martes, 30 de noviembre de 2010

Ayuntamientos en bancarrota (y más en 2011)

Los 8.000 municipios españoles no saben cómo cerrar sus cuentas de 2010. Y sobre todo las grandes capitales, con Madrid a la cabeza, que llevan meses sin pagar a proveedores y adeudan 3.425 millones sólo a las empresas de limpieza. Pero el problema grave se va a dar en 2011, por la confluencia de tres factores: no van a recibir ni un euro del Plan E (que les aportó 8.000 millones en 2009 y 5.000 en 2010), les tocará  incluso devolver dinero al Estado (porque las entregas a cuenta recibidas en 2010 han sido superiores a lo recaudado) y muchos Ayuntamientos (Madrid y Valencia entre ellos) no podrán refinanciar su deuda no amortizada en 2010, con lo que tendrán que destinar liquidez a pagar a los bancos y no a los proveedores, muchos de ellos pymes que tendrán que cerrar.
ENRIQUE ORTEGA
Un panorama desolador, fruto de dos décadas de crecimiento vertiginoso del gasto municipal, derivado en buena parte del “espejismo” por  los ingresos del boom inmobiliario. Así, entre 2001 y 2008, el gasto municipal creció un 72 %, empujado no sólo por dispendios sin sentido (orquestas a 2 millones de euros para las fiestas, por ejemplo) y obras faraónicas (sólo el soterramiento de la M-30 en Madrid ha costado 6.000 millones de euros), sino también porque los Ayuntamientos han asumido servicios que deberían prestar el Estado o las autonomías y que ofrecen ellos porque sufren más de cerca “la presión del ciudadano”: ayudas sociales, equipamientos, educación, sanidad, servicios sociales… Ofrecen hasta un 35% de “servicios impropios”, según un estudio del REAF.
Con la crisis, los Ayuntamientos han visto caer en picado sus ingresos (sobre todo los del ladrillo) y les han crecido incluso los gastos, por las mayores demandas sociales. Y todos han aplicado cuatro recetas: reducir inversiones, retrasar pagos, intentar sacar más dinero a los contribuyentes y endeudarse. Con ello, la pelota de la deuda municipal ha crecido hasta 36.521 millones de euros y casi un tercio lo deben 6 grandes capitales: Madrid (7.145 millones),  Valencia (862), Barcelona (794), Zaragoza (760), Málaga (712) y Sevilla (519).  
El Gobierno ha querido atar corto a los Ayuntamientos (a los que ya la ley sólo permite endeudarse en un 110% de sus ingresos), con un real decreto por el que los más endeudados tienen que amortizar su deuda antes del 31 de diciembre y no pueden refinanciarla (algo que sí se permite a las autonomías y al Estado). Con eso quiere tranquilizar a los mercados y dar buena imagen exterior, pero la realidad es que hay muchos Ayuntamientos en bancarrota, lo que va a agravar la crisis y el desempleo. Por eso hace falta un Plan de choque realista para ajustar las cuentas de las grandes ciudades. Y eso pasará por reajustes en las cuentas a cambio de ayudas. Madrid y Valencia serían como Grecia e Irlanda y el Gobierno central tendría que hacer de Bruselas.
Pero eso no basta. En paralelo hay que reformar la financiación local, acordando los servicios que han de prestar los Ayuntamientos y cuáles las autonomías y el Estado. Los municipios tienen que poder gestionar sus ingresos, ya que ahora sólo recaudan con impuestos y tasas la mitad de sus ingresos (la otra mitad son transferencias). Una vez hecho el reparto, habrá que ajustar el mapa impositivo, para que los ciudadanos no paguemos dos veces o tres (al Estado central, a las autonomías y a los Ayuntamientos). Que sepamos de verdad  lo que nos cuesta vivir en nuestra ciudad. Y con ese dato, votaremos mejor en las municipales del 2011.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Menos mal que nos queda Portugal

