martes, 28 de diciembre de 2010

El ajuste de las Cajas, también lo pagamos todos

En plenas Navidades, la mayoría de las Cajas de Ahorros han estado cerrando fusiones para alumbrar un nuevo mapa de un sector que apenas había cambiado en el último siglo. El Banco de España les había dado un ultimátum: o ponéis orden para Nochebuena o lo ponemos nosotros. Y vaya si lo han hecho: ha habido fusiones contra reloj, para pasar de 45 Cajas a 17, se van a cerrar 2.300 oficinas y salen unos 20.000 trabajadores (1 de cada 6), la mayoría por prejubilaciones. Pero una cuarta parte del ajuste la pagaremos todos los españoles, financiando el paro durante dos años a los prejubilados de las Cajas, que salen con 55 años, lo que nos costará 1.100 millones de euros. Y además recibirán préstamos públicos del FROB para financiar el ajuste de un sector con beneficios.
Las Cajas son el eslabón más débil del sistema financiero español, por varias razones. La principal, porque soportan el 65% de la crisis del ladrillo (170.000 millones en activos inmobiliarios), con una elevada morosidad. La segunda, porque tienen una débil estructura de capital. La tercera, por su exceso de capacidad, fruto de haber aumentado en la última década oficinas (+30%) y plantillas (+32%), mientras la banca las recortaban (-6%).La cuarta, una gestión muy condicionada por los políticos locales y autonómicos (y hasta los Obispados).Y la última, que este año se han intervenido dos Cajas (CCM y Caja Sur) y los mercados temen que haya más Cajas en apuros(11 han tenido pérdidas en el tercer trimestre).
Pero las prisas ahora por ajustar las Cajas se deben a dos factores más. Uno, que necesitan con urgencia liquidez y apelar a los mercados para refinanciar en 2011 más de 40.000 millones de deuda. El otro, que la normativa europea Basilea III les obligará en 2011 a mayores exigencias de capital. Y para ello, tendrán que convencer a los inversores que son entidades saneadas y bien gestionadas.
La reforma ha consistido en un puzle de 12 fusiones entre Cajas de distintas autonomías o de la misma (caso de las Cajas de Galicia o Castilla y León), buscando siempre que una Caja sana se haga cargo de una o varias con problemas. Caja Madrid, Bancaja y 5 Cajas pequeñas han hecho la mayor fusión financiera de nuestra historia, creando la tercera entidad tras Santander y BBVA. Otras fusiones importantes son las protagonizadas por Cajastur, Catalunya Caixa, Caja Murcia y Caja Navarra. Ahora quedan 17 grupos de Cajas, tres veces más grandes, con un 15% menos de personal, y una estructura más ágil, como bancos, para poder captar accionistas y capital en la Bolsa y en los mercados. Y con una gestión más profesionalizada, aunque siguen los políticos: en el grupo Caja Madrid-Bancaja, por ejemplo, de los 22 consejeros hay 2 ex- ministros (Rato Y Virgilio Zapatero) y otros 11 cargos políticos.
El mayor coste del ajuste de las Cajas será para reducir el personal en 20.000 empleados, de los que 17.000 saldrán por prejubilaciones a los 55 años. El Ministerio de Trabajo, el que quiere que todos nos jubilemos a los 67 años, les va a autorizar un ERE para que los dos primeros años cobren el paro y lo pague el INEM (o sea,todos), así como sus cotizaciones a la Seguridad Social (además, los prejubilados pagarán menos impuestos en el cobro de su indemnización al ser un ERE). Esta fórmula de ajuste laboral, de las que no han disfrutado los bancos en sus múltiples prejubilaciones, les supondrá un ahorro de 1.100 millones que paga el Estado. Y también recibirán 12.000 millones de préstamos públicos del FROB.
Ahora, las Cajas tendrán que digerir estas complicadas fusiones y buscar capital para sanearse y reforzarse. Y en enero, se desnudarán, al tener que publicar el riesgo que tienen con el ladrillo, un dato clave para los mercados. Habrá que ver si mantienen su “trato de Cajas” frente al cliente, qué pasa con su Obra Social  y si pierden cuota frente a los bancos. Ojala no haga falta un segundo ajuste, porque también nos tocaría pagarlo.  

viernes, 24 de diciembre de 2010

Las terceras Navidades de la crisis

Son unas Navidades grises, con la mayoría de los españoles sumidos en una ola de pesimismo colectivo. Las primeras Navidades en crisis (2008),casi ni nos enteramos (como Zapatero). Las segundas, pensamos que podía ser algo pasajero. Pero este año, sabemos que la crisis es seria y va para largo. Y, sobre todo, hay 2,5 millones de españoles que se han quedado sin trabajo en estos años, lo que resulta un drama para millones de personas: 1.300.000 hogares tienen a todos sus miembros en paro y  tres millones de familias tienen la mitad de sus activos sin trabajo. Y los que tienen empleo, o tienen miedo a perderlo en 2011 o tienen el sueldo congelado. Un panorama como para pocos gastos y celebraciones.
Estas Navidades van a ser austeras para todos los europeos, con la excepción de alemanes y británicos. En concreto, españoles, griegos y franceses son los europeos que más mirarán sus gastos esta Navidad, según un estudio realizado por Herbalife, que revela cómo el 60% de los griegos y el 45% de españoles y franceses no van a realizar gastos extras esta Navidad.
El gasto esta Navidad puede reducirse en España hasta un 11%, según un estudio de Deloitte. Cada consumidor gastará una media de 674 euros, un 7,4% menos que las Navidades 2009,según estimaciones de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI),un recorte que se suma al 10% de caída de consumo en las Navidades pasadas y otro 6% en las del 2008. Un tercio del gasto navideño se va en juguetes y regalos, donde se espera una ligera caída de ventas, al comprar productos de menos precio. En otro tercio del presupuesto, la alimentación, se espera menos ventas de productos tradicionales, como turrones y mazapanes. Han bajado las reservas de viajes, más cortos y más baratos. Y en cuanto a las salidas a bares y restaurantes, se espera una caída, que ya se ha notado en las comidas de empresa, con bajada del menú medio de 40 a 25 euros.
Para los comercios y grandes almacenes, las Navidades pueden suponer hasta una cuarta parte de las ventas, con lo que están muy preocupados por la esperada caída del consumo. Su reacción ha sido reducir precios (aunque la inflación ha vuelto al 2,3 %, el nivel más alto en los dos últimos años), adelantar rebajas (legalmente, “promociones”) y, sobre todo, contratar menos personal de temporada : las ofertas de empleo para la campaña navideña han caído este año casi un 20% sobre 2009, según Infojobs.  
A pesar de la crisis, las Navidades están ahí y los españoles tratarán de cortarse lo menos posible, aunque sea a costa de la tarjeta, la familia y los ahorros. Quizás sea un buen momento para volver a lo importante, la familia, la salud, los amigos, las aficiones, la casa… A valorar lo que tenemos. Cuando yo era niño y joven, teníamos mucho menos y disfrutábamos mucho en estas fiestas. Luego, hemos vivido dos décadas como nuevos ricos y ahora estamos volviendo a la cruda realidad: vivíamos por encima de nuestras posibilidades y nos toca ajustar nuestras vidas. Pero mientras, disfrutemos estas Navidades de lo que tenemos y carguemos las pilas para 2011, que puede ser un año aún más difícil que 2010.  
¡Feliz Navidad a todos¡

