miércoles, 7 de septiembre de 2011

Pequeño empujón al coche eléctrico

Los coches son para el verano, pero no los eléctricos: no se vende ni un coche eléctrico al día, mientras las ciudades y carreteras están repletas de los coches tradicionales, que gastan una energía cara, que no tenemos y que contamina mucho. El Gobierno aprobó en julio nuevas ayudas para los que compren coches eléctricos, aunque todavía son muy caros y con poca autonomía. Pero las marcas, que reciben grandes ayudas públicas, empiezan a apostar por ellos y habrá muchos lanzamientos en 2012. El avance es lento, pero todo apunta a un gran salto del coche eléctrico en una década, como coche urbano. Está recargando baterías.
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El transporte, y sobre todo los coches, gastan más de un tercio (39%) de la energía total que consumimos y que nos cuesta unos 50.000 millones de euros al año, más de lo que ingresamos por el turismo. Y funcionan en un 98% con derivados del petróleo, una energía cara, escasa y que no tenemos. Además, el transporte es responsable de la cuarta parte de las emisiones de CO2 y está creando graves problemas de contaminación en nuestras ciudades. Son razones poderosas para apoyar al coche eléctrico.
El Gobierno lanzó en septiembre de 2009 un primer Plan Movele de apoyo al coche eléctrico, con ayudas de hasta el 20% del precio y el objetivo de financiar 2.000 vehículos. Al final del Plan (1 abril 2011), se habían financiado 1.530 vehículos eléctricos, la mitad motos (una cuarta parte en Barcelona), 300 vehículos comerciales y sólo 200 turismos a particulares. Ahora, el Gobierno ha aprobado un Plan más ambicioso, que pretende incentivar la venta de 250.000 vehículos eléctricos en España hasta 2014, de ellos 20.000 en 2011 y otros 50.000 en 2012.Un objetivo imposible a la vista de que en los siete primeros meses de 2011 se han matriculado 181 vehículos eléctricos, menos de uno al día (y 220 en todo 2010).
El Plan del Gobierno para dar un empujón al coche eléctrico tiene tres patas. La primera, ayudas directas al comprador, de hasta un 25% del precio: de 2.000 a 6.000 euros para motos y coches y de 15.000 a 30.000 euros para vehículos pesados, autobuses y camiones. Son 72 millones de euros, para subvencionar la compra de 12.000 vehículos. Eso sí, las mayores ayudas son para vehículos eléctricos puros (motor eléctrico) y menores para  híbridos enchufables y con autonomía extendida (dos motores) La segunda medida es promover la figura del gestor de carga: empresas (aparcamientos, grandes almacenes, empresas de servicios), instituciones (Ayuntamientos) y comunidades que instalen, con ayudas públicas, postes de carga y electrolineras. Y la tercera, vender luz más barata de 1 de la madrugada a 7 de la mañana, para recargar los coches eléctricos, aprovechando la energía eólica sobrante.
El sector del automóvil dice que mejor hubiera sido dedicar este dinero a renovar el parque automovilístico (40% tiene más de 10 años) y relanzar las ventas, que están hundidas. Pero la industria está entrando por el aro del coche eléctrico, animada por cuantiosas ayudas públicas, 580 millones de euros sólo en 2010. De hecho, la mayoría de las fábricas españolas han lanzado o van a lanzar en 2012 un modelo eléctrico y lo que piden es un Plan a 5 años, ya que estas ayudas se acaban el 1 de diciembre de 2011 y tienen la incertidumbre de qué hará con el coche eléctrico el próximo Gobierno.
El mayor problema del coche eléctrico es su elevado precio: unos 36.000 euros, el triple que un coche tradicional, y ahora con ayudas se queda entre 28.400 y 33.000 euros. La segunda pega es su escasa autonomía: entre 90 y 130 kilómetros (y entre 20 y 40 kilómetros con baterías los híbridos). Y la tercera, que necesitan recargarse cada día, entre 6 y 8 horas, y sólo hay 427 postes, cuando harían falta unos 30.000 (2,5 por coche). La gestión de las recargas se ha dejado a las autonomías y algunas ya están haciendo Planes de puntos de carga, por si funciona el Plan de ayudas.
La evolución va a ser lenta, pero el coche eléctrico va a despuntar, primero de la mano de las empresas: las ayudas a la compra de flotas llegan al 50% del precio y eso debe animar a compañías que operan en determinados negocios, como aeropuertos (AENA ya ha comprado), recogida de basuras (FCC tiene ya 100 camiones eléctricos en Barcelona), reparto, alquiler (ya se ofrecen en rent a car), transporte colectivo (microbuses) o taxis. Y lo mismo en Ayuntamientos, instituciones (policía o bomberos) o en la Administración autonómica y central. Y finalmente, como coche de ciudad para una familia, con un gasto de 1,5 euros por 100 kilómetros y un motor sencillo que aguanta perfectamente 20 años.
Hace falta tiempo, pero el futuro es del coche eléctrico. Por tres razones. La primera, que los carburantes van a ser cada vez más caros, no sólo porque el petróleo sea caro y escaso sino porque la demanda crece exponencialmente en el mundo, por los países emergentes, y los 800 millones de coches de hoy serán más de 2000 en 2050. La segunda, porque la tecnología evoluciona a toda velocidad y las baterías cada vez tendrán más autonomía y se cargarán antes (ya es posible hacerlo en menos de 1 hora, en algunos modelos). Y la tercera y definitiva, porque antes o después nos van a castigar (Londres) o prohibir ir al centro de las ciudades en coche, algo que quiere implantar la Comisión Europea para 2050.
La crisis, como en todo, frenará al coche eléctrico, pero se espera que suponga un 10% del parque automovilístico europeo para 2020. Hará falta tiempo, inversiones, ayudas y nuevos sustos del petróleo. Pero se impondrá, sobre todo en las ciudades. Y algún día, todos los coches serán así. Nuestros hijos lo verán.

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