menos este año Aragón (-12,6%), Galicia (-6%) y Castilla y León (-4,6%), todas con fábricas de coches,  pero también el País Vasco (-3,1%), cuyo motor son las exportaciones (31,5% de su PIB).

Con la profunda recesión en España, lo que caen son las importaciones, las compras fuera:  -0,8% hasta agosto, que sería más si descontamos las obligadas compras de energía (la cuarta parte). Con ello, se ha reducido el agujero comercial, bajando el déficit un 23,3%, unos 7.150 millones hasta agosto. Y tenemos, por segundo año, superávit comercial con Europa: vendemos más de lo que compramos a 15 de los 27 países UE y de los 12 restantes sólo es significativo el déficit con Alemania, Holanda e Irlanda. Además, el agujero comercial se está tapando con los ingresos por turismo, con lo que 2012 será el primer año en los últimos catorce en que España consiga superávit con el exterior.

Pero este dato histórico favorable no puede ocultarnos una realidad: las exportaciones, claves para mantener muchas empresas y empleos, están flojeando y van a seguir desacelerándose en los próximos meses, sobre todo por la recesión en Europa. De nuestros 7 principales clientes europeos (54% exportaciones totales), cuatro están con crecimientos negativos en 2012 (Italia, Reino Unido, Portugal y Bélgica), y dos no crecen nada (Francia, nuestro primer cliente, y Holanda). Y el séptimo, Alemania, crecerá la tercera parte este año (0,9%). Y si vemos los otros 7 grandes clientes no comunitarios (USA, Marruecos, Turquía, Suiza, China, México y Brasil), otro 13% de nuestras exportaciones, todos van a crecer menos que el año pasado, salvo EEUU. En total, son dos tercios de nuestras exportaciones. Y el resto se verán afectadas por un menor aumento del comercio mundial.

Con ello, será difícil que las exportaciones cumplan el objetivo del Gobierno: aportar 2,5% al PIB, para contrarrestar parte de la caída de la economía interna (-4%) y que España caiga “sólo” -1,5%. Si las exportaciones van peor y aportan menos (2%, por ejemplo), eso supondría que caeríamos más este año (hasta el -2%) y habría más paro.

Lo mismo se teme para 2013: el Gobierno espera que las exportaciones aporten un 2,3% al PIB, para que la economía caiga un -0,5%, pero todo apunta a que será difícil (el FMI recorta esa aportación exterior al 1,9%), con lo que la recesión sería mayor de lo previsto, porque la economía interna seguirá muy  negativa y las exportaciones ayudarían menos.

Y eso, porque Europa, donde van el 70,7% de nuestras exportaciones, seguirá en 2013 con un crecimiento muy bajo: +0,2% en los países euro, nuestros principales clientes. Y la economía mundial apenas va a crecer, aunque el FMI espera una ligera recuperación del comercio mundial (+4,5% frente a +3,2% en 2012). Dos temas claves serán cómo se comporten los precios del petróleo (sigue inestable, por las tensiones geopolíticas) y el euro: si mejorara la crisis de la deuda en Europa (algo difícil, pero obligado), el euro se fortalecería y sería otro hándicap para nuestras empresas exportadoras, a las que están ayudando los bajos salarios.

Lo que no ayuda a nuestros exportadores son los recortes presupuestarios: los programas para promover la internacionalización de las empresas han perdido otros 100 millones para 2013 (-20,5%). Y el ICEX, la agencia estatal para promover nuestras exportaciones, reduce un 24,5% su presupuesto 2013: queda en 83 millones, menos de la tercera parte que en 2008 (264 millones) y la dotación más baja desde hace 25 años. Además, se recortan otros dos gastos que afectan mucho a la marca España: baja un 13% el presupuesto del Instituto Cervantes (que cerrará sedes en Brasil, Siria y Bulgaria) y cae a la mitad la ayuda al desarrollo, vehículo clave para favorecer ventas en muchos países. Y todo ello cuando la exportación es  el único sector que crece y mantiene empleo.