martes, 21 de diciembre de 2010

España, chantajeada por financiar su deuda

Hoy 21 de diciembre ha sido la última vez este año que España solicitaba dinero de los inversores para financiar la deuda pública, con la subasta de Letras del Tesoro. De nuevo, ha tenido que pagar más para colocarla, cuatro veces lo que en enero. Y el bono a 10 años cotiza hoy al 5,57 %, un 1,75 % más que hace un año.Con ello, financiar este año unos 210.000 millones de deuda pública nos ha costado 1.700 millones más de lo previsto, un dinero que se han ganado los mercados y que habrá que recortar de otro sitio para rebajar el déficit público lo prometido. O sea que el Gobierno congeló las pensiones para ahorrar 1.500 millones o bajó los sueldos de los funcionarios para ahorrar otros 1.600 y ahora resulta que se los han comido con creces los especuladores. Y como les sale rentable, volverá el baile de la deuda, nos costará más colocarla y habrá que hacer más ajustes. Una espiral infernal que desde luego no ha frenado la última Cumbre europea.
En 2011, España tendrá que financiar otros 210.000 millones de deuda pública. Y los mercados, si pueden, intentarán cobrarnos más por financiarnos, como en 2010, especulando contra España. Primero, porque somos un país grande y un mercado muy líquido, con lo que la apuesta puede ser muy rentable. Segundo, porque tenemos un Gobierno débil y con poca credibilidad, al que se le puede poner contra las cuerdas. Y sobre todo, porque los Gobiernos conservadores y expertos neoliberales quieren aprovechar la crisis para desmontar el Estado del bienestar, en España y en Europa, presionando ajustes cada vez más duros. Alemania, Francia y los expertos ortodoxos nos tratan de manirrotos y exigen que hagamos los deberes: recorte de pensiones, ajustes financieros, reformas laborales, recortes en sanidad y educación… Incluso su avanzadilla, la agencia Moodys nos ha dado un ultimátum como país: o se hacen las reformas antes del 15 de marzo o nos bajan la nota a la deuda. O sea, se encarece y vuelven a ganar más.
Pero hay que decir bien claro que la deuda pública y el déficit de España (como de Irlanda) son la consecuencia de la crisis, no la causa. España tenía, hasta 2008, superávits en sus cuentas públicas y menos deuda que Alemania (aún tiene menos). Ha sido la crisis financiera la que nos ha llevado al hoyo de la crisis y ha disparado los gastos sociales y el pago de la deuda, recortado los ingresos. Y aunque hay que hacer muchas reformas, lo básico es salir de la UVI, crecer y crear empleo, ya que la economía española sigue cayendo (Alemania crece al 4%) y tenemos el doble de paro que Europa (y el triple que Alemania). Y con el chantaje de los recortes, nos hundimos más en el pozo.
La dinámica de los mercados nos lleva de ajuste en ajuste hasta la caída final. En la última Cumbre europea, Alemania se ha negado a tomar dos medidas que podían habernos dado un respiro. Una, poder realizar actuaciones preventivas con el Fondo de rescate, para ayudar a los países con problemas: este dinero será sólo como “último recurso” y con un duro Plan de ajuste a cambio (sea, humillando al damnificado). Y la otra, no emitir deuda europea: Alemania no quiere “socializar” la deuda (si socializaron los costes de su unificación). En definitiva, es como si en una comunidad de vecinos, el del 5º dice que el del 17º se busque la vida si la tormenta le ha llenado de goteras el techo, que no quiere compartir los costes.
En Europa, los avances se han logrado siempre cuando la Unión estaba al borde del precipicio: el euro nació en el 2000 tras una cadena fatídica de devaluaciones en los noventa (tres de la peseta). Ahora, todo indica que Merkel, Sarkozy y los dirigentes conservadores de la Comisión esperan que el euro esté al borde del abismo para tomar medidas y fortalecer la Europa económica y fiscal. El problema es que, hasta entonces, España va a pagar un alto precio.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El galimatías de la subida de los carburantes