Tras otra semana de infarto en la crisis de la deuda, a pesar del rescate de Irlanda, todo el mundo mira a Portugal y a España, como los próximos en “caer”. Portugal no es Irlanda: menos deuda, menos déficit, una banca bastante saneada y un Gobierno que ha hecho los deberes este viernes, aprobando un duro Presupuesto 2011 (menos gastos e inversiones, bajada de salarios, congelación de pensiones y subida de impuestos), que cuenta con el apoyo tácito (abstención) de la oposición. Pero los rumores interesados apuntan a que tendrá que ser rescatado por Bruselas. Pero si vuelve el baile, que volverá, Portugal no será un cortafuegos:  España es la gran pieza a cobrarse y los mercados tienen más que ganar con nosotros.
Ahora, a los inversores les sale más a cuenta especular con España porque nuestro mercado es más liquido(es más fácil entrar y salir) y mueve nueve veces más volumen que los de Irlanda, Portugal y Grecia juntos. O sea, se puede ganar (y perder) más. Los inversores especulan con España por tres caminos. Uno, vendiendo y comprando luego deuda pública por la que ya piden una rentabilidad del 5,2 % (un 30% más que hace mes y medio). Eso va a costarnos como país unos 2.000 millones más este año, que ellos se ganan. El segundo,  comprar un seguro (CDS) que protege de un posible impago de la deuda: cuando suena que van a rescatar a un país, el seguro sube (hasta un 53 % estas semanas) y ellos ganan. Y el tercero, entrar en Bolsa, pero apostando a la baja: piden prestado un valor, lo venden y al cabo de un tiempo lo vuelven a comprar para devolverlo. Si tomaron el BBV a 9 euros, por ejemplo, buscan que baje hasta 7,50, como ha pasado y lo recompran con euro y medio de beneficio. Todos los días, varios fondos agresivos juegan así con los bancos españoles y han hecho perder ya a 55.000 millones a la Bolsa española, a 4 millones de ahorradores.
A río revuelto, ganancia de especuladores. Es legal (mientras el G-20 no tome medidas) y no se puede poner puertas al campo. Máxime cuando España necesita colocar el año 2011 casi 200.000 millones de emisiones brutas de deuda, el doble que este año. La cuestión es cómo convencer a los inversores que es rentable comprarla más barata (o al menos, que no se encarezca más). Hacen falta hechos, no palabras. Hacerles ver que tenemos una política económica seria y que no les va a ser rentable especular contra España. Aquí, Europa podría echarnos una mano, si el BCE compra deuda española, para bajar los precios.
España no es Irlanda y hay datos que deberían calmar a los mercados, como que el déficit público ha caído a la mitad hasta octubre, que la deuda pública es más baja que la alemana (62% del PIB frente a 75%), aunque ha crecido mucho y que tenemos los bancos más saneados de Europa. Pero da igual. Los mercados saben que especulando contra España ganan el premio gordo. Pero la Unión Europea debe darse cuenta de que si cae España, se rompe el euro. Y los costes serían demasiado altos para todos (sólo la banca alemana tiene 136.000 millones de deuda española, otros 121.000 la francesa y 83.000 más la británica). Ahí es donde tendría que presionar Zapatero, aunque le falta peso político y credibilidad ante Merkel, Sarkozy y el BCE. Tendría más si la presión a Bruselas la hiciera de la mano de Rajoy, con un frente común para salvar la economía, que sería el mejor mensaje a los mercados.
Todo apunta a que Bruselas seguirá sin tomar decisiones firmes y unitarias para dar confianza y que en España, el debate político impedirá un frente unido para sacar adelante el país. Con ello, los mercados seguirán a lo suyo, a presionar para ganar más, y no habrá una tregua estable. Nos costará más financiar la deuda, los bancos y empresas sufrirán los efectos de un dinero más escaso y más caro, y se agravará la crisis. Un panorama que nos lleva, antes o después,  a nuevos ajustes, a más recortes, a menos crecimiento. Y a salir más tarde de la crisis.    

jueves, 25 de noviembre de 2010

Eléctricas: su deuda la pagaremos en el recibo

En plena crisis de la deuda, ha pasado desapercibida una noticia que nos afecta a todos (y a la deuda española): este martes negro, la CNMV aprobaba la emisión de deuda de las compañías eléctricas, por un importe de 13.500 millones (ampliables a 25.000 millones), a 15 años. Lo novedoso de esta emisión, bendecida por el Gobierno socialista y el BCE, es que “esa deuda se financia con cargo a la tarifa de acceso eléctrica que pagan todos los consumidores”. En cristiano: que las eléctricas consiguen liquidez, los inversores rentabilidad, los bancos ganan comisiones (por colocarla) y nosotros, los 27 millones de usuarios de la luz pagaremos los intereses y el principal durante los próximos 15 años.
La historia se remonta a 1.999, cuando el Gobierno Aznar está obsesionado en entrar en el euro y mantenerse dentro, para lo que tiene que bajar la inflación como sea. Y una forma de conseguirlo es subiendo poco las tarifas de la luz. Pero a cambio, les reconoce a las eléctricas el derecho a cobrar la diferencia entre el coste real y la tarifa, el llamado “déficit tarifario”. Algo discutible, ya que no se aborda si los costes están justificados (tenemos exceso de capacidad, una producción ineficiente y un sistema de precios fijado sobre el kilovatio más caro de producir).
El caso es que la subida del petróleo y la contención de tarifas van creciendo la bola del “déficit tarifario” y el Gobierno socialista ya toma una primera medida, en 2006: compensar a las eléctricas del déficit tarifario de 2000 a 2005, permitiéndolas que lo convirtieran en títulos y que los consumidores pagáramos los intereses en la factura. Basta mirar el recibo y algunas compañías informan que casi la mitad (48%) no es para pagar los costes de suministro.
Pero la bola del déficit tarifario seguía creciendo y entre 2006 y 2010 ha llegado a 17.624 millones. Las eléctricas lo tienen apuntado en su activo (“ingresos pendientes de cobro”), pero sin valor real. El Gobierno socialista aprobó en abril de 2009 un real decreto para convertir este déficit en ingresos: el déficit tarifario se lleva a un Fondo y ese Fondo emite deuda, “papelitos”, que se colocan entre los inversores. Las eléctricas van a ingresar así 13.500 millones de momento (25.000 hasta 2012), que se repartirá sobre todo entre Endesa(52%), Iberdrola(30%) y Gas Natural (11%), tres compañías que llevan ganados este año 6.613 millones.
Esta deuda eléctrica ha recibido el aval del BCE (máxima calificación) y contará con el aval del Estado, un crédito del ICO de 2.000 millones y una partida de 5.000 millones en el Presupuesto 2011. Pero quién pagará a los inversores que compren esta deuda seremos los usuarios de la luz. En un cálculo grosero, la factura de hacer frente a los intereses y amortización de estos 25.000 millones de deuda será de unos 1.000 millones de euros al año durante 15 años. O sea, 37 euros por usuario, 3 euros más en el recibo de cada mes. El primer susto lo tendremos en enero, con una subida de la luz de más del 6%. Y eso cuando tenemos una electricidad que es la novena más cara de Europa para consumidores y la cuarta más cara para la industria.
Y esto es hasta 2012 (aunque estemos pagando la hipoteca eléctrica hasta 2025). A partir de 2013, Europa dice que se fijen tarifas según el mercado. Y para no tener que hacer más cambalaches, el Gobierno y CiU han propuesto un Pacto energético, que no apoya el PP. Vuelve a repetirse el tema de las autopistas: ayudas públicas que pagamos todos y el PP en desacuerdo (el mundo al revés). Seguro que habrá nuevas ayudas encubiertas al sector y seguro que lo acabamos pagando en el recibo. Quizás no haya más remedio y sea el precio a pagar para tener luz. Pero que no lo hagan de tapadillo y nos lo expliquen clarito.

