miércoles, 1 de agosto de 2012

La luz sube por quintuplicado


Mirar el recibo de la luz en los próximos meses va a darnos varios sustos, ya que se van a acumular las subidas, hasta por cinco conceptos distintos. Y si el Gobierno aprueba finalmente en agosto nuevos impuestos a las eléctricas, también nos los acabarán repercutiendo en el recibo. De momento, la luz ya ha subido un 24 % en los dos últimos años y medio y es la más cara de toda Europa, salvando Chipre y Malta. Y encima, nos dicen que debemos 25.000 millones a las eléctricas, una hipoteca a quince años que también les pagamos con el recibo. Al final, el problema es que se ha creado una burbuja eléctrica, con más del doble de producción de electricidad que necesitamos y a unos costes desorbitados. Alguien tendrá que pincharla para que no nos destroce el bolsillo.  
enrique ortega

La primera subida que nos toca es el 3,95 % que subió la luz el 1 de julio, lo que supondrá pagar 3,20 euros más en un recibo medio (80 euros, según Facua). La segunda subida será en agosto, que será cuando las eléctricas empiecen a cargar la subida de la tarifa eléctrica de abril (un 7%), retrasada por dificultades técnicas en la refacturación de las sentencias del Supremo cliente a cliente. La tercera subida, que nos cargan desde marzo, es que ahora somos los 29 millones de usuarios los que pagamos el bono social (tarifa congelada) a los 3 millones de usuarios más necesitados (familias numerosas, parados y pensionistas con bajos ingresos): son 300 millones al año (acaban de recortarlo un tercio, con el Superajuste de Rajoy) que pagaban las eléctricas, pero lo recurrieron y ganaron en el Supremo. La cuarta subida vendrá porque el Gobierno acaba de autorizar a las eléctricas para que nos repercutan los impuestos verdes que les cobran siete autonomías (unos 200 millones), con lo que la luz costará más en unas regiones que en otras. Y la quinta, la subida del IVA del 18 al 21%, que pagaremos en el recibo que nos llegue en septiembre (2 euros más de media).

Y eso no es todo. El Gobierno quiere aprobar en agosto nuevos impuestos a la generación de electricidad, tanto a la hidroeléctrica, gas y nuclear como a las renovables, impuestos que antes o después notaremos en el recibo. Y además, también va a aprobar un recargo a las familias que consuman más electricidad.

Al final, más de 10 euros de subidas por recibo en unos meses, que se sumarán al 80%  que ha subido la luz desde 2004. Con ello, los españoles pagamos la luz más cara de Europa, tras Chipre y Malta, según Eurostat: 16 céntimos por kilovatio a principios de año frente a 12 de media en la UE. Y las empresas pagan una tarifa industrial (35% del consumo) que es la sexta más cara de Europa (tras Italia, R. Checa, Eslovaquia, Chipre y Malta).

Y aun así, aunque nos achicharran con  el recibo, les debemos mucho dinero a las eléctricas, porque llevamos más de una década con subidas que teóricamente no cubren los costes que tienen reconocidos desde la Ley Eléctrica de 1997 (Aznar). El resultado es que la deuda eléctrica supera los 25.000 millones de euros, una bola de nieve que crece cada año y que pagamos los consumidores, como una hipoteca a 15 años: la deuda se convirtió en títulos, “papelitos”, que compran los inversores y cuyos intereses y amortizaciones pagamos los usuarios en el recibo, unos 3 euros cada mes hasta 2025.

El Gobierno Rajoy trató de reducir esta deuda, aprobando en marzo una subida de tarifas (1.640 millones) y un recorte de 940 millones a las eléctricas. Y ahora, tras la subida de julio (otros 1.400 millones), esta estudiando un impuesto a las eléctricas, por la generación de electricidad (4.580 millones), para ayudar a reducir la deuda. Pero lo está retrasando, por presiones del sector eléctrico (dicen que el nuevo impuesto se va a comer sus resultados):   Aznar es asesor de Endesa, el ex-ministro  Acebes consejero de  Iberdrola y Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Hacienda y ex socio de despacho de Montoro es consejero de Abengoa). A cambio de que paguen más  impuestos, el Gobierno les ofrece ampliar 10 años más las centrales nucleares (de 40 a 50 años, empezando por los 7 años más concedidos a Garoña) y otros 20 años las hidroeléctricas (de 75 a 95 años).

Mientras se concreta el nuevo impuesto, que pagaremos también en el recibo, hay que recordar que sólo el 45% de la factura refleja el coste de la luz (24,8% producirla, 4,6% transportarla y 16,2% distribuirla). Del resto, un 22% son ayudas a las renovables, un 20% de impuestos, 6% para pagar la deuda eléctrica, 3% para pagar hasta 2015 la moratoria nuclear (1983), 3% para compensar del mayor coste de producir en las islas, Ceuta y Melilla y un amplio resto donde compensamos a los grandes consumidores, el transporte y el ahorro.

Al final, un galimatías de costes, poco transparentes, que encarecen la luz cada mes. Por eso, la reforma más urgente es recortar unos costes excesivos, garantizados por Ley a las eléctricas y que disparan el recibo y la deuda: sobrecoste de las nucleares e hidroeléctricas ya amortizadas (3.478 millones anuales), sobrecoste en el transporte y la distribución, sobrecoste de las centrales de gas (funcionan sólo un tercio de su capacidad, cuando no hay aire para los molinos eólicos), sobrecoste de las compensaciones a la liberalización del mercado (3.396 millones), extracostes por compensación a las grandes empresas consumidoras (600 millones), extracostes por ayudas a las renovables (otros 2.000 millones)… Y así sumando.

El otro problema  es el exceso de capacidad: sobra electricidad, hay una potencia instalada de 100.000 Mw cuando el consumo diario está en 40.000. Los extracostes, las subvenciones encubiertas y el dinero barato han creado una gran burbuja eléctrica, a costa de ordeñar el recibo. Sobran centrales y falta eficiencia y ahorro energético. Vivimos en un país donde sobra luz y pagamos por centrales que no funcionan o por renovables no competitivas. Hay que poner orden ya, antes que la reconversión eléctrica se nos caiga encima, con su deuda y sus desajustes de costes, como la banca. Y no puede ser que el ajuste del todopoderoso sector eléctrico lo paguemos los usuarios, con un rosario de subidas. Pero hasta ahora, es lo que hay.

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