Llenar el depósito en diciembre cuesta entre 8 (gasolina) y 9 euros (gasóleo) más que hace un año. Rápidamente se vinculan estos precios récord con la subida del petróleo, que ronda los 92 dólares por barril, el doble que hace dos años. Y es cierto, pero hay otras razones, como la subida de impuestos (los especiales en junio de 2009 y el IVA en julio de 2010), la subida de la cotización internacional de las gasolinas y el gasóleo, la depreciación del euro y, sobre todo, la falta de eficiencia de un sector petrolero y de gasolineras que hace que los carburantes sean más caros en España (sin contar impuestos) que en el resto de Europa. Un galimatías que no suele explicarse, pero que pagamos todos al repostar.
Los precios de los carburantes se fijan en España con una fórmula que no me resisto a copiar:
PVP(€/lt) = ( (Ci($/lt) / TC($/€)) + Margen(€/lt) + IE(€/lt) ) * (1 + IVA)
La fórmula, en cristiano, significa que los precios de los carburantes tienen tres componentes. Uno, los costes de las gasolinas y los gasóleos en el mercado internacional, la cotización en Génova (70%) y Rotterdam (30%), dividido por la cotización del dólar respecto al euro. Dos, el margen bruto de la petrolera (transporte, almacenamiento, distribución, gastos financieros y de gestión, más el margen del mayorista y el gasolinero). Y tres, los impuestos: los especiales,los autonómicos y el IVA, el único  de ellos que se aplica sobre toda la fórmula.
Esto supone que en un litro de gasóleo (70% de las ventas), el 46,72% del precio son impuestos, el 40,78 % es el precio del producto en euros y 12,50% son los costes y el margen bruto de la petrolera que lo compra y vende. En el caso de las gasolinas, los impuestos pesan más (52,95% del precio) y menos los costes (35,50%) y el margen bruto (11,55%). Al final, el margen neto de los operadores está entre 1 y 1,5 céntimos de euro por litro, sobre un 1% del precio final, según la patronal del sector (AOP).
En consecuencia, los precios de los carburantes suben no sólo porque suba el crudo (indirectamente sí, claro), sino porque sube (y más) la cotización del gasóleo y la gasolina en Europa y por la cotización del dólar. En los últimos meses, las huelgas de las refinerías francesas, el frío polar en el norte de Europa y el aumento del consumo internacional de derivados ha encarecido las gasolinas y sobre todo los gasóleos, que han duplicado su precio en euros. Pero hay otras razones typical spanish” que explican por qué los carburantes llevan tres años consecutivos siendo más caros, antes de impuestos, en España que en Europa.
En octubre, España era el cuarto país con la gasolina más cara antes de impuestos, 3,1 céntimos por litro más que la media. Y somos el séptimo país con el gasóleo de automoción más caro, sin contar los impuestos, con 2,2 céntimos por litro más que la media. Eso sólo tiene dos explicaciones: que nuestras petroleras son más ineficientes o que ganan más. Y son las dos cosas. Por un lado, la estructura de refino en España aún no produce suficiente porcentaje de productos medios (gasóleos). Y por otro, España, como Europa, sigue importando un tercio del gasóleo, aunque exporta gasolinas. Además, la estructura opaca de comercialización de carburantes no ayuda a abaratar precios.
España es el cuarto país de Europa con mayor concentración de gasolineras en pocas manos: el 64 % del mercado está en manos de Repsol, Cepsa y BP, aunque crecen las gasolineras de los híper e independientes. Ya en 2009, la Comisión de la Competencia les multó con 7,9 millones de euros por “acuerdos para fijar los precios de los carburantes”. Y la Comisión Nacional de la Energía, además de pedir más gasolineras en las autopistas, cree que publicar en una Web de Industria los precios ayuda al “alineamiento de precios”. Unos precios sin impuestos que varían sólo 1,47 céntimos por litro entre las autonomías más caras (Extremadura, Galicia y Madrid) y las más baratas (Navarra, Aragón y Cataluña).
Al final, no es el petróleo, sino la cotización internacional de los carburantes y del euro, los costes y márgenes de las petroleras y su comercialización poco transparente (además de Hacienda), los culpables de que los carburantes estén por las nubes. Y lo seguirán estando hasta primavera.Como el crudo, que va camino de los 100 dólares barril, agravando nuestra crisis, ya que somos uno de los cinco países europeos más “petroleodependiente”. Pero esta es otra historia.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Los planes de pensiones no son para viejos

Este mes de diciembre, bancos y Cajas nos bombardean con ofertas de Planes de pensiones privados. Y muchos creen que el tema no va con ellos, sobre todo los más jóvenes. Se equivocan. Por tres razones. Una, porque cuando se jubilen, van a perder un tercio de sus ingresos o incluso la mitad: la pensión media está en 878 euros y la máxima en 2.466. Dos, porque con la reforma que viene, las pensiones futuras van a ser aún menores. Y tres, porque los Planes de pensiones es la única forma de ahorro que permite desgravar a Hacienda (hasta 10.000 euros al año y 12.500 los que tienen más de 50 años) y con ello pagar menos o que la declaración salga negativa. El problema es que este año, cuando más deberíamos pensar en invertir para nuestra jubilación, la crisis no nos deja libre un euro. Pero no queda más remedio que planificarse y sacarlo para más adelante.
Actualmente, ocho millones de españoles tienen un Plan de pensiones privado, individual o de empresa, el doble que hace sólo 10 años. España es el séptimo país de Europa en planes de pensiones complementarios, un ranking encabezado por Gran Bretaña, Holanda y Suiza, seguidos por Finlandia, Alemania y Dinamarca. El mayor retraso se da en los planes de empresa, que sólo tienen el 18 % de los trabajadores españoles (en Gran Bretaña los tiene la mitad de los asalariados), una asignatura pendiente de los convenios colectivos, aunque deberían apoyarse con más incentivos públicos. En cuanto a los planes individuales, los temores al recorte de las pensiones públicas han hecho que en 2010 hayan crecido las aportaciones, aunque la crisis ha reducido en 300.000 los partícipes en Planes de pensiones en los dos últimos años.
Cualquier edad es buena para empezar a invertir en un Plan de pensiones privado, pero lo ideal es empezar a los 40 años, con aportaciones periódicas de 300 a 500 euros al mes. Para conseguir 140.000 euros al jubilarse (777 euros de pensión privada al mes durante 15 años), por ejemplo, habría que aportar 5.450 euros al año desde los 45 años. Si se hace más tarde, desde los 55 años, habría que aportar tres veces más, 16.100 euros al año. Y si se hace desde los 35, menos de la mitad, 2.360 euros al año. Eso sí, hay que saber que ese dinero no se puede tocar hasta la jubilación, salvo en tres supuestos: incapacidad laboral permanente, enfermedad grave o desempleo de larga duración (más de 1 año continuado).
A la hora de elegir un Plan, cuatro consejos sencillos. Primero, busquemos una entidad que ofrezca planes de distintas gestoras y no quiera “colocar los suyos”. Segundo, mirar  la comisión que nos cobran (media: 1%), no tanto los “regalos”. Tercero, diversificar entre varios Planes, unos con más riesgo que otros, según la edad. Y cuarto, hacer seguimiento: si no va bien, se cambia de un Plan a otro, o a otra entidad (traspaso, generalmente con incentivo).Eso sí, pensando que es una inversión a 20 o 30 años, y que en ese plazo suele ser rentable: la rentabilidad media de los Planes de pensiones es, en los últimos 20 años (con tres crisis), de un 5,19% anual. Y hay que sumar los impuestos que nos hemos ahorrado.
Lo dicho, no están las cosas para ahorrar, pero hay que sacar un dinero como sea para preparar la jubilación y asegurarse una pensión privada complementaria a la pública. Mejor antes que después, porque será menos costoso. Jubilación viene de júbilo pero tendremos poco si ganamos la mitad y encima tenemos que seguir ayudando a los hijos. Así que, junto a la hipoteca, el colegio de los niños y los gastos fijos, hay que sacar para el Plan de Pensiones.