martes, 23 de noviembre de 2010

La salida de la crisis se retrasa hasta el 2012

Empiezo con una buena noticia económica (y mira que hay pocas): las grandes empresas españolas, las 130 que cotizan en Bolsa, han aumentado sus ventas hasta septiembre un 12 % y sus beneficios un 22%, cuando hasta junio ganaban sólo un 5% más. Todo apunta a que las grandes empresas han hecho ya su ajuste, tras dos años reduciendo deuda, vendiendo lo que han podido, recortando costes (y plantillas) y pagando casi los mismos salarios.
Hasta aquí bien, porque el ajuste de las empresas es la primera condición para salir de la crisis. Pero estamos hablando de las grandes empresas, que han tenido una válvula de escape para salir del túnel: exportar, vender fuera más que dentro en muchos casos. Y ese no es el caso de los millones de empresas restantes, medianas y pequeñas, ya que sólo 40.000 empresas exportan habitualmente en España. A la mayoría, aunque también están más saneadas que hace dos años (las que no han cerrado por el camino), les falta algo fundamental para salir adelante y crear empleo: vender.

Y aquí, la última noticia es muy mala: el consumo ha caído en el tercer trimestre, por primera vez en un año. No es extraño, ya que los españoles con trabajo se han encontrado con una subida del IVA en julio y con que sus sueldos o han bajado (un 5 % para 4 millones de funcionarios) o han subido menos que la inflación (1,3 % este año, frente a un IPC del 2,3%), con lo que han perdido poder adquisitivo. Además,  se han quitado las ayudas a la compra de coches y el sector público ha recortado también sus gastos por el ajuste fiscal.
Con el miedo al paro, los salarios bajos (el 58% de los ocupados gana 1.000 euros al mes o menos) y que apenas van a subir (o que bajan),  las pensiones  congeladas y 4,600.000 personas desempleadas, no parece que el  consumo se vaya a reanimar en lo que queda de año. Ya se anticipan las terceras Navidades en crisis, con un 11% menos de ventas. Y tampoco se ve una recuperación del consumo en 2011. Las ventas fuera de España tampoco ayudarán mucho, porque Europa y Estados Unidos están creciendo menos de lo esperado.
Sin consumo, ni de las familias ni del sector público (con los Ayuntamientos y autonomías en números rojos), resulta difícil que las empresas, aunque estén más saneadas, vendan e inviertan. Y menos con el dinero  caro y escaso, aún más en 2011, porque el BCE está cerrando el grifo a los bancos y persiste la crisis de la deuda y la falta de credibilidad económica de España. Por eso, la OCDE nos acaba de dar la peor noticia del año : España apenas crecerá en 2011 (0,9 %) y habrá que esperar a 2012 para crecer algo más (1,8%) y crear empleo, quizás para el verano, aunque no creen que empecemos a bajar el paro de forma significativa hasta finales de 2012. O sea que tenemos año y medio más de crisis, por lo menos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

La aventura de crear una pequeña empresa

La creación de nuevas empresas ha caído en septiembre un 2,5%, tras ocho meses subiendo, como válvula de escape a muchos parados y jóvenes que tratan de buscarse la vida montando un negocio. Precisamente, tengo un amigo en paro que acaba de crear  una empresa, con otro socio. Y está siendo  toda una aventura.
ENRIQUE ORTEGA
Lo primero es ir al Registro Mercantil, a ver si el nombre está libre y registrarlo: 15,95 euros. A los dos días te lo dan y ya puedes registrar la empresa. Un sistema  cómodo es hacerlo a través de un punto de atención de CIRCE, el programa del  Ministerio de Industria para el registro electrónico de empresas. Mi amigo y su socio pidieron cita  y les acompañé, con una serie de documentos (registro, DNI, Seguridad Social, objeto  social…). Una funcionaria les rellenó un programa en el ordenador y salieron con una cita dos días después en un notario. Antes, tenían que abrir una cuenta e ingresar el capital mínimo exigido para una SL: 3.000 euros.
Los nuevos empresarios llegaron al notario y ¡sorpresa ¡ : no sabían nada de la escritura. Les explicaron que “era un sistema nuevo y que no les habían avisado”. Esperaron y al final firmaron. Dos días después tenían el CIF y en dos semanas la escritura (Notario: 446,62 euros).

