domingo, 31 de julio de 2011

Vacaciones más cortas y gastando menos

Más de la mitad del país está de vacaciones, bien merecidas a pesar de lo que diga la canciller Merkel: los españoles tenemos parecidas vacaciones al resto de Europa, aunque durante el año trabajamos más horas y cobramos menos. Y como la crisis sigue ahí, también afecta a nuestras vacaciones. Los datos hablan de que este verano, el tercero de la crisis, vamos a gastarnos un 15% menos que el pasado y que saldremos menos de España. Eso sí, como dos de cada tres españoles no renuncia a las vacaciones, serán más cortas y gastaremos menos. ¡A disfrutarlas ¡
www.enriqueortega.net
En mayo, la canciller Merkel quiso ganar votos alemanes atacando a la Europa del sur (España, Portugal y Grecia), porque tenían más vacaciones, trabajaban menos y se jubilaban antes que el resto de los europeos. Pero no es cierto. Empezando por la jubilación: la edad efectiva de retiro en Alemania son los 62,2 años mientras en España nos jubilamos a los 62,3 años y en Portugal a los 62,6 años. Y en las vacaciones, si bien Alemania tiene menos vacaciones sobre el papel (20 + 10 festivos= 30 días) que España (22+14 festivos= 36 días), Portugal (35 días) o Grecia (37 días), la realidad es que en.net la negociación colectiva, los trabajadores alemanes pactan  una media de 30 días de vacaciones, que con 10 festivos suman 40 días, más que la mayoría de los trabajadores de la Europa del sur.
En cuanto a los horarios, la última estadística de Eurostat (2010) habla de que los alemanes trabajan 40,6 horas a la semana, sólo 12 minutos más que España (40,4 horas) y casi lo mismo que Portugal (40,2 horas) o Grecia (40,5 horas). Pero si cogemos los datos de la OCDE (2009), los españoles trabajamos 1.653,8 horas al año frente a 1.389 horas los alemanes (y 2.119,3 los griegos). Y si tomamos la jornada realmente pactada en los convenios (Eurofound 2009), en España se trabajan 1.720,4 horas al año frente a 1.655 horas en Alemania (y 1.719 en Portugal o  1.816 en Grecia). En definitiva, que tampoco es verdad que trabajemos menos. Baste un ejemplo: los trabajadores españoles que hacen en Zaragoza el Opel Corsa trabajan 223 días al año (38,5 horas a la semana) y sus compañeros alemanes de Einsenach, que montan el mismo coche, trabajan 3 horas menos, 220 horas al año (38 horas/semana).
Eso sí, los sueldos españoles son la mitad: el sueldo bruto anual en Alemania es de 40.914 euros, frente a 21.500 € en España o 17.500 € en Portugal (Eurostat 2008). Eso se debe a que Alemania tiene una industria más competitiva, con más peso tecnológico y exportador, y con más productividad. Por eso, para intentar compensarlo, trabajamos más horas.
Con la crisis, los salarios de los que mantienen su empleo se han moderado  y el hecho es que más de 6 millones de trabajadores (un 35,4%) cobran menos de 1.000 euros al mes, o sea que no llegan ni a mileuristas, según la Agencia Tributaria. Si a ellos les sumamos los 11 millones de españoles que tienen sus ingresos congelados (3 millones de funcionarios y 8 millones de pensionistas) y los casi 5 millones de parados, entenderemos que 22 millones de españoles “tengan crudo” tomarse vacaciones este año, en el tercer verano de la crisis.
Al final, la mayoría opta por escaparse unos días, tirando de la hucha (sigue bajando el ahorro), aunque con menos presupuesto, porque también  las subidas de precios (luz, gas, butano, carburantes, autobuses interurbanos…) les han comido parte de los ingresos. Este verano, los españoles destinarán entre un 15 y un 20% menos de dinero a viajar, según estimación de las agencias de viajes. Unos 1.789 euros de media por familia, según el barómetro Ipsos-Europ Assistance, frente a 2.145 euros de media de los turistas europeos. Y por eso, haremos unas vacaciones más cortas: una semana los que antes estaban 10 días y diez días los que antes veraneaban dos semanas.
Menos gasto, menos días y más vacaciones dentro de España para el 85-90 % de los españoles. La mayoría vamos de vacaciones en coche (76%, frente a un 7% en tren y un 10% en avión), a la costa andaluza y mediterránea, a Baleares o a Galicia, y más a apartamento que a hoteles, donde ha caído la demanda de españoles, que aprovechan la bajada este verano en los alquileres de casas y apartamentos (entre un 3 y un 5%). Eso sí, está aumentando el turismo interior, más barato, y “la vuelta al pueblo” para los que tienen menos presupuesto.
Este verano, los españoles y los británicos son los únicos europeos que van a gastar menos en sus vacaciones, mientras gastarán más los alemanes, belgas e italianos. Pero dos de cada tres españoles no las perdonamos (un 65% saldremos de vacaciones, 6 % más que en 2010), casi  como el resto de europeos (66% toman vacaciones, un 2% más este año). Aunque vayamos más cerca, estemos menos días y gastemos menos. El caso es salir, cambiar de aires y olvidarnos por unos días de la crisis. Con permiso de la canciller Merkel.
¡Felices vacaciones¡

