miércoles, 14 de marzo de 2012

China, a la conquista del mundo


En China, 2012 es “el Año del Dragón”, pero algunos lo llaman jocosamente “el Año del Tragón”, porque el gigante chino no para de comerse empresas, bancos, tierras y deuda pública del resto del mundo, sobre todo en Latinoamérica, Asia, África y Europa. China es la segunda potencia económica del mundo y para 2030 superará a EEUU. El temor es que la burbuja del crecimiento chino estalle y hunda a la economía mundial. Los dirigentes chinos ya han frenado el crecimiento en 2011 y quieren impulsar su economía, para no depender tanto de las exportaciones. España es el tercer país clave para China en Europa, pero tenemos poca presencia allí. Y algunas de nuestras empresas se están volviendo, porque les suben los costes. Pero se quiera o no, el futuro del mundo en las dos próximas décadas pasa por China.
enrique ortega

China se abrió económicamente al mundo en 1978 y desde entonces ha venido creciendo al 10% anual, multiplicando por cuatro su riqueza (PIB) en las dos últimas décadas y sustituyendo en 2010 a Japón como segunda economía mundial. Los motores del milagro chino han sido una mano de obra barata (260 millones de campesinos trasladados a las ciudades) que les ha convertido en la fábrica del mundo y en el primer exportador mundial (10,3% del total), atrayendo empresas e inversiones extranjeras (primer destino mundial).

Con la crisis de 2008, China multiplicó los estímulos a su economía y el crédito, para evitar la recesión. Y alimentó aún más la burbuja inmobiliaria (los precios de la vivienda subieron un 60% desde 2006), el endeudamiento de las regiones (36% del PIB) y la inflación, que llegó al 6,5% en julio de 2011. Ante este recalentamiento, el Gobierno chino subió tipos y redujo el crédito, enfriando la economía. El resultado es que China creció un 8,9 % en el cuarto trimestre, el menor en 30 meses. Y que “sólo” creció un 9,2% en 2011 (10,3% en 2010), mientras espera crecer el 7,5 % en 2012.

Con ello, hay quien teme un pinchazo de China, pero su previsión es crecer una media del 7% hasta 2015, mientras Europa está en recesión, Japón languidece y EEUU trata de crecer al 3%. China espera multiplicar por cuatro su producción (PIB) en las dos próximas décadas y el Banco Mundial estima que superará a EEUU para 2030. Eso sí, el Gobierno chino quiere crecer de una forma más saneada, con un mayor peso del consumo interno (aporta el 35% del PIB, frente al 50% en EEUU), que compense la caída de exportaciones por la crisis a Europa (20% del total) y EEUU (18%). Y controlar la inflación (al 4%), recortar consumos energéticos (tiene 35% más de emisiones de CO2 que EEUU) y reducir la brecha tecnológica y social, las tremendas desigualdades de renta (2.000 $ en las ciudades y 700 $ en el campo), fuente de continuas protestas ciudadanas.

Entre tanto, China ha aprovechado la crisis para seguir conquistando mercados, no sólo con sus exportaciones sino con la compra de empresas por todo el mundo, para asegurarse el suministro de energía, materias primas y alimentos (primer consumidor mundial), además de tecnología, su gran hándicap. De momento, ha invertido 340.000 millones de dólares entre 2005 y junio de 2011, sobre todo en Asia, África  y Latinoamérica (donde han comprado tierras de cultivo), aunque desde 2010 se está volcando en Europa, aprovechando la crisis de la deuda para comprar empresas (Volvo o la eléctrica portuguesa EDP). Algo que despierta recelo en Bruselas, a quien preocupa perder tecnología, por lo que piden una regulación como la de EEUU, muy restrictiva con las inversiones chinas.

China es el país del mundo que más ahorra (54% de su renta, frente al 14% en EEUU o el 13% en España), con lo que se ha convertido también en el banquero del mundo: tiene 3,2 billones de dólares en reservas de divisas, un tercio en bonos del Tesoro USA. Y con la crisis, se ha lanzado a comprar deuda europea y tienen el 12% de la deuda española.

España es el tercer país europeo con más inversiones chinas (136,7 millones $), tras Alemania y Reino Unido, con dos bancos y presencia en algunas empresas, mientras la inversión española en China es insignificante (67 millones €, un 0,25% del total). Y China es nuestro tercer país proveedor, tras Alemania y Francia, con 18.641 millones de euros importados en 2011 (frente a 3.389 exportados). Mucho son los productos de empresas españolas instaladas allí por costes (el 60% de la producción textil española), aunque algunas se están volviendo (a Portugal, Marruecos y el Este de Europa), por la subida de salarios (han pasado de 150 a 400 $) y del transporte, así como por los aranceles. Y no hay que olvidar que España es el país europeo con más población china (100.000 “oficiales”), que controlan ya el 60 % del comercio tradicional en Madrid y Barcelona.

En octubre, China renueva su cúpula directiva, que tendrá que hacer cambios para conseguir el liderazgo económico mundial. Su mayor reto será conseguir un fuerte crecimiento en las dos próximas décadas y repartirlo mejor,  para hacer frente a las demandas sociales sin democracia, algo que seguro estallará. Y quizás haya una nueva burbuja económica, que asuste al resto del mundo. Pero muchos piensan que China puede crecer lo que quiera, porque tiene una economía mixta, muy intervenida, que permite capear mejor los ciclos y las crisis.

Lo que está claro es que China ha revolucionado la economía y al mundo, obligándonos a todos a trabajar como chinos, con menos salarios y más productividad, convirtiéndonos en consumidores de productos low cost de menor calidad, ahorrando para financiar la deuda del mundo y comprando empresas, minas, tierras o alimentos como un gigante hambriento. No es nuestro modelo, pero es una realidad a la que hay que hacer frente. Colaborando con ellos  y compitiendo, con tecnología, innovación y calidad. Y con mucho esfuerzo. Es nuestro empleo.

1 comentario:

  1. Hola! Los que nos dedicamos al textil vivimos en primerísima persona todo lo que comentas en este interesante artículo. Nosotros hemos publicado estos días en nuestro blog una entrevista a un doctor en Historia de la Universidad de Burgos, donde también se analiza esta cuestión, por si te apetece leerla.

    Un saludo!

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