Hay que seguir. Volver a hablar con la Caja, para buscar un sistema de cobro de recibos a clientes cuando los haya: un coste al mes, más tanto por recibo devuelto. ¿ Y dinero para hacer frente a los pagos de proveedores? Les dicen que “el crédito es complicado y tarda”, pero se puede pedir uno al ICO, al crédito oficial. En la solicitud hay que poner los bienes de que se dispone y firmar hasta las mujeres. Y a esperar. Mientras, hay que buscar una gestoría, porque hay que cumplir múltiples trámites legales  y hacer frente a las primeras declaraciones a Hacienda, antes de que acabe el año. Son 120 euros al mes, por lo barato.
Y luego hay que registrar dominios, encargar un logotipo y una Web, otros 1.500 euros si se hace medio bien (por eso, en España, la mitad de las pymes no tienen Web). Y eso sin contratar personal y sin tener una oficina: mi amigo se reúne con su socio en cafeterías de  hoteles con Wifi. “Hasta ahora, sólo hemos pagado y todavía no hemos facturado un duro”, me comentan. Y aún no han conseguido aclararse con la maraña de ayudas públicas.
Y así, miles de profesionales cada día, intentando auto emplearse y salir adelante, luchando contra la burocracia y el papeleo: en España, la media para abrir un negocio es de 47 días, frente a 13 días de media en la OCDE. Y las licencias pueden retrasar una apertura hasta dos meses. Y buscando financiarse sin conseguirlo, sin saber cómo resolver el problema de pagar ya a los proveedores y no saber cuándo se va a poder cobrar a los clientes. Sin ayudas ni formación para  sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías.  Y sin un contexto social y político que les apoye, más allá de las grandes palabras a favor de las pymes.
La solución pasa por “mimar” a quien quiera abrir una empresa, facilitarle todos los trámites  de verdad en un solo lugar, quitarle costes, facilitarle un local y los servicios más urgentes. Y no cobrarle impuestos el primer año o mientras cree empleo. Así nacerían más empresas. 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Autopistas: más ayudas ahora y subidas en enero

Vuelvo al tema de las ayudas públicas a las autopistas de peaje, porque hay novedades: el PP vetó el martes por la noche una enmienda pactada con PSOE y CiU para dar en el Presupuesto 2011 nuevos créditos a ocho concesionarias de autopistas en apuros. Es el mundo al revés: la derecha, contra las ayudas a empresas (y contra la congelación de las pensiones…). Y eso a pesar de que en el Presupuesto de 2010, la única enmienda que el PP votó de acuerdo con el PSOE fue un crédito de 250 millones para las autopistas. Ahora, el Gobierno busca meter de matute las ayudas en otra Ley, pero ayudas habrá.
Las ayudas a ocho concesionarias de autopistas serán de dos tipos. Unos créditos son para compensarlas del mayor coste de las expropiaciones, que se han multiplicado por siete debido a la Ley del Suelo de 1998, aprobada por Aznar (el recordatorio en el Congreso parece que fue lo que enfurruñó y cambió el voto del PP), y que han hecho ricos a algunos propietarios de suelo. Y otros créditos son para compensarlas  de que pasen menos coches de los previstos. En total, 800 millones de euros entre 2010 y 2012, a devolver al Estado (con intereses) en 40 años con lo que saquen por los peajes. Más que el Presupuesto de Cultura.
El problema no es que las autopistas no tengan tráfico, sino que se planificaron mal, en plena euforia del crecimiento y con la presión política/de imagen de las autonomías del PP: 6 de las autopistas con problemas están en la Comunidad de Madrid y las otras dos en Alicante y Murcia. Pero la clave real es que el negocio de las autopistas no está en su explotación sino en su construcción: Yo gano al hacerla y si luego no tiene tráfico, no es mi problema.
Baldomero Facones, presidente de FCC, una de las constructoras que tiene una autopista con problemas, ha dicho que “es poco dinero” y que si no se arregla el problema “se dañaría la imagen y credibilidad de España”. Si es poco dinero, ¿por qué no lo ponen las constructoras que son dueñas de las concesionarias?. Un dato: las 7 constructoras que están detrás (FCC, Acciona, Abertis, Sacyr, ACS, OHL y Ferrovial) llevan ganados este año 2.628 millones.

El argumento de las autopistas valdría para los concesionarios de coches, las inmobiliarias y miles de tiendas y pequeños negocios: “Vendo menos, ayúdenme”. Pero ellos, suspenden pagos o cierran, simplemente. Las concesionarias tendrán un trato especial porque es mejor darles estos créditos (que no aumentan el déficit público) que dejarles quebrar y cargar con 5.000 millones entre deudas y pago de expropiaciones (que serían más déficit). Pero no deja de ser un parche, que se suma a los privilegios de las autopistas desde los años setenta.
Y la coda final: en enero subirán los peajes, en todas las autopistas, pero más en las ocho concesionarias con problemas. Entonces apoquinaremos todos.

martes, 16 de noviembre de 2010

España y el efecto mariposa de la crisis irlandesa


Irlanda ha ganado tiempo esta noche en Bruselas, al rechazar solicitar formalmente la ayuda de la Unión Europea. Se ha resistido como gato panza arriba (antes tigre celta), pero al final ha tenido que aceptar el envío a Dublín de una de una misión de la Comisión Europea, el BCE y el FMI para discutir sobre la situación y el apoyo a los bancos irlandeses, que pueden necesitar otros 50.000 millones de euros de ayudas, además de las inyecciones de dinero ya recibidas del Gobierno irlandés (hasta 286.000 millones de euros, el 170% del PIB de Irlanda), que han  colocado el déficit público en el 32% de su riqueza.