miércoles, 27 de julio de 2011

Ley de Residuos: reciclar tiene su precio

El Congreso aprobó el 14 de julio la nueva Ley de Residuos, para cumplir con las exigencias europeas. El futuro Gobierno tendrá que elaborar un Plan Nacional de Residuos para evitar que España sea el país de Europa con más basura y menos reciclaje. Ello supondrá un gran esfuerzo para las empresas y los Ayuntamientos, en plena crisis, y también para los consumidores, que tendremos que pagar más por las basuras. Y habrá que olvidarse de las bolsas de plástico para 2018.También volverá la antigua costumbre de devolver los cascos y cobrar por ellos. Al final, se trata de utilizar menos envases, más reutilizables y más fácilmente reciclables. Y acostumbrarnos todos a reciclar, desde pequeños. Basura no, gracias.
España es uno de los países que produce más basura y que menos recicla. Cada español genera al año 556 kilos de basura, más de kilo y medio diario, frente a 508 kilos de media europea. Y sólo reciclamos el 15,5%, unos 86 kilos al año por habitante, frente a 119 kilos (un 23,4%) que reciclan los europeos. La mayoría de la basura acaba en el vertedero (287 kg en España, frente a 202 en Europa) y poca se incinera (48 kg aquí y 100 kg en la UE).
Con todo, la  anterior Ley de Residuos, de 1998, supuso un gran salto, ya que se pusieron en marcha dos sociedades sin ánimo de lucro  para recoger y reciclar residuos (Ecoembes y Ecovidrio) y se ha conseguido reciclar un 66% de los envases ligeros (plásticos, latas y briks) y el 83% del cartón y papel, así como el 60% de los envases de cristal, aunque los ecologistas rebajan esos porcentajes y acaban de presentar una queja ante el comisario europeo de Medio Ambiente para que investigue las “graves irregularidades” en los datos que presenta España.
Polémicas aparte, el caso es que queda mucho por hacer en el reciclaje de basuras en general y en los envases en particular: cada día se utilizan 51 millones de envases y sólo se reciclan entre un tercio y dos tercios, según materiales y fuentes. El objetivo de la nueva Ley de Residuos, aprobada sin votos en contra, es triple: que haya menos envases, que sean menos contaminantes (menos peso y más fácilmente degradables) y que se reciclen y reutilicen más. La Ley tiene tres grandes retos. Uno, que para 2015 toda la basura se recoja en España separada (papel, plástico, vidrio, metales y biorresiduos). Dos, que para 2020 se reduzcan los residuos generados un 10%. Y tres, que también para 2020, se reutilicen y reciclen el 50% de los residuos domésticos (hoy es un 15%).
En paralelo, el proyecto estrella es la supresión de las bolsas de plástico no biodegradables: habrá que suprimir el 60% en 2013, el 70% en 2015 y el 100% para 2018. España es el mayor fabricante de bolsas de plástico de Europa (350 empresas y 50.000 empleos, que tendrán que reciclarse) y su tercer consumidor, con 238 bolsas por español al año, que en un 85% se reutilizan para tirar la basura y que tardan hasta 20 años en degradarse. La cruzada contra las bolsas de plástico ya ha empezado en las grandes superficies, que las cobran (eso ha bajado su uso 5 veces menos), pero la nueva normativa va más allá: en 2015 llevarán mensajes negativos, como el tabaco (“esta bolsa mata el medio ambiente”) y en 2016, el Gobierno les pondrá un impuesto, para desanimarnos más a usarlas.
Estos ambiciosos objetivos van a suponer un gran esfuerzo a las empresas, sobre todo de alimentación, y a los Ayuntamientos, que gestionan la mayoría de las basuras y que nos subirán más la recogida. Harán falta más inversiones, en plena crisis, para mejorar los envases (mucha innovación para que contaminen menos), aumentar la reutilización y el reciclado. Y sobre todo, hará falta un esfuerzo de educación al consumidor, para que colaboremos más en separar y reciclar. Para animarnos, la nueva Ley abre la vía a la recogida de envases, a volver a guardar y llevar “los casos”, como hacíamos cuando éramos pequeños. El sistema SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno) consiste en poner máquinas en tiendas y supermercados donde el consumidor deposita los cascos a cambio de cobrar 25 céntimos por envase, como ejemplo.
El sistema, que tiene mucho éxito en Alemania (se recuperan así el 98% de los envases) y otros 35 países, permite que el consumidor le dé un valor a los residuos y no los tire, reutilizándolos con menos coste que el reciclado actual. La industria y los comerciantes han iniciado una batalla contra el sistema SDDR, porque dicen que les supondrá muchos costes (600 millones de euros), entre las máquinas y la logística. Y los ecologistas responden que ahorraría costes y que el consumidor ayudaría más a reciclar. En cualquier caso, sería un buen sistema complementario a la gestión de residuos, ya que sólo se puede utilizar para los envases de plástico (PET), briks, latas y botellines de cervezas, bebidas y refrescos, un 5% de los residuos totales generados en España. Y tardará unos años en ponerse en marcha.
Con la nueva Ley y muchas inversiones, España puede convertirse en un país más limpio, que genere menos basura y la recicle más. Es un tema de dinero, de ayudas, de gestión, de colaboración entre empresas e instituciones y, sobre todo, de educación. Hoy por hoy, sólo 6 de cada 10 españoles separa las basuras en su casa y son muchos los que todavía no la llevan al contenedor, a pesar de que España es el país con más contenedores por habitante de Europa. Vivimos en la cultura del desperdicio, del usar y tirar. Y eso es también la cultura del despilfarro. No podemos seguir tirando dinero a la basura. A reciclar tocan.