martes, 14 de diciembre de 2010

Los españoles volvemos a emigrar

Tengo un conocido, ejecutivo de una “multinacional española”, con 46 años, al que su empresa le ha dado una sola opción para mantenerle el empleo: salir fuera, a México o a Polonia. Tendrá que emigrar, con o sin familia, como hacen cada día miles de jóvenes, con idiomas y varios títulos y masters bajo el brazo, que están buscando un empleo en Latinoamérica, países árabes, África o la Europa del Este. Son los nuevos emigrantes del siglo XXI, más de 200.000 españoles que han salido del país a trabajar fuera por la crisis.
El primer éxodo de profesionales fue de médicos y enfermeros a Portugal y Reino Unido, junto al clásico de los investigadores a Estados Unidos y Europa. Pero desde finales de 2007, con la crisis, se ha acelerado la salida de españoles al extranjero en busca de trabajo. Así, en los dos últimos años los residentes en el exterior han aumentado en 188.483 personas, a las que habría que sumar los inmigrantes temporales o sin contratos estables, que no han fijado legalmente su residencia en el extranjero, al menos otros 25.000 más.
El fenómeno de los nuevos emigrantes, forzados por la crisis, afecta a toda Europa y el ranking de salidas está encabezado por Irlanda, Eslovaquia y Portugal, seguidos de Grecia, España e Italia. La mayoría busca trabajo en los países emergentes, pero un 28% de los empresarios europeos reconoce que contrata a jóvenes de otros estados miembros “para atraer a los mejores talentos”, según el último Eurobarómetro.
Los españoles, antes de la crisis, eran los europeos más reacios a trabajar en el extranjero: sólo un 17 % estaba dispuesto a residir en otro país  y eso si ganaban más que en España, según un estudio de Randstad en 2008. Pero ahora, la necesidad obliga y cada mes llegan a Argentina, por ejemplo, 1.200 españoles en busca de trabajo, el tercer grupo de inmigrantes en el cono Sur, tras los chinos y norteamericanos. Sólo en los dos últimos años, 33.542 españoles han llegado a Argentina, según un informe de la consultora Adecco. Y en los Emiratos Árabes Unidos hay más de 1.000 españolas, la cuarta parte recién emigrados.
Una parte de los nuevos emigrantes van de la mano de las multinacionales españolas (desde Telefónica o Repsol a constructoras, eléctricas o bancos), que invierten y facturan más fuera de España que dentro. Pero la mayoría son jóvenes, forzados a emigrar por una tasa de paro que supera el 40%. El perfil del español que busca trabajo en el extranjero es un hombre de entre 25 y 35 años, con estudios cualificados, proveniente de las ramas de ingeniería, arquitectura e informática, según datos del Grupo Adecco. Son la generación de los (pre)parados, jóvenes profesionales que están dispuestos a trabajar en África o Latinoamérica por 1.500 euros al mes, tras varios años de  hacer master y chapuzas en España. Y junto a ellos, uno de cada cinco nuevos doctorados, que buscan investigar fuera.
Los nuevos emigrantes proceden sobre todo de Canarias, Baleares, la Rioja, Cantabria, Navarra, Asturias y el País Vasco, las autonomías donde más jóvenes han salido a trabajar al extranjero con la crisis. La mitad buscan un empleo en Europa, pero despiertan mucho interés los países escandinavos (las peticiones de empleo se han triplicado), África, los países árabes y por supuesto, Latinoamérica, sin olvidar Estados Unidos.
Esta nueva emigración, forzada por la crisis, supone una nueva “fuga de cerebros”, aunque tenga dos factores positivos: alivia las cifras de paro juvenil y supone una oportunidad de formación y madurez profesional para el futuro. Pero, antes o después (los ciclos no perdonan), la crisis llegará a los países emergentes y los nuevos emigrantes españoles se verán forzados a volver, como sus abuelos. Confiemos que entonces ya les podamos ofrecer un empleo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Cambio climático: no son tiempos para la ecología

Esta semana del gran puente descontrolado, ha pasado inadvertida la Cumbre del Clima celebrada en Cancún, donde 20.000 personas de 194 países han debatido algo vital para todo el planeta: el mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. El objetivo es reducir en un 88 % las emisiones de CO2 y gases causantes del cambio climático, para intentar limitar el calentamiento global en “sólo” 2 grados centígrados para el año 2.050.El problema es que reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero cuesta dinero, fuertes inversiones en industrias y transportes más limpios, y los países retrasan sus planes por la crisis. Por eso, la Cumbre de Cancún sólo ha acordado “ganar tiempo” y retrasar una decisión global hasta la próxima Cumbre de diciembre de 2011 en Sudáfrica.
Hace un año, la anterior Cumbre de Copenhague terminó con duros enfrentamientos entre países ricos y emergentes, aunque 120 países se comprometieron a limitar sus emisiones de CO2. Pero la ONU ha advertido en Cancún que ese recorte es insuficiente y que al ritmo previsto sobrarían entre 5.000 y 9.000 millones de toneladas de CO2 en el año 2.020, más gases de los que emiten todos los coches del mundo. Por ello, piden que los países dejen de soltar dióxido de carbono con una reducción del 3,8% al año hasta 2020.
El problema es quien recorta las emisiones de gases. Los países en desarrollo piden a los países ricos que como contaminan más, recorten más. Y los países industrializados exigen que los emergentes sean transparentes con sus datos (China no deja auditar sus emisiones) y apuesten por un crecimiento más sostenible. En medio, Japón (con Canadá, Rusia y Australia) exigen a Estados Unidos y a los países emergentes (China, India, Brasil, Sudáfrica), que no firmaron el protocolo de Kioto de 1997 (origen de los recortes de emisiones en marcha), que o recortan todos o se rompe la baraja. Y EEUU, el segundo emisor de gases del mundo, tiene parada en el Senado (mayoría republicana) la Ley del Cambio Climático, con lo que Obama tendrá muy difícil ir más allá del recorte de emisiones del 17% que anunció en Copenhague.
La Unión Europea quiere dar ejemplo y ha propuesto en Cancún acelerar la reducción de gases del 20% prometido al 30% para 2020, pero siempre que los demás países aceleren también sus recortes,  algo impensable de momento. España lleva tres años rebajando sus emisiones, por la crisis (menos producción= menos contaminación) y porque las energías renovables generan ya un 27% de la electricidad. Pero queda mucho camino por delante: hasta 2050 deberá reducir sus emisiones a un ritmo anual del 3,4 %,
Al final, el recorte de emisiones es una cuestión de inversiones y de dinero, para reconvertir la industria y el transporte a un modelo menos contaminante. Los países ricos prometieron en Copenhague un Fondo Verde de urgencia de 30.000 millones de dólares (desembolsado en  una pequeña parte), para ayudar a los países emergentes a mitigar los efectos del cambio climático y proteger sus bosques, que sirven como “sumidero” para absorber los gases de efecto invernadero. Ahora, en Cancún han comprometido  otros 100.000 millones de dólares anuales desde  2020, pero no se ha concretado los países que pagarán y los que cobrarán.
La Cumbre de Cancún ha acercado posturas, pero ha pospuesto otro año más un compromiso para sustituir al protocolo de Kioto en 2012, agobiada por la crisis de los países desarrollados y la necesidad de crecer a cualquier precio de los emergentes. El mundo sigue sin tomar medidas drásticas y los expertos advierten: si los recortes de gases siguen al ritmo actual (aunque en Cancún han "propuesto" subirlos, del 11-16 % de Copenhague al 25-40% para 2020), llegaremos a una situación insostenible en 2034. Y la temperatura a finales de siglo subiría entre 2,5 y 5 grados, un drama para la salud de las personas y del planeta. Así que, con crisis o sin ella, no se puede bajar la guardia: cuando más se retrase el recorte, peor para todos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Autonomías endeudadas: el otro ajuste que viene