 Ilustración: Enrique Ortega
Bruselas, una vez más, ha cerrado en falso la crisis, al dejar a Irlanda, un país con menos de 100 años de independencia, salvar la cara de la “soberanía” ante sus electores (al menos hasta que pasen las elecciones parciales del 25 de noviembre). Pero nadie pone en duda que habrá un plan de salvación o rescate para Irlanda, aunque la ayuda se venderá como créditos para salvar la banca. Al final da lo mismo, porque será el Estado irlandés (sus contribuyentes) los que tendrán que devolver los millones. Pero nadie da dinero sin condiciones (y menos Alemanía, que pondría la cuarta parte), así que Irlanda tendrá que anticipar y endurecer  su plan de ajuste previsto para diciembre: recortar más gastos y salarios y aumentar impuestos. 

Irlanda ha acabado aceptado un rescate de tapadillo  por la presión del Banco Central Europeo (BCE), que estaba manteniendo a los bancos irlandeses con inyecciones de liquidez que mantenían vivo al enfermo pero que se convertían en una burbuja peligrosa. Y sin liquidez, la banca irlandesa hubiera engordado aún más la pelota de la deuda de Irlanda, que ya nadie se atrevía a financiar (incluso al 8,36% de interés).Y eso era la quiebra del país.Ahora, milagros de la economía, Gran Bretaña quizás también aporte dinero al rescate de Irlanda, cuando no quiso ni oír hablar de participar en el rescate de Grecia. Claro que aquí, es el principal acreedor de Irlanda y sus bancos están contagiados por el virus celta.
La Unión Europea ha sido incapaz de lanzar un mensaje firme y claro a los mercados, con lo que refuerza la falta de liderazgo de una región que apenas crece, sin cohesión política y económica, incapaz de aprobar su Presupuesto para 2011(han prorrogado el de 2010). Y han sentado un grave precedente : si han sido capaces de dejar pudrirse la situación en Irlanda (haciendo ganar más dinero a los especuladores de bonos), se puede repetir la jugada en otros países.
Mientras se concreta el plan de ayuda para Irlanda, las miradas se centran ahora en Portugal, que tiene todas las papeletas para abrir el próximo “baile”, a pesar de que ha aprobado ya dos paquetes de ajuste y un duro Presupuesto para 2011 que ha contado con el apoyo tácito(abstención) de la oposición. Portugal no es Irlanda, su agujero fiscal es menor y la banca no está tan tocada, pero al final, si se les encarece la deuda (ahora la colocan al 6,95 % frente al 8,36% de Irlanda y el 4,60% de España), el proceso de deterioro puede ser muy rápido. Y España es el primer acreedor de Portugal, con 6.500 millones de euros.

Al final, España no es Irlanda ni Portugal, pero la crisis de la deuda nos afecta de lleno. De entrada, además de la caída de la Bolsa (que afecta a 4 millones de accionistas), esta crisis ya está encareciendo el dinero al Estado (deuda pública), a las empresas y a los particulares, con lo que el crédito va a ser aún más escaso y costoso. Además, si el euro se debilita, nos costarán más las importaciones y pueden subir la energía y muchos precios. Y todo ello será una zancadilla para el crecimiento y el empleo. Pero lo peor es que si la tormenta europea no amaina y seguimos en el punto de mira, Zapatero se verá obligado a presentar un ajuste adicional y hay pocos sitios donde hacerlo: seguro de paro, pensiones o sanidad.  Es el efecto mariposa de la crisis de Grecia e Irlanda. Que es la crisis del modelo europeo actual, incapaz de afrontar la crisis unidos y con decisión.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Irlanda: Una tregua inestable con España al fondo

Por si no tuviéramos bastante con la crisis de cada día, salta de nuevo la incertidumbre en los mercados financieros, con Irlanda de protagonista y España al fondo. ¿Qué está pasando?. Irlanda es el país de Europa con más déficit público (un 32 % de su riqueza), como secuela de la crisis y por haber destinado 50.000 millones de euros a salvar a sus bancos. Y lógicamente, los inversores o se deshacen de la deuda irlandesa o les piden casi un 11% por financiarles, cuando están comprando deuda alemana a 10 años al 2,5 % (a España nos piden el 4,5%). El riesgo es que Irlanda quebrara como país y tuviera que pedir ayuda al Fondo de Rescate europeo que se creó en mayo para salvar a Grecia (recibió 110.000 millones de euros en préstamos).

Pero esta semana, Alemania echó  más leña al fuego irlandés, al proponer que para el futuro Fondo de rescate europeo, a partir de junio de 2013, los acreedores privados que tengan deuda de un país con problemas asuman una quita de la deuda antes de que el país entre en el Fondo. O sea que si el inversor tiene deuda irlandesa por 100, sólo se le garantizaría cobrar por 70, por ejemplo. Los inversores y los mercados se pusieron de uñas y se lanzaron a vender deuda irlandesa o a prestar más caro a Irlanda (y de paso, a Portugal, Italia y España).
Los líderes europeos trataron de calmar los ánimos desde Seúl, pero Alemania volverá a la carga en diciembre, cuando se debata el nuevo Fondo, porque es el país que más paga: 120.000 millones de los 420.000 avalados por los 16 países del euro. Merkel, quizás con la ayuda de Sarkozy y Cameron, quiere lanzar un mensaje de dureza a los países “manirrotos” y a los que ganan dinero extra financiándolos: “no vamos a pagar los platos rotos”.
De momento, Irlanda no ha pedido ayuda a Bruselas y prepara un ajuste de caballo, con 15.000 millones de euros de recortes para diciembre. Irlanda no es Grecia: no necesita más dinero hasta el verano de 2011, su economía es más eficiente, pero es uno de los dos países del euro que decrece este año (-1,8%).El otro es Grecia (-4,5%).El tercero en este nefasto ranking es España, que sólo crece un 0,2 %. España no es Irlanda ni Grecia, tenemos mucho menos deuda y mucho menos déficit, pero formamos parte, con Portugal e Italia, de la otra Europa: la menos competitiva, la que menos crece, la que tiene un mayor agujero fiscal y comercial.
Y claro, los inversores, o no quieren prestarnos o nos prestan a un interés de usura. Y si cae Irlanda, el efecto contagio hará que España tenga que pagar mucho más por financiarse. Y eso, encarecerá el dinero para todos nosotros  y dificultará aún más la salida de la crisis. Pero no valen ya las frases de “España no es Irlanda”. Hace falta dar confianza a los inversores, con políticas económicas creíbles. Y hace falta que la Unión Europea sea un club unido, donde los más sanos salgan en ayuda de los más débiles. Ninguna de las dos cosas se cumple. Por eso estamos tan a merced de los mercados.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Fracaso del G-20 y ahora cada país a lo suyo