A la vista de este panorama, resulta urgente tomar medidas para compensar el frenazo en las exportaciones. Empezando por favorecer la diversificación, ganando nuevos mercados, en Latinoamérica (sólo 6,1% de nuestras exportaciones), Oriente Medio (2,8%), Asia (5,6%) y África (6,6%). También hay que incorporar nuevas empresas, sobre todo pymes, a la marea exportadora, ya que sólo 39.000 empresas (de 3,2 millones) exportan de manera regular. Para ello, deben funcionar las nuevas ayudas del nuevo Plan ICEX Next (hasta 12.700 € para ayudar a las empresas a internacionalizarse), aunque difícilmente va a cubrir el hueco dejado por el Plan Pipe (1.997-2012), suspendido porque las autonomías y las Cámaras no podían financiarlo. Pero sigue faltando financiación para exportar (no hay crédito para nada) y mayores medios en embajadas y oficinas comerciales para ayudar a los exportadores. Y se anuncia otra reforma del ICEX para enero.

Hay que mimar a la exportación, conseguir que las empresas coloquen fuera más de un tercio de sus ventas (ahora exportamos el 20% del PIB), vender más productos españoles con calidad y precio fuera de Europa. Es clave para mantener el empleo y aumentarlo. Ayúdenles.

domingo, 21 de octubre de 2012

Cumbre inútil, rescate virtual y recesión real


Cumbre europea nº 26 en dos años y medio de grave crisis. Inútil como la mayoría de las anteriores: los temas urgentes (Grecia, España, la recesión) no se han tocado formalmente. Retrasan la unión bancaria, en perjuicio de España, y marean la perdiz hablando demás Europa”, con su receta mágica: más disciplina fiscal (un supercomisario que podría vetar los Presupuestos de los países) y más reformas (ajustes). Los líderes europeos se han ido sin afrontar el problema que les planteó el FMI: o reaniman sus economías o provocarán una crisis mundial. Hay que suavizar los recortes. Si no, se agravará la recesión, los países no podrán rebajar su déficit y los mercados se pondrán  nerviosos por temor a no cobrar. Es el problema de fondo, al margen de que España pida o no el rescate (aunque sea virtual). Hay que hacer otra política: frenar la austeridad, reanimar la economía y crecer. Por este camino no hay salida.

Han sido diez horas de Cumbre y cuatro páginas de conclusiones para poco: avanzar un paso en la unión bancaria acordada en la Cumbre de julio (como pedían Francia, España e Italia), pero dejando el rescate directo a los bancos por el BCE para 2014 (pasadas las elecciones alemanas de septiembre 2013).Tampoco se concretan fechas para crear un Fondo de garantías y un Fondo de liquidación de bancos europeos, claves para asegurar sus ahorros a los clientes del continente. Con ello, la unión bancaria llegará  tarde para España y tendremos que financiar solos el saneamiento de nuestros bancos en 2012 y 2013: 40.000 millones que engrosarán la deuda y que supondrán pagar 2.000 millones anuales de intereses (darían para pagar un mes el desempleo). Y habrá que cargar con 90.000 millones de activos tóxicos en el banco malo, una factura que tampoco pagará Europa.

En paralelo, los líderes europeos han vuelto a marear la perdiz hablando del futuro y de “más Europa”, siguiendo con su receta: más disciplina fiscal y más reformas (recortes).Han quedado en debatir, para la Cumbre de diciembre, la creación de un Presupuesto de la zona euro (que podría ser tan insuficiente como el Presupuesto europeo: un 1% del PIB de los 27, cuando en EEEU el Presupuesto federal es del 20%) y un contrato de reformas que firmarían los países. Y de matute, Alemania lanza la idea de crear un supercomisario europeo con derecho a vetar los Presupuestos de los países que no cumplan. Más ricino.