En medio de la crisis y de la tormenta de la deuda, un problema de fondo preocupa a los economistas y a los mercados: el despilfarro de las autonomías, cuyas cuentas pueden ser una bomba de relojería en los próximos meses. Ya se lo comentaron incluso los grandes empresarios a Zapatero en la Moncloa. La ministra Salgado ha conseguido un avance, al sacar a sus colegas autonómicos el compromiso de que publicarán trimestralmente sus cuentas. Pero de momento, en la foto de 2010, hay dos autonomías que tienen que tomar “medidas de calado”, porque tienen un “riesgo significativo” de no cumplir con el déficit previsto este año: Murcia y Castilla la Mancha. Y otras cuatro, tendrán que “hacer algo” para cumplir, aunque su riesgo es moderado: Comunidad Valenciana, Canarias, Galicia y Castilla León.
De momento, las autonomías señaladas con el dedo no se dan por aludidas e insisten que van a cumplir o que están en la lista negra por divergencias contables con el Gobierno central. Para forzarlas a “hacer los deberes”, la ministra Salgado ha anunciado ya que no permitirá endeudarse más este año a Murcia y a Castilla la Mancha. Pero sí al resto, con lo que las autonomías volverán a echar mano de las emisiones de deuda para cuadrar sus cuentas. De entrada, ya han emitido 27.226 millones de deuda este año y acumulan una deuda de 120.000 millones de euros, contando las empresas públicas autonómicas. Las autonomías más endeudadas son Cataluña (29.503 millones), Comunidad Valenciana (16.280), Madrid (12.592), Andalucía (11.472) y Galicia (5.544), aunque en deuda por habitante el ranking lo encabezan Cataluña, Baleares Comunidad Valenciana, Navarra, Castilla la Mancha y la Rioja.
Un total de 12 autonomías han emitido deuda en 2010, pagando para poder colocarla un tipo del 5,65 % (País Vasco) al 6,46% (Galicia). Con ello, compiten con el Estado central en captar fondos y encarecen la deuda española. Además, el País Vasco, Cataluña y ahora la Comunidad Valenciana emiten deuda para particulares (bonos patrióticos),compitiendo con bancos y Cajas (que se llevan un 3% en comisiones) y con la financiación de empresas y pymes, a las que encarecen el crédito (ya de por sí caro y escaso).
Cara a 2011, las autonomías tienen que seguir ajustando sus cuentas, recortando su déficit al 1,31 % del PIB para que España cumpla con Bruselas. Pero, de momento, 8 autonomías han aprobado unos Presupuestos que incumplen: Extremadura (2,30% déficit), Andalucía (1,55%), Navarra (1,53%), Cantabria (1,48%), Castilla y León (1,45%), La Rioja (1,43%), Canarias (1,40%) y Aragón (1,38%). Al Gobierno central sólo le queda la opción de presionarles y prohibirles que se endeuden. Pero eso no arregla el problema de fondo: tienen que intentar aumentar ingresos (impopular y difícil en plena crisis) o recortar gastos, que es la clave. Y no tanto en inversiones (harían caer a más empresas y perderse más empleos) como en gastos corrientes, entre ellos gastos de personal, muy abultados: en los últimos tres años, las autonomías han aumentado sus plantillas en 231.400 personas, mientras apenas crecían las del Estado (que debían haber caído) y las de los Ayuntamientos.
Bruselas, los mercados y la crisis va a obligar a un gran ajuste del llamado “Estado de las autonomías”, no tardando mucho. Haría falta un gran pacto político para poner orden en ingresos y gastos, para reducir la factura autonómica. Pero nadie quiere poner el cascabel al gato. Como en el caso de los Ayuntamientos, serán los hechos los que fuercen el ajuste, que vendrá por la sanidad y la educación, las dos grandes partidas del gasto autonómico. Murcia y Castilla-la Mancha ya han empezado a no pagar a farmacias y algunos medicamentos. La Comunidad de Madrid ha recortado un 4,8 % el gasto en educación para 2011.Y en Cataluña se ha hablado del copago en la atención sanitaria. De nuevo, por no tomarse decisiones económicas a tiempo, lo pagaremos todos en hospitales, medicinas, colegios y Universidades.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Generaciones perdidas