La Cumbre del G-20 ha terminado esta madrugada en Seúl como se preveía: buenas palabras y ninguna decisión concreta. Sólo una declaración de principios para que los paises sean buenos (“que se abstengan de manipular sus monedas”) y pasar el muerto del problema al Fondo Monetario Internacional (“que elaboren un Plan de crecimiento sostenido y equilibrado”). Tanto líder y tanto gasto para acabar hablando del mar y de las flores.

Pero no podía esperarse otra cosa. En la cumbre se enfrentaban dos bloques de paises. Uno,  los que venden fuera más de lo que compran, con lo que crecen más que nadie y crean empleo: China, Rusia, Japón, Indonesia, Corea, Argentina y Alemania (una excepción entre los paises ricos). Y el otro, los paises que apenas crecen y además consumen más de lo que producen, importan más de lo que exportan y crean empleo en otros paises, no en los suyos: Estados Unidos, Francia, Italia, Canadá, Australia, España y Brasil (otra excepción, entre los emergentes).

La pelea era, pues, un intento de que China y los paises emergentes (y Alemania) no exporten tanto, para que Estados Unidos y los paises “ricos” puedan exportar más y crear empleo, ya que el consumo y la inversión, los otros dos motores del empleo, están gripados. Y todos ponían como excusa que “el otro hacía trampas”, depreciando su moneda para exportar más. La “guerra de las divisas” era en realidad la guerra por crear empleo.  

Al final, no se ha conseguido poner un tope a los agujeros comerciales y los 20 se han ido de Seúl con una idea: voy a seguir vendiendo donde pueda y como pueda. Tengo millones de parados y unas elecciones a uno o dos años vista como para llegar a acuerdos que pongan en peligro mi mayor o menor crecimiento. Y así, el mundo seguirá dividido entre los que no consumen, exportan, crecen y mantienen el empleo (China y los emergentes, más Alemania)  y los que consumen más de lo que producen, no crecen y pierden empleo (EEUU y la mayoría de paises desarrollados).

España ha pasado de puntillas por esta Cumbre (empleo verde y footing de Zapatero), pero es el país con mayor “agujero comercial” de los 20, el que tiene un mayor porcentaje de déficit exterior, junto a Turquía y Sudáfrica. Y curiosamente, el país que menos va a crecer de los 20 este año y el que tiene más paro. No es casualidad: si importamos mucho más de lo que exportamos, creamos riqueza y empleo fuera, no dentro. Un problema que tiene que ver con nuestra productividad y con nuestro modelo económico. Y que habría que afrontar con rigor, al margen de banderas políticas y elecciones. Es nuestra guerra particular, al margen de la del G-20.    

jueves, 11 de noviembre de 2010

G-20: La guerra del empleo, no de las divisas

Los líderes del G-20, que representan el 85% de la riqueza del mundo, se reúnen hoy y mañana en Seúl. Es la quinta cumbre desde que en septiembre de 2008 estalló la actual crisis mundial. En la primera reunión (Washington, noviembre 2008), liderada todavía por Bush, y en las tres siguientes (Londres, Pittsburgh y Toronto), los líderes del G-20 trataron de hacer de “bomberos”: impedir el pánico, operar el cáncer de la crisis financiera y tratar de estimular a una economía agonizante. El problema ahora en Seúl, dos años después, es que la crisis sigue, el empleo no crece y los ciudadanos exigen respuestas, poniendo en apuros a los políticos (Obama, Sarkozy, Zapatero...). Y entonces, los países y los líderes caen en la tentación de “ir por libre”.
Tras el varapalo electoral, Obama tuvo claro que sólo reanimando la economía y creando empleo podía mantenerse. Y lanzó un plan de estímulo para inyectar 600.000 millones de dólares a la economía. De paso, al darle a la maquinita del dinero, el billete verde pierde valor y resulta más fácil a las empresas norteamericanas vender por el mundo. China, la segunda potencia mundial, lleva meses depreciando su moneda, para exportar más. Y lo mismo hacen otros países emergentes. Europa se lleva las manos a la cabeza y habla de “guerra de divisas”, porque un euro fuerte dificulta las exportaciones europeas, sobre todo de Alemania, que, como España, sólo crece (poco) gracias a la exportación.
 Al final, detrás de la llamada “guerra de las divisas”, lo que hay es una guerra por crecer como sea. Y, con el consumo por los suelos, con la inversión privada sin oxígeno (gasto público y crédito), la única válvula de escape para crecer es exportar, vender en otros países. Pero todos quieren hacer lo mismo, desde EEUU a China, pasando por Japón, Alemania o Francia. Y ahí está la verdadera guerra: la guerra comercial, que es el trasfondo de otra guerra: la de crecer y crear empleo para 210 millones de parados que hay en los países del G-20.
En definitiva, el reto de Seúl es buscar una salida a estos 210 millones de parados, que crecen un millón más por mes. Y todo apunta a que los líderes mundiales se irán sin una propuesta conjunta, al margen de bonitas palabras. Se tirarán los trastos a la cabeza para luego buscar salvarse cada uno a costa del vecino, con “trampas” comerciales o monetarias, ya que no hay mercado, comercio mundial  para todos y los ciudadanos exigen empleos y votan. Pero esto es "pan para hoy y hambre para mañana", porque históricamente, las guerras comerciales han acabado siempre mal para la mayoría.
En este complejo panorama, Zapatero se ha descolgado con una propuesta mediática: crear un millón de empleos verdes, en energías alternativas. No está mal, es un sector con futuro, pero con lo que hay en juego en Seúl, es “mear fuera del tiesto”. El reto de España, y de Europa, es reforzarse en esta “guerra del empleo” del G-20 donde llevamos la peor parte. Buscar y reforzar  el hueco de Europa en el mundo. Pero Merkel , Sarkozy y Cameron van a los suyo, a salvarse, aún a costa de dejar en la estacada al vecino. Y el vecino ahora es Irlanda, pero cualquier día puede ser España.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Más dinero público para las autopistas