domingo, 24 de julio de 2011

Europa salva el euro a medias

La Cumbre del euro de este jueves ha sido más efectiva de lo esperado. Europa ha visto las orejas al lobo y los pasajeros de primera clase (Francia y Alemania) han visto tan cerca el hundimiento del euro (el Titanic) que han aceptado medidas que llevaban año y medio rechazando, la última vez en la Cumbre de junio. De entrada, se le da un respiro a Grecia (también a Portugal e Irlanda) para que paguen su deuda, con algún coste para los bancos. Y se utiliza al Fondo de rescate como fuerza de choque para defender a la Europa del sur de la especulación de los mercados, que de momento han plegado velas. Pero los líderes europeos se han quedado a medio camino y no han avanzado en crear la deuda y el Tesoro europeos. Y no reaniman la economía de la UE, que apenas crece. Y así no se sale de la crisis.
Europa sólo parece reaccionar cuando se encuentra el borde del precipicio. Y las últimas dos semanas, el euro ha estado al borde de la ruptura. A las tensiones sobre la deuda de Grecia, Portugal e Irlanda, habituales en el último año, se sumó un grave encarecimiento de la deuda española y algo inédito: los ataques a Italia, uno de los cinco fundadores de Europa. Y para colmo, los seguros de la deuda francesa llegaron a duplicar a los de la deuda alemana. Era la luz roja definitiva. Merkel y Sarkozy, acompañados del presidente del BCE, estuvieron hasta la madrugada para acordar las medidas de urgencia que llevaban año y medio sin aceptar. Y el jueves, a los demás sólo les quedó hacer el paripé y firmar.
La primera decisión ha sido dar un respiro a Grecia, para evitar que suspenda pagos. Para ello, la UE y el FMI le van a prestar otros 109.000 millones de euros, a devolver en más plazo (un mínimo 15 años y hasta 30, frente a los 7,5 años del Plan de ayudas 2010) y con menos interés (3,5% en vez del 5). Además, Merkel salva la cara ante sus contribuyentes y logra que Francia y el BCE acepten que la banca privada acreedora de Grecia también ayude, aportando otros 50.000 millones, de una de estas tres formas: canje de la deuda actual por otra con otras condiciones (menos tipo), ampliación del plazo de devolución de la deuda actual y recompra por Grecia de la deuda que tienen las entidades. Al final, les supondrá una pérdida media (quita) del 21%, pero los principales bancos europeos (BBVA entre ellos) ya lo han aceptado. Mejor eso, dar un respiro a Grecia, a que suspenda pagos y no cobrar.
Bruselas acuerda también bajar los tipos y ampliar los plazos para que Irlanda y Portugal devuelvan mejor los créditos de la UE y del FMI. Pero Sarkozy dice que implicar a la banca privada ha sido una excepción sólo para Grecia, aunque Merkel no ha sido tan radical. La realidad es que si ambos países siguen estancados, sin crecer, no podrán pagar y habrá que repetir el esquema griego: más facilidades de la banca privada si quieren cobrar.
Otra decisión importante ha sido dotar a Europa de armas para defender la deuda de los países atacados por los mercados. Para ello, se permite que el Fondo europeo de rescate (dotado con 440.000 millones de euros) pueda hacer tres cosas básicas: comprar deuda en el mercado secundario (para que no caiga), dar créditos a los países atacados para defenderse (sin tener que pasar por la humillación de pedir un rescate) y dar ayudas para recapitalizar los bancos con problemas por tener deuda de países atacados (caso de los bancos griegos si las agencias bajan el rating de Grecia por este acuerdo). Tres medidas que son una respuesta eficaz al pulso a los mercados, ahora más calmados.
En resumen, se trata de dar oxígeno a Grecia, Irlanda y Portugal (con algún coste para la banca, que les prestó sin tino) y defender la deuda de los países atacados por los mercados, lo que beneficiará a España. Si estas dos decisiones se hubieran tomado en mayo de 2010, Europa se hubiera ahorrado muchos disgustos y los ciudadanos de Grecia, Irlanda, Portugal y España no habrían sufrido en sus carnes ajustes tan duros. Además, no habríamos estado año y medio pagando un coste extra por la deuda, más de 15.000 millones, que se han llevado los especuladores. Y los bancos y las empresas no tendrían tantos problemas para financiarse, invertir y crear empleo. Es el coste de año y medio de parches, nacionalismos egoístas e indecisiones de los dirigentes europeos, con Merkel y Sarkozy a la cabeza.
Ahora, han avanzado, pero se quedan a medio camino. No han decidido la creación de una Agencia europea de rating, que se enfrente al chantaje de las tres hermanas (Mody´s, Standard &Poors y Finch). No han hablado de emitir deuda europea, la solución definitiva para evitar las tensiones (como en EEUU, con estados, como California, en quiebra), algo que no quiere Alemania, porque pagaría más con la deuda común. Y no quieren ni hablar de un Tesoro único europeo, el único instrumento de intervención rápida que tienen 15 países para defenderse juntos sin toda la burocracia y lentitud actual.
Y sobre todo, los dirigentes europeos (casi todos conservadores) no han hablado de reanimar la economía europea, de un Plan Marshall no para Grecia, sino para Europa. De acabar con la política de recortes y reactivar selectivamente la economía (lean este artículo del Nobel Krugman). Media Europa, sobre todo la del sur (incluso Francia), está estancada. Y en lugar de reanimar la actividad, como ha hecho EEUU, promoviendo la inversión y el empleo, se deja que el BCE suba los tipos (y lo volverá a hacer). Habría que lanzar un mensaje no sólo a los mercados, sino a los ciudadanos: vamos a tomar medidas para salir de la crisis, para crear empleo. Pero no. Esperarán otro año más, a que la Europa del sur no vea una salida, a que los ciudadanos se indignen más, a que los mercados vuelvan a la carga. Y quizás entonces hagan algo. Otra vez tarde.