Tengo un amigo de 55 años en paro, tras haber cerrado su empresa y haber fracasado en su intento de montar una pyme con otros compañeros. Y su hija, de 25 años, está también sin trabajo, tras haber tenido varios subempleos, a pesar de tener una formación 2i (ingeniería informática). Es el caso de cientos de miles de familias españolas, donde alguno de los padres y de los hijos están sin trabajo. Y es que en España, 1.300.000 hogares tienen a todos sus miembros en paro. Y tres millones de familias tienen la mitad de sus activos sin trabajo.
El paro lleva dos años creciendo sobre todo en dos colectivos: los jóvenes y los mayores de 55 años. Entre los jóvenes de 16 a 25 años, casi 5 millones de españoles, la tasa de paro es del 42% en España, el doble que en Europa. Y si en los dos últimos años se han perdido en Europa 2,5 millones de empleos entre los menores de 25 años, la cuarta parte  (650.000 empleos) se han eliminado en España. Y la consecuencia es que muchos se desaniman: uno de cada seis jóvenes de entre 20 y 24 años ni trabaja ni estudia en España (generación ni-ni).
Sus padres, sobre todo si son mayores, lo tienen aún peor. Más de la mitad de los mayores de 55 años no trabajan en España (ni en Europa). El resto, la mayoría de este colectivo de otros 5 millones de españoles, están parados o jubilados. Y la mitad de los que están sin empleo, llevan más de dos años buscándolo. Pero lo tienen difícil  : o les dicen que tienen que reciclarse, que tienen “demasiada experiencia” o que con su sueldo pueden contratar a tres jóvenes (a los que tampoco contratan). Si se baja un poco más la edad, se ve que uno de cada tres parados tiene más de 45 años. Son 1.403.000 desempleados y la mitad de ellos se han quedado sin trabajo en esta crisis.
En definitiva, tenemos una economía (en todo el mundo, pero más en España) que no es capaz de dar trabajo a los más jóvenes y a los mayores de 45 años. Dos generaciones perdidas. El gran problema lo tienen los desempleados mayores, ya que tienen muy negra su jubilación, sobre todo si tienen que esperar hasta los 67 sin trabajo y cotizando menos en sus últimos años. Además, el problema se va a agravar en el futuro: los mayores de 55 años es el único grupo que va a crecer dentro de 40 años en España, mientras habrá porcentualmente menos jóvenes entre 16 y 25 años. Seremos un país con más viejos.
Algún día, más tarde que pronto, saldremos de la crisis, pero seguirá sin haber oportunidades para mi generación, los de 55 años, que ya tendrán 60, y se verán obligados a jubilarse más tarde y en peores condiciones. Será de verdad una generación perdida. La que no tiene que perderse es la generación más joven, abocada hoy al paro o al subempleo, sin poder abandonar la casa familiar, donde sus padres también sufren la crisis. Hay que buscarles una salida. No es este el mundo que quiero para mis hijos .Tienen ahora 7 años. ¿Qué les espera dentro de quince años, cuando busquen trabajo? No quiero ni pensarlo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Los parados más débiles pagan el penúltimo ajuste

Al final, la presión de los mercados obligó ayer a Zapatero a mover ficha e improvisar un “miniplan” de medidas de segunda, que apenas son paños calientes para una crisis de calado. Entre ellas, sólo dos medidas tangibles: ingresar 14.000 millones vendiendo lo poco que queda de “las joyas de la Corona” (parte de AENA Aeropuertos y Loterías del Estado) y ahorrarse 770 millones quitando 426 euros al mes a casi medio millón de parados de larga duración que no tienen ningún ingreso. El Gobierno vendió que “el paquetín” de medidas había calmado a los mercados, pero la realidad era otra: mientras Zapatero hacía alarde de ajuste y reformas en el Congreso, el Banco Central Europeo (BCE) estaba haciendo compras masivas de deuda (de Grecia, Irlanda y Portugal)  y lanzaba el mensaje de que si hacía falta, hoy jueves lanzaría su artillería pesada y compraría deuda de España e Italia. Mano de santo: los inversores no quieren pillarse los dedos, baja la deuda y suben las Bolsas.
ENRIQUE ORTEGA
En el camino, los parados de larga duración se quedan, desde febrero, sin el último recurso de llevarse a casa 426 euros sólo durante 6 meses (para comer y poco más), una ayuda que lanzó el Gobierno socialista a bombo y platillo en agosto de 2009 y que ha beneficiado a unos 700.000 parados que ya no cobraban el desempleo y que tenían que cumplir varias condiciones: menores de 30 años, mayores de 45 o parados entre 30 y 45 años con cargas familiares. Ahora, la supresión de la ayuda afectará a unos 440.000 parados en 2011 y ahorrará al Presupuesto unos 770 millones en 2011 (costaba 420 millones al semestre).
Un ahorro que es el chocolate del loro en un Presupuesto 2011 que gastará 315.000 millones de euros y que choca con las ayudas millonarias a las eléctricas o a las autopistas (al final, las han metido en…¡ la Ley Postal¡). Pero sobre todo, es que llueve sobre mojado. El Gobierno socialista lleva desde enero recortando la cobertura de prestaciones a los parados: gasta ahora 350 millones de euros menos al mes y en octubre, uno de cada cuatro parados registrado no cobraba nada (75% cobertura).Y si tomamos la cifra de paro estimado (EPA), 1.700.000 desempleados no cobran nada, sobre todo parados mayores, jóvenes, mujeres y autónomos. Ahora, además, no tendrán ni la limosna de los 426 euros. Y encima, sólo un 30% encuentran trabajo con el INEM.
El problema de fondo es que los recortes no van a quedarse ahí. Los mercados y los dirigentes europeos defensores de la ortodoxia económica neoliberal (culpable de esta crisis), van a seguir presionando. Querrán más sangre, a costa del Estado del bienestar, de nuevos recortes que volverán a afectar a los parados, a los pensionistas, a los empleados públicos, a los contribuyentes y, antes o después, a la sanidad y a la educación. Sólo hay una manera de evitarlo: un gran pacto nacional para poner orden en las cuentas públicas, no sólo del Estado central, sino también de las autonomías y de los Ayuntamientos. Y no sólo por el lado de los gastos, también los ingresos (reponer el impuesto del Patrimonio, por ejemplo, daría para pagar 426 euros a un millón de parados durante 2 años) .Y pactar reformas para consolidar el Estado del bienestar, no para desmantelarlo.
El problema vuelve a ser que nadie piensa en pactar nada y mientras, los mercados y la crisis nos llevan de ajuste en ajuste, sin un reparto equitativo de los costes. Ahora, el mayor riesgo para 2011 es que España no crezca lo que el Gobierno espera, como ya le ha advertido la Comisión Europea: si crecemos un 0,7% en vez del 1,3% previsto, habrá que recortar otros 4.000 millones para cumplir con el déficit comprometido con Bruselas. Y eso son palabras mayores, ya que ese ahorro es casi el triple del conseguido con la congelación de las pensiones o con la bajada de sueldos de los funcionarios. En ese escenario, habría que hacer recortes muy dolorosos y muy generalizados. Y con ello, menos crecimiento y más paro. Un coste demasiado alto como para no pensar con urgencia en otros Pactos de la Moncloa.

martes, 30 de noviembre de 2010

Ayuntamientos en bancarrota (y más en 2011)