Hoy he leído una noticia que me ha indignado: los partidos negocian aprobar en el Congreso una enmienda a los Presupuestos de 2011 por la que si las autopistas no alcanzan un 80 % del tráfico previsto, el Estado, o sea nosotros, paguemos la diferencia. Las concesionarias de autopistas, con empresas tan poderosas detrás como ACS, Acciona, Ferrovial, FCC, OHL, Abertis o Itinere, presididas por destacados líderes empresariales y mediáticos (Florentino Pérez, Jose Manuel Entrecanales, Rafael del Pino, Juan Miguel Villar Mir…) han transmitido a los políticos un mensaje claro: o ayudas o quiebran y el Estado tendría que “nacionalizar” unas concesionarias que tienen casi 5.000 millones de deuda.

La presión es tal que probablemente los diputados aprueben el 16 de noviembre la medida de tapadillo. Igual que aprobaron el año pasado (milagro: con la unanimidad de PSOE, PP u CiU) 200 millones de ayudas en créditos participativos a constructoras concesionarias de autopistas, ayuda que se repite este año, para el Presupuesto 2011, pero elevada a 250 millones.

La noticia me ha removido mi memoria de periodista económico, mis tiempos de becario a mediados de los años setenta, cuando mi primer redactor jefe ya me hablaba de las autopistas y del regalo de dinero público a través del seguro de cambio : la Ley de Autopistas de Peaje de 1972, por la que se permitía a las autopistas que se endeudaran en divisas (con el aval del Estado en un 75%) y el riesgo de cambio (que tuvieran que devolver más, al subir el yen o el dólar), lo pagábamos los españoles a través del Presupuesto.

Un privilegio que no les quitó al principio ni el PSOE, aunque provocó una dura polémica entre el superministro Boyer y Julián Campo, que casi le cuesta el puesto al ministro de Obras Públicas (y a mí, por contarlo en un Telediario). En julio de 1.998, una Ley retira el seguro de cambio para los nuevos préstamos, pero no para los antiguos. Resultado: entre 1.972 y 1.999, esta ayuda a las autopistas nos ha costado a los españoles 1,027 billones de pesetas. Y después, otros 300.000 millones, según un estudio universitario. O sea, 1,32 billones de pesetas, unos 8.000 millones de euros. Sin contar avales y otras ayudas.

Como ven, las ayudas a las autopistas vienen de lejos. Si decía que me ha indignado esta noticia es por contraste con otra que ha salido también hoy: 1.127 empresas y particulares se declararon en concurso de acreedores entre julio y septiembre. Suma y sigue. Son, sobre todo, autónomos y pymes que han tirado la toalla. Ellos no parece que puedan presionar en el Congreso ni conseguir ayudas especiales. Y además, muchos de ellos han caído por los recortes en el gasto público. ¿Recortes para quién?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Seguimos en la UVI

La economía española no ha crecido nada en el tercer trimestre, según el Banco de España. Y eso que era verano, con el turismo empujando. Seguimos estancados, sin crecer apenas en todo 2010, tras año y medio antes cayendo la economía. Resultado: no se crea empleo.


España no crece porque los tres motores del crecimiento están “gripados”: el consumo no tira porque la gente teme por su futuro y hay 4,5 millones de parados, más muchos millones de subempleados. La inversión privada no ve alicientes y se asfixia con un crédito caro y escaso. Y la inversión pública se ha recortado drásticamente, retirando incentivos a la inversión privada y al empleo. Y el tercer motor, la exportación, empuja despacio, afectada por un euro demasiado fuerte y la guerra comercial y de las divisas.


Todo apunta a que estos motores van a seguir averiados, con lo que la economía apenas va a crecer en los próximos meses y en 2011. Y así, apenas se creará empleo y el paro se acercará a los 5 millones. Mientras no crezcamos al 3% no se creará empleo de forma significativa. ¿Se puede conseguir? Así no. Hay que fomentar la inversión privada (con dinero barato e incentivos a los empresarios que creen empleo) y la inversión pública (gastando más en unas cosas y menos en otras. Y hay que dar confianza y perspectivas a los ciudadanos, para que consuman algo más, sin olvidarse de ahorrar.