miércoles, 20 de julio de 2011

Aeropuertos más privados

Este mes de julio, millones de españoles y extranjeros utilizarán nuestros aeropuertos para sus vacaciones. Y también este mes se pone en marcha una auténtica revolución en la gestión del tráfico aéreo en España, con la privatización de la gestión de 13 torres de control y de los aeropuertos de Barajas y el Prat, que culminará con la privatización del 49% de AENA, el primer operador aeroportuario del mundo. Unos cambios que van a revolucionar la gestión de los cielos españoles, para hacerlos más competitivos y atractivos para viajeros y compañías. El problema es que la mayoría de los aeropuertos españoles son ruinosos, sin  viajeros (y algunos sin aviones). Por ello, si hay que modernizar unos, habría que cerrar otros.
www.enriqueortega.net
España es el cuarto país del mundo con más tráfico aéreo, sólo por detrás de Estados Unidos, China y Reino Unido. En la última década, se ha hecho un gran esfuerzo en modernizar los aeropuertos, con 17.211 millones invertidos (más de la mitad, en Barajas y el Prat). Pero España chocaba con un grave problema para competir con otros países: tenía las tasas de navegación aérea más caras de Europa, por culpa de un sistema de control asentado en los controladores aéreos más caros y menos productivos del continente.
Después de varios reales decretos, una Ley, una huelga salvaje y un laudo, AENA ha cambiado drásticamente el sistema de control aéreo, buscando  que las tasas de ruta se sitúen en 2013 en la media de los cinco grandes proveedores europeos. De momento, la tarifa se ha reducido un 7,8% en 2011 y bajará otro 7,2% en 2012, con lo que las aerolíneas se ahorrarán 150 millones estos dos años. Además, AENA ha sacado a concurso la gestión privada de las torres de control de 13 de los 47 aeropuertos, para mejorar y abaratar la gestión del tráfico aéreo. Y es que en Heathrow, con gestión privada (Ferrovial), 60 controladores gestionaron en 2010 más movimientos de aviones que los 110 controladores de Barajas.
AENA sacó a concurso  en junio el primer lote de las 13 torres de control (Alicante, Valencia, Ibiza y Sabadell), al que se han presentado ocho empresas (constructoras y multinacionales extranjeras). El segundo lote (Sevilla, Jerez, Vigo, la Coruña, Melilla y Cuatro Vientos) y el tercero (Lanzarote, Fuerteventura y La Palma) se adjudicarán también en septiembre. Y en una segunda fase está previsto licitar las torres de otros  20 aeropuertos (con sus controladores), salvo las 8 torres gestionadas por Defensa y el control de 6 aeropuertos pequeños, que se va casi a automatizar (sistema AFIS). Además, se privatiza también el servicio de plataforma.
Otro gran cambio será privatizar la gestión de los aeropuertos, empezando por Barajas y el Prat. El pasado viernes, el Gobierno aprobó los concursos, a los que se presentan Ferrovial, Abertis y varias multinacionales. Tendrán un 90% de la empresa que gestiona cada aeropuerto, manteniendo AENA el resto. La concesión se decidirá en noviembre, será por 20 años (ampliables a 25) y pagarán un canon, poniendo ellos las tarifas. Tarifas que han subido en 2011 y van a seguir subiendo en los grandes aeropuertos, donde son 65% más bajas que la media europea. Eso sí, en 31 de los 47 aeropuertos, los de menos tráfico, las tarifas han bajado, para aumentar su competitividad.
En una segunda fase se privatizará la gestión de otros cinco aeropuertos con mucho tráfico: Alicante, Gran Canaria, Tenerife-Sur, Málaga y Palma de Mallorca. Y así siguiendo con los que se pueda. Porque, de los 47 aeropuertos gestionados por AENA, sólo 14 tienen entidad, porque son rentables (11) o porque tienen tráfico (Barajas, el Prat y Málaga pierden dinero porque están amortizando grandes inversiones). El resto, dos de cada tres, son ruinosos, con pocos pasajeros y muchas pérdidas. Sobre todo algunos : Huesca (en mayo sólo tuvo 3 pasajeros), Sabadell (0 pasajeros), Cuatro Vientos (295 pasajeros año), Córdoba (7.852), Albacete (11.293), Logroño (24.527), Burgos (33.595),Vitoria (42.073), Salamanca (43.179), Badajoz (61.179) o León (94.000).Y entre los aeropuertos privados, destaca Castellón, el aeropuerto sin aviones “inaugurado” en marzo (150 millones de inversión), el autonómico de Alguaire-Lleida (95 millones de inversión y 2 vuelos semanales, algunos con 3 pasajeros), el aeropuerto fantasma de Ciudad Real (1.100 millones, ahora en concurso de acreedores) y dos aún sin inaugurar, el de Teruel (31 millones) y Murcia-Corvera (250 millones).
En total, 52 aeropuertos, casi uno por capital, una locura que no se justifica ni siquiera con las subvenciones autonómicas y locales, contra las que va a actuar la Comisión Europea. Una sangría de pérdidas (275 millones en 2010) para AENA, el mayor operador aeroportuario del mundo, valorado en 30.000 millones de euros y que se va a privatizar parcialmente (49%) antes de fin de año, si los mercados lo permiten.
España se juega mucho con sus aeropuertos, ya que son la puerta de entrada de 3 de cada 4 turistas, la primera industria nacional. Y la competencia es brutal, con las compañías low cost y los grandes operadores moviendo millones de viajeros, atentos a las tasas, los retrasos y la calidad de los aeropuertos para decidir dónde aterrizan en Europa. Habrá que volcar mucho esfuerzo inversor y de gestión en los grandes aeropuertos, para seguir siendo una potencia en el tráfico aéreo, que se va a duplicar en los próximos 20 años. Pero eso exigirá seleccionar esfuerzos y no dedicarlos a aeropuertos sin pasajeros. No tiene sentido tener 3 aeropuertos en Galicia, 4 en Cataluña o 5 en Euskadi -Navarra-La Rioja, a cien kilómetros de distancia. Habrá que cerrar algunos locales y centrarse en  los internacionales y regionales. Hay que estallar la burbuja aeroportuaria y olvidarse de tener un aeropuerto al lado de casa.