Sin embargo, la Cumbre no ha abordado oficialmente los tres grandes problemas de Europa: Grecia, España y la recesión. Grecia, el origen de la crisis del euro en 2010, espera un nuevo tramo de ayudas (31.000 millones) a cambio de nuevos ajustes (-11.000 millones), que han provocado la quinta huelga general de este año. El país no aguanta más, su economía cae un 6% (por quinto año), debe el 160% de su PIB y la tensión social es insostenible. Como en Portugal. España, tras dos años y medio de duros ajustes, profundiza su recesión y agrava el paro, mientras el FMI augura otra caída del PIB en 2013 (-1,3%) y que por eso no podrá cumplir con los recortes del déficit prometidos ni en 2012 ni en 2013. Eso es lo que preocupa a los mercados (Standard & Poors nos ha bajado el rating por temor a que la recesión deteriore tanto las cuentas públicas que los inversores no cobren) y lo que les lleva  a presionar al Gobierno (Moodys) para que pida el rescate .

Y luego está el tema de fondo, la recesión en Europa. El FMI estima una caída del -0,4% en la zona euro para 2012, con 10 países europeos en recesión (España, Italia, Grecia, Portugal, Reino Unido, Holanda, Eslovenia, Chipre, República Checa y Hungría), otros 4 países estancados (Francia, Holanda, Luxemburgo y Finlandia) y Alemania (y Austria) creciendo sólo el 0,9%, mientras prevé un crecimiento del 2,2% en EEUU y un 5,3% en los países emergentes. Pero si Europa no resuelve su crisis, advierte el Fondo, toda la economía mundial puede caer en recesión. Por ello ha pedido a los líderes europeos que tomen medidas y suavicen los recortes en la Europa del sur (Grecia, España, Portugal), dándoles más años para recortar el déficit. Menos austeridad.

Merkel y los fundamentalistas de Bruselas han hecho oídos sordos al Fondo, paladín de ajustes en el mundo (desde Asia a Latinoamérica) y nada sospechoso de izquierdismo. Siguen con el fetichismo del déficit, con su austeridad y sus recortes, como los médicos de la Edad Media con sus sangrías (hasta que mataban al enfermo). Perseveran en la ceguera de su ideología conservadora (menos déficit, menos Estado, más mercados que trajeron la crisis y ni invierten ni dan trabajo), la que llevan aplicando dos años y medio y  nos ha llevado a la recesión, al paro, a la pobreza y a la desigualdad. Y a la desconfianza de los ciudadanos con sus políticos (CIS) y con Europa, de donde vienen recortes y no soluciones.

En este contexto, los mercados, bancos, Europa, y muchos expertos piensan que la salida de España es pedir un segundo rescate. Rajoy esperará a después de las elecciones de este domingo para hacerlo (lo ha vuelto a hacer: primero sus prioridades como partido). Y se agarra a una artimaña para suavizar el coste: pedir un rescate virtual, solicitar una línea de crédito al Fondo de rescate europeo pero no usarlo. Esa petición abriría el camino a que el BCE pudiera comprar deuda en el mercado secundario, forzando así a bajar la prima de la deuda. Pero sea virtual o no, las condiciones que impondrá Europa serán muy reales: más ajustes (en pensiones, desempleo y funcionarios) y más control sobre nuestras cuentas.

Y aquí está el problema: con la recesión, España no puede cumplir el déficit prometido este año ni el que viene, como reconoce el FMI. La desviación serán 20.000 millones. Si hay un segundo rescate y nos obligan a cumplir, el Gobierno y las autonomías tendrán que recortar esos 20.000 millones adicionales. Un suicidio imposible.