Pero España no puede recorrer este camino sola, ya que nos castigarían los mercados. Hace falta otra política en Europa, que ponga el empleo y no el déficit como primer objetivo de verdad. Reanimar al enfermo para que se levante, no dejarlo aletargado en la UVI. Más en la línea de Obama que en la de Merkel, Sarkozy o Cameron. Porqué, ¿de qué me sirve tener el déficit más bajo de Europa (si lo conseguimos algún día) si ponemos el paro en el 22 %?


El problema es que los 4,5 millones de parados no deciden la política económica en España, ni ahora con Zapatero ni algún día con Rajoy (más ajustes, digan lo que digan). Y que si alguien quisiera reanimar al enfermo y sacarlo de la UVI, necesitaría conseguir un gran consenso nacional, tener credibilidad (como economía y como Gobierno) y hacerlo de acuerdo con el resto de Europa, que debía ir en otra dirección. Tres cosas que faltan.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Guía para ahorrar y llegar a fin de mes

Consejos útiles para reducir gastos y pagar menos en los pagos habituales de una familia, con trucos para conseguir productos y servicios gratis.

Seis  de cada diez familias no llegan a fin de mes, según acaba de informar Estadística (INE). Un problema al que se enfrentan millones de españoles, convertidos en esforzados contables de su hogar. La solución no es fácil, pero la crisis está ayudando a despertar el ingenio y se están viendo alternativas para conseguir gastar menos. Veamos algunas.

Lo primero es hacer un listado de los gastos habituales de la familia, en dos hojas: los de cada mes y los anuales. Así descubriremos a veces ese recibo que nos llega una vez al año y del que podemos prescindir. O lo que nos cuesta de verdad el coche, el móvil o el colegio de los niños, con excursiones y extras incluidos.

 Lo segundo es buscar ahorros donde más gastamos: no es lo mismo ahorrarse un 10 % en el seguro del coche que en unos zapatos. Vamos a repasar los principales gastos y a apuntar algunas vías de ahorro para conseguir llegar a fin de mes

  . Alimentación. Haga la compra una vez por semana (no todos los días) y vaya provisto de una lista de la compra, para no cargar el carro con lo que le entre por los ojos. Compre productos de temporada y aproveche los vales-descuento.

   . Luz. No deje aparatos encendidos en stand-by, lave en agua fría, cambie a bombillas de bajo consumo y no planche más que lo imprescindible.
   . Teléfono. Revise su contrato y mire ofertas alternativas de la competencia. Y empiece a llamar a sus amigos y conocidos a través de Internet.
  
    . Transporte. Intente conducir con más suavidad y a menor velocidad. Y entre en Internet para buscar comparadores que le ofrezcan un seguro más barato para su coche. Busque entre sus compañeros de trabajo alguno que viva por su zona, para compartir coche. Y si quiere ahorrar de verdad, deje el coche en casa y compre un abono transporte.

    . Colegios. Habrá que reducir al máximo los servicios no imprescindibles: excursiones, actividades extraescolares, viajes, etc. Y hable con otros padres para intentar compartir uniformes y libros de años anteriores. También hay ropa de uniforme que se puede comprar en grandes superficies y que cumple con los requisitos de los centros. En casos drásticos (desempleo, fuerte reducción de ingresos), cambie a sus hijos a un colegio público.

    . Ropa. Intercambie ropa con amigos, sobre todo de niños, aprovechando comidas de grupo en los que se puede improvisar un rastrillo amistoso. Compre productos outlet, de temporadas anteriores, y entre en clubes de compra que le permitirán comprar con mucho ahorro e incluso gratis.

    . Finanzas personales. Revise a fondo lo que paga a su banco o Caja. Ahora puede conseguir fácilmente que su entidad no le cobre comisiones o le permita hacer transferencias gratis. Mire a ver si paga por su tarjeta, ya que hay muchas entidades que le regalan la VISA y la 4B. Y sobre todo, valore su nómina: le da mucho poder ante su banco o Caja y si no se la valoran, con rentabilidad, regalos o servicios, cambie de banco. Por último, en caso de que tenga un ingreso extra o consiga ahorrar algo, busque la mayor rentabilidad y no se conforme con una cuenta al cero patatero.

   . Ocio y viajes. Hay muchas posibilidades de ocio gratis o low cost : leer libros o revistas, oir música o ver películas procedentes de bibliotecas públicas, ir al cine el día del espectador o en festivales subvencionados, acudir a exposiciones en días gratis de los museos o con tarjetas descuento (sin olvidar las muestras gratuitas), aprovechar conciertos y eventos municipales (gratuitos o con bajos precios) y organiza un cineclub de amigos, prestándose películas.
 En cuanto a viajes, planifique su escapada con meses de antelación, para conseguir tarifas baratas en vuelos y hoteles, casi siempre a través de Internet.

Por último, apúntese al gratis total. A través de la Red , encontrará muchas posibilidades de conseguir algo sin pagar: productos de prueba gratis, muestras gratis de productos, acceso gratis a Internet en determinados lugares ( también cada vez hay más locales con Wifi), cursos gratuitos de formación e incluso empresas, restaurantes o tiendas que tienen tarifas especiales para desempleados.

En resumen, se puede ahorrar y llegar mejor a fin de mes. Es cuestión de analizar bien nuestros gastos, ver los que son prescindibles y se pueden suprimir o reducir y para el resto, buscar alternativas más económicas o incluso gratis. Invertir tiempo en ahorrar. Compensa.