domingo, 17 de julio de 2011

Energías renovables a paso lento

El Gobierno se despide aprobando un Plan de Energías Renovables 2011-2020 que busca obtener la quinta parte de la energía del aire, el sol y otras energías alternativas. Pero se trata de un Plan menos ambicioso que el anunciado el año pasado, con menores primas a las renovables, por la crisis. Y eso, a pesar de que Alemania, Italia y otros países van a relanzar las energías alternativas, tras la crisis nuclear de Japón. España, que está en primera línea en energías renovables, con empresas que son líderes mundiales en eólica y solar, corre el riesgo de quedar rezagada en la carrera por las energías limpias, que reducen la creciente factura del petróleo y crean tecnología, divisas y empleo. Podemos y debemos ser una potencia en renovables, pero hace una política decidida de apoyo, no recortes y cambios continuos.
www.enriqueortega.net
Las energías renovables han pasado en pocos años de aportar en España una pequeña parte de la energía (8,3% en 2005) a ser el 13,2% en 2010, con la vista puesta en que generen el 20% de la energía en 2020, la exigencia de Bruselas para toda la UE. Lo más importante es que un tercio de la electricidad (32,3%) que se consumió en España en 2010 ya procedía de las renovables: 14,6% de la eólica, 14,1% hidroeléctrica, 2,3% solar y el 1,6% de la biomasa y otras. Y en marzo de 2011, la energía eólica se convirtió en la primera fuente de electricidad (21%), por delante de la nuclear (19%), la hidráulica (17,3%) y el gas (17,2%).
Cara al futuro, la apuesta del Gobierno, en el PER 2011-2020 presentado en mayo, es mantener el esfuerzo, pero con menos ambición que el Plan anunciado en 2010: las renovables aportarán el 20% de la energía final, en  vez del 22,8%. Y sólo un 38,5% de la electricidad será renovable (ahora es el 32,3%), con altos porcentajes de kilovatios que vendrán del gas (34,7%) y nucleares (14,5%), aunque menos del carbón (8,2%) y el petróleo (2,2%). En la energía eólica, el nuevo Plan sólo incluye los proyectos ya autorizados por las autonomías y reduce a la cuarta parte la eólica marina. Se reducen también los objetivos para la biomasa y la geotermia es testimonial. En  cuanto a la solar, se asigna un objetivo de 350 MW al año, cuando Alemania ha instalado veinte veces más sólo en 2010.
La Fundación Renovables cree que este nuevo Plan retrasa en diez años el desarrollo de las renovables en España y propone dar un impulso para que aporten el 30% de la energía en 2020. De hecho, Alemania ya ha revisado sus objetivos, tras aprobar el abandono nuclear para 2022 por la crisis  de Fukushima, y busca ahora que las renovables aporten un 35% de su energía en 2020. Italia también ha parado su plan nuclear y tendrá que reforzar las renovables, como ha propuesto Obama en Estados Unidos y están haciendo otros países, incluido China.
España es uno de los países de referencia mundial  en energías renovables: somos líderes mundiales en energía eólica y nuestras empresas gestionan un tercio de la energía renovable en EEUU. Y en energía solar, somos el segundo país europeo en potencia instalada y tenemos la cuarta industria del mundo. Pero en 2010, con el recorte de primas a la energía eólica (240 millones) y solar (2.220 millones), para evitar mayores subidas de la luz, junto a los cambios normativos y la intromisión de las autonomías (concursos y nuevos impuestos), la industria española de renovables está muy tocada: la inversión cayó un 53 % y las empresas sobreviven ganando proyectos eólicos y solares en el extranjero.
Las energías renovables chocan con el sambenito de que son todavía muy caras y necesitan cobrar primas, que pagamos los usuarios en el recibo de la luz. Es verdad: el PER contempla pagar 18.500 millones en primas a las renovables, que irán perdiendo peso en el recibo: de suponer el 21,4 % de los costes del sistema eléctrico en 2010 pasarán al 10,1% desde 2018, año en que ya el ahorro de energía es mayor que el coste de las primas a las renovables. Son energías nuevas, en desarrollo, que exigen apoyo inicial, pero  que aportan grandes ventajas: ahorro en la factura energética (este año, más de 50.000 millones entre petróleo, gas y carbón), menos emisiones de CO2 (- 20% para 2020), más empleo estable (podrían crearse 100.000 en esta década), más tecnología y un creciente número de empresas españolas líderes en renovables, exportadoras y muy competitivas en Europa, Norteamérica y Asia.
De momento, el Gobierno ZP, abanderado de las renovables en 2004, ha plegado velas, acuciado por el ajuste presupuestario (el PER sólo contempla 323 millones/año en subvenciones y financiación pública a las renovables) y las presiones de las eléctricas, que prefieren las centrales de gas y las nucleares a pagar las primas de las renovables. Y no ha querido lanzar el debate nuclear, como Merkel o Berlusconi. Pero la cuestión está ahí y si no se renuevan las nucleares habrá que potenciar las renovables, una de las pocas industrias donde España puede ser líder mundial, una de las industrias para salir de la crisis. Pero la decisión, como tantas otras cosas, se retrasa para el futuro Gobierno en 2012. Y haría falta un gran Pacto energético, otro más, para trabajar a 20 años vista. Mientras, nuestras empresas venden generadores eólicos y centrales solares por todo el mundo, pero no en España.  

miércoles, 13 de julio de 2011

Infraestructuras con cuentagotas

El recorte del gasto público no sólo se da en funcionarios, pensiones, sanidad, educación o desempleo. Una parte importante es la caída de la inversión pública en infraestructuras. Este año, el Presupuesto ya dio un primer tijeretazo de 6.600 millones en carreteras, ferrocarriles, puertos y obras hidráulicas. Pero al final, se están frenando las obras y se va a gastar sólo dos tercios de lo previsto. Con este segundo recorte, España asiste a la mayor paralización de obra civil en 40 años. Cara al Presupuesto 2012, se teme un nuevo recorte de la obra pública. El ministro Blanco ya ha propuesto cobrar la euroviñeta a los camiones y los constructores piden subir los carburantes. Hay que salvar del ajuste las infraestructuras básicas, no los AVE sin viajeros, las autopistas sin coches  o los aeropuertos sin aviones.
                                                                               Ilustración: Enrique Ortega
España vivió en las últimas décadas una burbuja de infraestructuras, con la ayuda de los fondos europeos. Sólo entre 2004 y 2008, la inversión pública en infraestructuras creció un 45%, el doble que en la zona euro. Pero llegó la crisis y con ella los recortes, centrados también en las infraestructuras: un -19% en 2010 y un - 31% para 2011, año en que se preveía gastar 14.639 millones (con un tijeretazo de gasto de 6.600 millones). Pero al final, el recorte será mayor, ya que el ministro Blanco ha reconocido que sólo se van a licitar obras por 10.000 millones de euros, dos tercios de lo presupuestado.
En abril de 2010, el ministro Blanco anunció a bombo y platillo un Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI), para compensar los recortes del Presupuesto: se trataba de realizar 28 obras (19 ferroviarias y 9 de carreteras) entre 2010 y 2011, para crear 400.000 empleos, con una inversión de 17.000 millones, que en parte se haría con fondos y créditos privados  y que se pagarían a partir de 2014, para recortar ahora el déficit. Los constructores estaban eufóricos. La realidad es que, a junio, de los 28 proyectos sólo se han licitado 4 (todos ferroviarios) y sólo se ha adjudicado uno. Con ello, la estimación de Fomento es que la inversión del PEI se quedará en 5.000 millones, el 70% de lo previsto.
No sale el Plan de Infraestructuras, ni otras obras públicas, porque Hacienda está mirando con lupa los proyectos y frenando las inversiones, para recortar el déficit público. Y lo mismo están haciendo autonomías y Ayuntamientos, que han reducido a la mitad su obra pública. El resultado es que la licitación de obra civil ha sido, hasta mayo, de sólo 752 millones de euros, un 77% menos que en 2010, un año en que la obra pública cayó en 12.500 millones, con la pérdida de 237.000 empleos, según la CNC. Y se estima que entre 2010 y 2014, el recorte de inversión de obra pública será de 45.000 millones de euros. Las empresas, que se ven forzadas a buscar obras por todo el mundo, ya han dado la voz de alarma: es la mayor caída de la inversión pública en 40 años y el mayor lastre para salir de la crisis y crear empleo.
El problema no es sólo que no se hagan infraestructuras. Lo grave es que apenas se invierte en obras hidráulicas, mercancías, puertos y obras medioambientales y el poco dinero que se gasta va a autovías (no a conservación de carreteras) y  al ferrocarril, especialmente al AVE. Así, de las 4  obras licitadas en el PEI, la inversión importante (3.500 millones) son los primeros tramos del AVE a Galicia (10.000 millones para llegar en tres horas en 2015), que permitirán inaugurar el tramo Orense-Santiago-A Coruña, a 250 por hora, en diciembre, una obra en la que el ministro Blanco (gallego) ha comprometido su prestigio político. Un AVE costoso y que tendrá poco tráfico, como el previsto para Extremadura (ahora más problemático al suprimirse el AVE portugués), que se suman al AVE a Valencia (1 millón de viajeros en seis meses cuando se preveían 3,6 millones al año) y a la supresión de la línea Toledo-Albacete, por llevar 8 pasajeros al día (costaba 2.000 € diarios por pasajero). Todo ello debería abrir un debate sobre si es el momento de seguir invirtiendo en AVE: España es el país europeo con más kilómetros de alta velocidad y menos viajeros transportados, tras una inversión de 30.000 millones (el doble que en aeropuertos, con sólo el 10% de pasajeros).
Cara a 2012, todo apunta a que habrá un nuevo recorte de la inversión en infraestructuras, ya que el Gobierno acaba de recortar de nuevo el techo de gasto (-3,8%) y dado que, al ser un año electoral, se buscará recortar menos los gastos sociales. Pero sería grave volver a dar otro tijeretazo a la obra pública, que podría servir para reanimar la inversión y el empleo, además de mejorar la productividad de la economía. Pero para eso, hace falta ser selectivos e invertir en infraestructuras necesarias y que aporten más valor añadido: fomento mercancías, corredor mediterráneo Almería Port-Bou, cercanías, obras hidráulicas, rondas y circunvalaciones, obras medioambientales, mantenimiento de carreteras…Menos AVES y más pantanos (para que no haya restricciones de agua en verano) o depuradoras (para miles de pueblos que no las tienen).