Así las cosas, la solución no es que España cuente con la ayuda del BCE como el primo de Zumosol frente a los mercados. La única solución es cambiar de política, crecer, crear empleo, para poder recaudar más y cumplir con la rebaja del déficit y con los mercados. ¿Cómo? Tendrían que darnos dos años más de margen, para llegar al 3% de déficit en 2016, aumentar los ingresos (subiendo impuestos a los que más ganan y a las empresas con beneficios) , incentivar el consumo (bajando impuestos a los que ganan menos de 25.000 €) y el empleo (con rebajas fiscales y de cuotas), promover el crédito (con avales públicos)  y aumentar la inversión pública en formación,  infraestructuras, tecnología, exportaciones, turismo y sectores con futuro, como la Dependencia y la agroindustria. Poner España a trabajar. Por el otro camino, el que sufrimos desde hace 1.000 días, hundirán más al país. Con o sin rescate.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Las inundaciones de los recortes


Nuevas inundaciones en el sudeste español, hace tres semanas, con 13 muertos y 120 millones en pérdidas. Riadas sobre riadas: en los últimos 25 años, España ha sufrido 15 grandes inundaciones, con más de 250 muertos y 20.000 millones de pérdidas. Y la mayoría se han repetido en los mismos pueblos de Andalucía, Levante y Cataluña. La culpa no es sólo de la lluvia, sino también de la especulación urbanística y los recortes. Los Ayuntamientos han permitido construir en los cauces de los ríos y en zonas inundables. Y ni se limpian los cauces ni se hacen obras contra las riadas, por los recortes: las inversiones en obras hidráulicas se han reducido a la mitad desde 2010. Y hay presas y encauzamientos que llevan diez años pendientes por falta de recursos. Hay que tomar medidas urgentes antes de la próxima riada.
enrique ortega

Recuerdo cuando era niño, la conmoción en toda España por las inundaciones de Valencia (octubre 1957), con más de 400 muertos. Desde entonces (y antes), las grandes riadas se han repetido sin tregua (ver listado página 29) : septiembre 1961 en el Vallés (794 muertos), octubre 1973 en todo el sudeste (250 muertos), octubre 1982 en Alicante, Valencia y Cataluña más la riada por la rotura de la presa de Tous, agosto 1983 en el País Vasco (30 muertos), noviembre 1987 en las cuencas del Júcar y Segura, septiembre y noviembre 1989 en Málaga (5 muertos), Levante y Baleares, diciembre 1995 en Andalucía, agosto 1996 la riada de Biescas (87 muertos), otoño 1996 en Huelva, Cádiz y Sevilla, septiembre 1997 inundaciones en Alicante y en noviembre graves riadas en Badajoz, octubre 2000 inundaciones en el litoral mediterráneo (7 muertos), marzo 2002 riadas en Tenerife (8 muertos) y en abril y mayo inundaciones en la Comunidad Valenciana, octubre 2005 en Cataluña (4 muertos), 2007 en Andalucía y litoral mediterráneo (6 muertos), enero 2009 en Cataluña y Levante (11 muertos), agosto 2010 en Levante y septiembre 2012 en Andalucía y Levante (13 muertos).

España es uno de los países europeos con más riesgo de inundaciones, por su régimen fluvial y el tipo de territorio, un riesgo centrado en Andalucía (22,5% del riesgo total), Comunidad Valenciana y Murcia (19,6%) y Cataluña (18,6%). Según un estudio del Consorcio de Compensación de Seguros, entre 1987 y 2001 se perdieron una media de 745 millones por año en inundaciones, 11.921 millones en total. Y estiman que los daños van a aumentar, hasta 857 millones anuales entre 2004 y 2033. Con ello, España ha perdido ya más de 20.000 millones (y más de 250 muertos) por riadas en los últimos 25 años. Y perderá otros 17.140 millones (y más vidas humanas) en las próximas dos décadas.