Los 8.000 municipios españoles no saben cómo cerrar sus cuentas de 2010. Y sobre todo las grandes capitales, con Madrid a la cabeza, que llevan meses sin pagar a proveedores y adeudan 3.425 millones sólo a las empresas de limpieza. Pero el problema grave se va a dar en 2011, por la confluencia de tres factores: no van a recibir ni un euro del Plan E (que les aportó 8.000 millones en 2009 y 5.000 en 2010), les tocará  incluso devolver dinero al Estado (porque las entregas a cuenta recibidas en 2010 han sido superiores a lo recaudado) y muchos Ayuntamientos (Madrid y Valencia entre ellos) no podrán refinanciar su deuda no amortizada en 2010, con lo que tendrán que destinar liquidez a pagar a los bancos y no a los proveedores, muchos de ellos pymes que tendrán que cerrar.
ENRIQUE ORTEGA
Un panorama desolador, fruto de dos décadas de crecimiento vertiginoso del gasto municipal, derivado en buena parte del “espejismo” por  los ingresos del boom inmobiliario. Así, entre 2001 y 2008, el gasto municipal creció un 72 %, empujado no sólo por dispendios sin sentido (orquestas a 2 millones de euros para las fiestas, por ejemplo) y obras faraónicas (sólo el soterramiento de la M-30 en Madrid ha costado 6.000 millones de euros), sino también porque los Ayuntamientos han asumido servicios que deberían prestar el Estado o las autonomías y que ofrecen ellos porque sufren más de cerca “la presión del ciudadano”: ayudas sociales, equipamientos, educación, sanidad, servicios sociales… Ofrecen hasta un 35% de “servicios impropios”, según un estudio del REAF.
Con la crisis, los Ayuntamientos han visto caer en picado sus ingresos (sobre todo los del ladrillo) y les han crecido incluso los gastos, por las mayores demandas sociales. Y todos han aplicado cuatro recetas: reducir inversiones, retrasar pagos, intentar sacar más dinero a los contribuyentes y endeudarse. Con ello, la pelota de la deuda municipal ha crecido hasta 36.521 millones de euros y casi un tercio lo deben 6 grandes capitales: Madrid (7.145 millones),  Valencia (862), Barcelona (794), Zaragoza (760), Málaga (712) y Sevilla (519).  
El Gobierno ha querido atar corto a los Ayuntamientos (a los que ya la ley sólo permite endeudarse en un 110% de sus ingresos), con un real decreto por el que los más endeudados tienen que amortizar su deuda antes del 31 de diciembre y no pueden refinanciarla (algo que sí se permite a las autonomías y al Estado). Con eso quiere tranquilizar a los mercados y dar buena imagen exterior, pero la realidad es que hay muchos Ayuntamientos en bancarrota, lo que va a agravar la crisis y el desempleo. Por eso hace falta un Plan de choque realista para ajustar las cuentas de las grandes ciudades. Y eso pasará por reajustes en las cuentas a cambio de ayudas. Madrid y Valencia serían como Grecia e Irlanda y el Gobierno central tendría que hacer de Bruselas.
Pero eso no basta. En paralelo hay que reformar la financiación local, acordando los servicios que han de prestar los Ayuntamientos y cuáles las autonomías y el Estado. Los municipios tienen que poder gestionar sus ingresos, ya que ahora sólo recaudan con impuestos y tasas la mitad de sus ingresos (la otra mitad son transferencias). Una vez hecho el reparto, habrá que ajustar el mapa impositivo, para que los ciudadanos no paguemos dos veces o tres (al Estado central, a las autonomías y a los Ayuntamientos). Que sepamos de verdad  lo que nos cuesta vivir en nuestra ciudad. Y con ese dato, votaremos mejor en las municipales del 2011.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Menos mal que nos queda Portugal

Tras otra semana de infarto en la crisis de la deuda, a pesar del rescate de Irlanda, todo el mundo mira a Portugal y a España, como los próximos en “caer”. Portugal no es Irlanda: menos deuda, menos déficit, una banca bastante saneada y un Gobierno que ha hecho los deberes este viernes, aprobando un duro Presupuesto 2011 (menos gastos e inversiones, bajada de salarios, congelación de pensiones y subida de impuestos), que cuenta con el apoyo tácito (abstención) de la oposición. Pero los rumores interesados apuntan a que tendrá que ser rescatado por Bruselas. Pero si vuelve el baile, que volverá, Portugal no será un cortafuegos:  España es la gran pieza a cobrarse y los mercados tienen más que ganar con nosotros.
Ahora, a los inversores les sale más a cuenta especular con España porque nuestro mercado es más liquido(es más fácil entrar y salir) y mueve nueve veces más volumen que los de Irlanda, Portugal y Grecia juntos. O sea, se puede ganar (y perder) más. Los inversores especulan con España por tres caminos. Uno, vendiendo y comprando luego deuda pública por la que ya piden una rentabilidad del 5,2 % (un 30% más que hace mes y medio). Eso va a costarnos como país unos 2.000 millones más este año, que ellos se ganan. El segundo,  comprar un seguro (CDS) que protege de un posible impago de la deuda: cuando suena que van a rescatar a un país, el seguro sube (hasta un 53 % estas semanas) y ellos ganan. Y el tercero, entrar en Bolsa, pero apostando a la baja: piden prestado un valor, lo venden y al cabo de un tiempo lo vuelven a comprar para devolverlo. Si tomaron el BBV a 9 euros, por ejemplo, buscan que baje hasta 7,50, como ha pasado y lo recompran con euro y medio de beneficio. Todos los días, varios fondos agresivos juegan así con los bancos españoles y han hecho perder ya a 55.000 millones a la Bolsa española, a 4 millones de ahorradores.
A río revuelto, ganancia de especuladores. Es legal (mientras el G-20 no tome medidas) y no se puede poner puertas al campo. Máxime cuando España necesita colocar el año 2011 casi 200.000 millones de emisiones brutas de deuda, el doble que este año. La cuestión es cómo convencer a los inversores que es rentable comprarla más barata (o al menos, que no se encarezca más). Hacen falta hechos, no palabras. Hacerles ver que tenemos una política económica seria y que no les va a ser rentable especular contra España. Aquí, Europa podría echarnos una mano, si el BCE compra deuda española, para bajar los precios.
España no es Irlanda y hay datos que deberían calmar a los mercados, como que el déficit público ha caído a la mitad hasta octubre, que la deuda pública es más baja que la alemana (62% del PIB frente a 75%), aunque ha crecido mucho y que tenemos los bancos más saneados de Europa. Pero da igual. Los mercados saben que especulando contra España ganan el premio gordo. Pero la Unión Europea debe darse cuenta de que si cae España, se rompe el euro. Y los costes serían demasiado altos para todos (sólo la banca alemana tiene 136.000 millones de deuda española, otros 121.000 la francesa y 83.000 más la británica). Ahí es donde tendría que presionar Zapatero, aunque le falta peso político y credibilidad ante Merkel, Sarkozy y el BCE. Tendría más si la presión a Bruselas la hiciera de la mano de Rajoy, con un frente común para salvar la economía, que sería el mejor mensaje a los mercados.
Todo apunta a que Bruselas seguirá sin tomar decisiones firmes y unitarias para dar confianza y que en España, el debate político impedirá un frente unido para sacar adelante el país. Con ello, los mercados seguirán a lo suyo, a presionar para ganar más, y no habrá una tregua estable. Nos costará más financiar la deuda, los bancos y empresas sufrirán los efectos de un dinero más escaso y más caro, y se agravará la crisis. Un panorama que nos lleva, antes o después,  a nuevos ajustes, a más recortes, a menos crecimiento. Y a salir más tarde de la crisis.    