Un debate que habría que hacer sin demagogia y sin presiones políticas y locales, a pesar de las elecciones 2012. El ministro de Fomento cree que "no es posible mantener y completar la red de infraestructuras sin tocar los impuestos" y va a proponer a las autonomías implantar la euroviñeta a los camiones en las autovías. Y las constructoras ya han pedido subir 5 céntimos los carburantes para mantener las carreteras. Hace falta otro Pacto, de las infraestructuras, para decidir gastar más, en qué y cómo financiarlo, para hacer obras que nos ayuden a salir de la crisis.    

domingo, 10 de julio de 2011

El ahorro se refugia en los depósitos

La gran mayoría de los españoles invierte en comprar su casa y el resto del ahorro se reparte entre la Bolsa, Fondos y Planes, seguros y, sobre todo, depósitos bancarios, donde está ya casi la mitad de nuestra hucha. El Gobierno acaba de poner trabas a la “guerra del pasivo”, penalizando a los bancos y Cajas que paguen altos tipos por depósitos y cuentas, para intentar abaratar el crédito. Pero mientras las entidades necesiten financiación, harán buenas ofertas a los ahorradores, a los que también tientan los Fondos y la Bolsa, con dividendos cada vez más elevados. Pero hay que pensar en el futuro e invertir más en Planes de pensiones y menos en depósitos, como hacen los demás europeos.
La principal inversión de las familias españolas es el ladrillo, su casa, que supone el 76% del patrimonio: con 27 millones de viviendas, somos el país de Europa con más propietarios. Del 24% restante, 1,77 billones de euros en activos financiaros, casi la mitad de la inversión está en depósitos bancarios (48,5%) y el resto se reparte entre inversión directa en empresas (25,4%, del que un 18,8% son acciones en Bolsa), Fondos de inversión (7,1%), Planes de pensiones (5,3%) y créditos y otras inversiones (3,8%).
Los depósitos bancarios son, después de la vivienda, la principal inversión de los españoles y el destino de la mitad de sus ahorros: 859.913 millones de euros en 2010, un récord histórico. Y eso porque es un producto sencillo, seguro y rentable: un depósito de 25.000 euros a un año, al 3,25% renta 1.004,79 euros brutos, pase lo que pase (y los depósitos están garantizados hasta 100.000 euros). Con la “guerra del pasivo”, bancos y Cajas han competido subiendo tipos, por encima del 4%, y eso ha atraído al ahorro a depósitos a plazo, aunque todavía hay mucho dinero a la vista: choca que los españoles tengan en cuenta corriente, al cero patatero, 93.000 millones de euros, casi tanto como el dinero invertido en Bolsa (105.000 millones), donde están 5 millones de españoles.
El Gobierno acaba de aprobar un Decreto para limitar la “guerra del pasivo”, al penalizar a bancos y Cajas que paguen más del 3,14 % en los depósitos a plazo y el 2,22% en cuentas de alta remuneración, desde el 4 de julio. Pueden dar más interés, pero entonces tienen que pagar cinco veces más al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD): si ahora un gran banco podía pagar 60 millones por una campaña de superdepósitos, ahora pagará 300 millones. El objetivo es abaratar el crédito, ya que si bancos y Cajas se enzarzan en una guerra por el ahorro, lo que pagan de más al ahorrador lo compensan cobrando más los créditos (hasta un 6% una hipoteca y un 10% un crédito personal, contando todos los gastos) y subiendo las comisiones. Además de recortar márgenes, un problema para muchas Cajas en apuros.
La medida es mala para los ahorradores y no gusta a las entidades, que tienen problemas para financiarse en el mercado, donde hay poco dinero y caro. Muchos bancos y sobre todo Cajas tendrán que seguir con superdepósitos, para financiarse, aunque seleccionarán a los clientes (pidiéndoles que contraten además otros productos) y buscarán otras vías, como los depósitos estructurados o combinados: una parte es un depósito y otra uno o varios Fondos o valores, con lo que resulta más fácil enmascarar la rentabilidad (TAE). Otras entidades ya han empezado a ofrecer a sus clientes, como alternativa a los superdepósitos, Fondos garantizados: es una inversión a tres o cuatro años, que garantiza al final lo que se ha puesto y algo más (sobre un 3%). Pero si se vende antes, se puede perder.
En los próximos meses, bancos y Cajas se van a volcar en las salidas a Bolsa, más de una docena, desde Bankia a Loterías del Estado (la más interesante). Hay que ser precavido, a pesar de que nos van a marear con publicidad, porque suele haber un exceso de demanda y luego una caída tras empezar a cotizar. Mejor es invertir en Bolsa mirando el valor y buscando el dividendo, lo que pagan las empresas al año, pase lo que pase: por ejemplo Telefónica pagará 1,75 euros por acción en 2012 (1.750 euros por 1.000 acciones, que son 16.500 euros, un 9,66% de rentabilidad). Y hay 11 de los 35 valores del IBEX que dan una rentabilidad por dividendo superior al 5,4%. Algo que no da ningún depósito, aunque existe el riesgo de que las acciones bajen. Pero a 10 o 20 años vista, la Bolsa resulta casi siempre rentable, por lo que las familias han vuelto a la Bolsa. Y más con los bajos precios actuales, aunque hay que esperar que se calmen los mercados.
Por encima de los depósitos, Fondos o acciones, no tenemos que olvidar los Planes de pensiones, una necesidad para todos a la vista de los recortes aprobados con la reforma. Hay ya más de 10 millones de españoles con Planes, pero invirtiendo una cantidad ridícula: 7.900 euros por cabeza, lo que nos daría 20 euros de pensión al mes…De hecho, hay que cambiar el chip, ya que sólo un 14% de la inversión de los españoles va a Planes y seguros (y un 49% a depósitos) cuando en Europa es un 34% (lo mismo que en depósitos).
Al final, lo importante es poder ahorrar para invertir, ya que la mayoría de los españoles no ahorran (sigue cayendo la renta disponible) o tiran de la hucha para llegar a fin de mes. Y los que ahorran ven que la inflación (3,2% en junio) se come la rentabilidad de sus inversiones, tanto de los depósitos (2,67% interés medio) como de los Fondos y Planes (la mayoría por debajo del 3%) y la Bolsa (gana un 0,8 % este año). Peor sería guardarlo en el colchón. Pero hay que incentivar el ahorro para financiar la salida de la crisis.