¿No se puede hacer nada para evitarlo? La culpable de las inundaciones es la lluvia intensa, la gota fría, que trae una gran pluviosidad en poco tiempo. Pero el hombre tiene mucha culpa, al haber ocupado con viviendas y carreteras zonas que eran ríos y cauces y que se inundan periódicamente, causando estragos. En los años 80 y 90, con el boom inmobiliario, los Ayuntamientos dieron licencias para construir en cauces, como los aledaños del río Antas, en Vera (Almería), inundados ahora y en 1973 y 1.989. Los geólogos insisten en que no se ha cumplido la Ley del Suelo, que obliga a incluir mapas de riesgos naturales en los Planes de ordenación urbana, prohibiendo construir en zonas inundables. Además, con la nueva Ley de Costas aprobada hace dos semanas por el Gobierno, se legalizan por 75 años las construcciones al lado del mar que se hayan inundado “menos de 5 veces”, una medida que puede agravar las inundaciones futuras, dado que el cambio climático favorecerá la subida del nivel del mar.

Ahora, poco se puede hacer contra la especulación del pasado, salvo derruir lo construido o protegerlo con obras. Y aquí, el problema son los recortes presupuestarios de los últimos años, que han impedido invertir en obras anti-riadas: presas, embalses, canalizaciones, encauzamientos y motas de defensa, limpieza y adecuación de cauces. Por un lado, el Estado ha recortado a la mitad el presupuesto de obras hidráulicas, de 3.398 millones (2010) a 1.446 (2013), con una fuerte rebaja en las inversiones de las Confederaciones Hidrográficas (de 572 a 384 millones). Además, en los últimos años, la mayoría de este presupuesto ha ido a desaladoras, trasvases y abastecimiento de aguas, no a obras anti-riadas.

Por otro lado, los recortes de Ayuntamientos y autonomías han dado la puntilla a obras contra las riadas que esperan incluso desde hace diez años. La Junta de Andalucía no ha realizado la mayoría de las obras previstas en el Plan de prevención de inundaciones 2002-2015 (1.235 millones) en 1.099 puntos de riesgo de 428 municipios, según denuncia el Defensor del Pueblo andaluz. Y en la Comunidad Valenciana, donde 299 de los 542 pueblos tienen riesgo inundaciones, los recortes paralizan obras presupuestadas incluso desde 1998, como la presa de Vilamarxant, pensada para evitar una nueva riada a Valencia. Y el recorte del 60% en el presupuesto de la Confederación del Júcar paraliza muchas pequeñas obras para evitar riadas, como la mota de defensa en Albalat de la Ribera (Valencia). Y son muchos los Ayuntamientos, en Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, que no tienen dinero para limpiar cauces, como el del río Antas, en Vera (Almería), recientemente inundado.

La gota fría no se puede evitar, pero los recortes presupuestarios están frenando obras que podrían evitar algunas riadas, daños y muertes. Es urgente poner en marcha un Plan de choque contra las inundaciones, con cuatro medidas. Una, derruir viviendas y construcciones en las zonas de mayor riesgo, donde las obras sean más costosas que las indemnizaciones. Dos, poner en marcha un Plan de inversiones prioritarias en obras anti-riadas, con ayudas de la Unión Europea (Fondos FEDER, que se acaban en 2013). Tres, revisar toda la normativa urbanística y de costas, para frenar construcciones en zonas de alto riesgo. Y cuatro, invertir en prevención, desde la elaboración de mapas de riesgo rigurosos (no los tendremos hasta diciembre de 2013, en cumplimiento de la Directiva europea) hasta la inversión en sistemas de alerta e información. Aquí también juegan en contra los recortes: a la Agencia Española de Meteorología le han reducido un 32,6% su presupuesto desde 2011.

Es tercermundista que en pleno siglo XXI haya trágicas inundaciones cada año en los mismos sitios, con muertos y pérdidas millonarias. La naturaleza manda, pero el hombre debe hacer algo para evitarlo en lo posible. Poner orden en el urbanismo, invertir más en obras de defensa y advertir mejor a la población afectada. Es más lógico y más barato que lamentar después las pérdidas. Pero a nuestros gobernantes se les olvida. Hasta la próxima riada.