miércoles, 6 de julio de 2011

La crisis frena la innovación

Todo el mundo apuesta por la innovación, por invertir en I+D+i para cambiar el modelo económico español. Pero llevamos ya tres años de caída de la inversión en innovación, por el recorte de los presupuestos públicos y de las empresas, sobre todo las pymes. Eso nos retrasa más aún de Europa, donde gastan casi el doble en I+D. Pero el problema no es sólo de dinero. También hay que gastar bien (uno de cada cuatro euros del Presupuesto no se gasta), hay que mejorar las ayudas fiscales, hay que buscar financiación y, sobre todo, hay que mejorar la formación y la educación, apostando por los jóvenes emprendedores. Hacer como país un gran Pacto por la innovación, para que nos saque de la crisis.
www.enriqueortega.net
Los datos del INE lo acaban de confirmar: el gasto en I+D en España volvió a caer un 1,7 % en 2010, más que en 2009 (-0,8%), el primer año en que bajaba el gasto total en I+D  (14.582 millones €) después de 15 años de crecimientos consecutivos. Lo peor es que 2010 ha sido el primer año en que bajó el gasto público en I+D (-0,9%), aunque se suavizó la caída en el gasto empresarial (-2,4% frente a -6,3%). Ahora, todo apunta a que en 2011 volverá a caer la inversión en I+D, ya que el Presupuesto se ha recortado este año un 7% y las empresas no parece que estén para gastar en innovación.
Con ello, España se coloca aún más a la cola de Europa en innovación : gastamos el 1,38 % de la riqueza (PIB) en innovación (I+D), frente al 2,34% de la OCDE y el 1,89% de la Unión Europea, que es mucho más en el caso de Alemania (2,68%) o Francia (2,11%).Con ello, España se ha colocado en el puesto 18 de 27 en el ranking europeo de innovación, sólo por delante de Grecia, Malta y 7 países de la Europa del Este. Y mientras aquí hacemos recortes, Alemania, que gasta más del doble que España (1025 dólares por habitante frente a 446), ha aumentado su inversión pública en innovación un 7% este año.
En España, la mayoría del gasto en I+D lo financia el sector público (55%), mientras que en otros países desarrollados son las empresas las que gastan 2 de cada 3 euros en innovación. Aquí, de las 13.650 empresas que invierten en I+D, según el informe COTEC 2011, hay 1.150 grandes empresas que han recortado poco su inversión (-9%) y mantienen su plantilla de investigadores, pero son las 6.500 pymes (10-50 empleados) las que más han reducido su inversión en I+D (-17%), por la caída de ventas y la dificultad de encontrar financiación.
Sin embargo, faltan más proyectos que dinero. Así, 1 de cada 4 euros del Presupuesto del Ministerio de Innovación en 2010 no se gastó, porque empresas y autonomías pidieron sólo un 60% de los créditos públicos disponibles (3.218 millones). O sea que 1.287 millones de préstamos para I+D no se gastaron. Y de cada 100 empresas, 34 desaprovechan las ayudas a la investigación, según un estudio de Alma Consulting. Falta información y simplificar trámites. Y tampoco funcionan los incentivos fiscales a la I+D: no los utilizan ni el 75% de las empresas innovadoras, porque Hacienda las está echando atrás y corren el riesgo de una inspección.
Pero la innovación no es sólo cosa de dinero, como señala el último Informe COTEC: hace falta promover una cultura de la innovación, de arriba abajo, y sobre todo con la educación, que debe estar más dirigida a las empresas y la formación para el empleo. Y aplicar la innovación al día a día, sobre todo en las pymes y autónomos: no es de recibo que el 52% de los autónomos no tenga un ordenador y de los que lo tienen, dos tercios no tengan Web y una cuarta parte no tenga acceso a Internet. Hace falta que el Estado y las autonomías tiren de las empresas para que innoven, con una política de compras públicas y de atracción de emprendedores. No en vano, las tres autonomías que más gastan en I+D (Navarra, País Vasco y Madrid) son las más dinámicas y están entre las que más crecen y tienen menos paro.
Además, es muy importante “sembrar la innovación” entre los jóvenes, ya que España tiene un lastre de partida, con menor capacidad innovadora de nuestros jóvenes respecto a la mayoría de Europa, según un estudio de la Fundación COTEC, que propone cultivar más la inteligencia en la educación (más matemáticas y más esfuerzo) y en el ocio (más lectura y arte y menos tele), fomentar la emancipación (estudiar, trabajar y vivir fuera de casa),desarrollar su espíritu cívico y facilitarles los viajes y los idiomas, como bases para que en España haya más emprendedores, más empresarios innovadores en unas décadas.
Entre tanto, hace falta un Pacto por la innovación, para salvarla de los recortes del Estado, las autonomías y las empresas. Ya tenemos una ley de la Ciencia que ha sido aprobada por consenso y ahora hace falta un gran acuerdo (Estado, autonomías, empresas, bancos y Cajas, Universidades e investigadores) para conseguir sus objetivos: aumentar en 6.000 millones anuales la inversión privada en I+D, duplicar la inversión pública, subir al tren de la innovación a 40.000 nuevas empresas y generar medio millón de empleos tecnológicos. Hacen falta hechos y no palabras, como las apelaciones a innovar de Rubalcaba y Rajoy. No podemos esperar a que tire la economía para invertir en I+D. Porque si no se innova y se cambia el modelo productivo, la economía no tira. Es la pescadilla que se muerde la cola. En este caso, nuestro futuro.

domingo, 3 de julio de 2011

La generación de la crisis

Nacieron a finales de los 80 y principios de los 90, en pleno crecimiento, pero se lanzaron a buscar trabajo a partir de 2008, con la crisis. Tienen ahora entre 21 y 26 años, pero su situación es la de los jóvenes de 18 a 30 años. Casi 7 millones de españoles a los que les toca crecer con la mayor crisis de nuestra historia reciente. La mitad están parados y los que trabajan lo hacen en precario y con sueldos ínfimos. Así, no tendrán fácil formar una familia, ni tener hijos, ni una casa. Y cotizar los años necesarios para tener una pensión, más reducida que la de sus padres. Y encima, vivirán más años que el resto de los europeos. No se puede hablar de generación perdida, como el FMI. Hay que pelear por ellos: son nuestro futuro.
www.enriqueortega.net
La mitad de los casi 5 millones de parados son jóvenes, tienen menos de 35 años. Pero el problema más grave se da entre los que buscan su primer trabajo, los menores de 25 años: el 45,39% está en paro, más del doble que en Europa (19,8%). Y sobre todo en las regiones que crecieron con el ladrillo y el turismo, que atrajeron a muchos jóvenes que dejaron sus estudios por el dinero fácil, ahora más del 50% están en paro: Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Ceuta y Melilla.
Mientras reparten currículum como tarjetas, los jóvenes parados se plantean qué hacer. Unos, la minoría, ni estudian ni trabajan: son los 645.800 de la generación ni-ni. Otros 636.400 estudian y trabajan. Y la mayoría se plantea si seguir buscando trabajo, estudiar más o salir fuera: un 28% quiere buscar trabajo en el extranjero, ya que hay más que en España y mejor pagado. Los que se quedan, se debaten entre formarse más o no. Somos el país de Europa con más universitarios (23%), pero también hay un 28 % que sólo tienen estudios primarios y un 40% con secundaria. Y tenemos un 30% de abandono escolar, el doble que Europa. Hay una juventud sobreeducada (que rebaja su currículo) y otra sin suficiente formación. Y casi nadie ha sido formado para trabajar, para saber lo que buscan las empresas.
Los jóvenes que finalmente trabajan lo hacen en puestos por debajo de su formación (un 40% en España, frente al 23% en la OCDE), con contratos precarios (56% contratos temporales frente al 41% de media en la UE) y sueldos ínfimos: 8 de cada 10 jóvenes empleados ganan menos de 1.500 euros al mes. Y con la crisis, ser mileurista es un triunfo, ya que están bajando los sueldos (a 600-800 euros y 450 los becarios). Además, como un 25% de los parados no cobra ninguna ayuda, crece la economía sumergida y el empleo aún más precario.
Con este panorama, la generación de la crisis lo tiene muy difícil para formar una familia y tener hijos. De hecho, la tasa de natalidad cayó en 2009, por primera vez en la última década: 1,33 hijos por mujer, frente a una media de 1,8 a 2 hijos en Francia, Gran Bretaña y países nórdicos (y 1,3-1,5 en centro Europa). Por un lado, España dedica menos ayudas a la familia: 0,8% PIB frente al 2-4% de otros países. Y por otro, la mujer es la que más sufre la crisis: más paro, menos salario (-17% sobre los hombres) y más problemas para encontrar trabajo. Y como las empresas (y sus maridos) no ayudan a conciliar, una de cada cuatro mujeres ha acabado dejando su empleo para cuidar a sus hijos.  
Con familia o sin ella, la generación de la crisis tiene conseguir una vivienda, sobre todo en propiedad: necesitarían ganar 2.267 euros al mes para pagar una hipoteca media y el alquiler  está en una media de 639 euros. En consecuencia, el 54 % de los jóvenes (18-34 años) viven con sus padres y son ya 5.850.000 jóvenes no emancipados. Y entre los nacidos a finales de los ochenta, más del 80% viven con sus padres. Unos padres que les ayudan a sobrevivir pero que también sufren la crisis y el paro (más de la mitad de los mayores de 55 años no trabajan).
Aunque ahora no lo piensan, la generación de la crisis va a tener problemas al jubilarse, ya que la reforma ha subido a 37 los años que hay que cotizar para conseguir la pensión máxima, que será más baja que ahora. Y hay muchos jóvenes que, con 30 años, aún no han cotizado. Además, cuando se jubilen sin haber podido ahorrar para un Plan privado, tendrán por delante más años de vida que sus padres: España va a ser el país de Europa con más ancianos en 2060. Y eso supone que ellos y el país, con menos activos cotizando, tendrán más problemas para pagar sanidad, ayudas a la dependencia y pensiones.
Un negro panorama que explica el desánimo y la desafección de la generación de la crisis (y el 15-M). Una generación perdida para el FMI, pero que hay que recuperar como sea, aunque no será fácil: hace falta crecer más para crear empleo y la OCDE cree que harán falta 15 años para bajar el paro a los niveles de antes de la crisis. O sea, hasta que nuestros jóvenes tengan 40-45 años.Demasiado.
                                                                                          
Hay que poner en marcha ya un Plan de choque para el empleo juvenil, sobre cinco ejes: un contrato sencillo y que no pague Seguridad Social el primer año, ayudas para que los jóvenes monten empresas, un plan educativo para recuperar a los que dejaron sus estudios y dirigirles hacia la FP, un acuerdo empresas- Universidad para los contratos en prácticas y una reforma a fondo del INEM para que ayuden de verdad  a encontrar trabajo a los jóvenes. Además de ayudas varias para la vivienda, el trabajo de la mujer y los hijos. No más palabras: hechos.