jueves, 25 de noviembre de 2010

Eléctricas: su deuda la pagaremos en el recibo

En plena crisis de la deuda, ha pasado desapercibida una noticia que nos afecta a todos (y a la deuda española): este martes negro, la CNMV aprobaba la emisión de deuda de las compañías eléctricas, por un importe de 13.500 millones (ampliables a 25.000 millones), a 15 años. Lo novedoso de esta emisión, bendecida por el Gobierno socialista y el BCE, es que “esa deuda se financia con cargo a la tarifa de acceso eléctrica que pagan todos los consumidores”. En cristiano: que las eléctricas consiguen liquidez, los inversores rentabilidad, los bancos ganan comisiones (por colocarla) y nosotros, los 27 millones de usuarios de la luz pagaremos los intereses y el principal durante los próximos 15 años.
La historia se remonta a 1.999, cuando el Gobierno Aznar está obsesionado en entrar en el euro y mantenerse dentro, para lo que tiene que bajar la inflación como sea. Y una forma de conseguirlo es subiendo poco las tarifas de la luz. Pero a cambio, les reconoce a las eléctricas el derecho a cobrar la diferencia entre el coste real y la tarifa, el llamado “déficit tarifario”. Algo discutible, ya que no se aborda si los costes están justificados (tenemos exceso de capacidad, una producción ineficiente y un sistema de precios fijado sobre el kilovatio más caro de producir).
El caso es que la subida del petróleo y la contención de tarifas van creciendo la bola del “déficit tarifario” y el Gobierno socialista ya toma una primera medida, en 2006: compensar a las eléctricas del déficit tarifario de 2000 a 2005, permitiéndolas que lo convirtieran en títulos y que los consumidores pagáramos los intereses en la factura. Basta mirar el recibo y algunas compañías informan que casi la mitad (48%) no es para pagar los costes de suministro.
Pero la bola del déficit tarifario seguía creciendo y entre 2006 y 2010 ha llegado a 17.624 millones. Las eléctricas lo tienen apuntado en su activo (“ingresos pendientes de cobro”), pero sin valor real. El Gobierno socialista aprobó en abril de 2009 un real decreto para convertir este déficit en ingresos: el déficit tarifario se lleva a un Fondo y ese Fondo emite deuda, “papelitos”, que se colocan entre los inversores. Las eléctricas van a ingresar así 13.500 millones de momento (25.000 hasta 2012), que se repartirá sobre todo entre Endesa(52%), Iberdrola(30%) y Gas Natural (11%), tres compañías que llevan ganados este año 6.613 millones.
Esta deuda eléctrica ha recibido el aval del BCE (máxima calificación) y contará con el aval del Estado, un crédito del ICO de 2.000 millones y una partida de 5.000 millones en el Presupuesto 2011. Pero quién pagará a los inversores que compren esta deuda seremos los usuarios de la luz. En un cálculo grosero, la factura de hacer frente a los intereses y amortización de estos 25.000 millones de deuda será de unos 1.000 millones de euros al año durante 15 años. O sea, 37 euros por usuario, 3 euros más en el recibo de cada mes. El primer susto lo tendremos en enero, con una subida de la luz de más del 6%. Y eso cuando tenemos una electricidad que es la novena más cara de Europa para consumidores y la cuarta más cara para la industria.
Y esto es hasta 2012 (aunque estemos pagando la hipoteca eléctrica hasta 2025). A partir de 2013, Europa dice que se fijen tarifas según el mercado. Y para no tener que hacer más cambalaches, el Gobierno y CiU han propuesto un Pacto energético, que no apoya el PP. Vuelve a repetirse el tema de las autopistas: ayudas públicas que pagamos todos y el PP en desacuerdo (el mundo al revés). Seguro que habrá nuevas ayudas encubiertas al sector y seguro que lo acabamos pagando en el recibo. Quizás no haya más remedio y sea el precio a pagar para tener luz. Pero que no lo hagan de tapadillo y nos lo expliquen clarito.

martes, 23 de noviembre de 2010

La salida de la crisis se retrasa hasta el 2012

Empiezo con una buena noticia económica (y mira que hay pocas): las grandes empresas españolas, las 130 que cotizan en Bolsa, han aumentado sus ventas hasta septiembre un 12 % y sus beneficios un 22%, cuando hasta junio ganaban sólo un 5% más. Todo apunta a que las grandes empresas han hecho ya su ajuste, tras dos años reduciendo deuda, vendiendo lo que han podido, recortando costes (y plantillas) y pagando casi los mismos salarios.
Hasta aquí bien, porque el ajuste de las empresas es la primera condición para salir de la crisis. Pero estamos hablando de las grandes empresas, que han tenido una válvula de escape para salir del túnel: exportar, vender fuera más que dentro en muchos casos. Y ese no es el caso de los millones de empresas restantes, medianas y pequeñas, ya que sólo 40.000 empresas exportan habitualmente en España. A la mayoría, aunque también están más saneadas que hace dos años (las que no han cerrado por el camino), les falta algo fundamental para salir adelante y crear empleo: vender.

Y aquí, la última noticia es muy mala: el consumo ha caído en el tercer trimestre, por primera vez en un año. No es extraño, ya que los españoles con trabajo se han encontrado con una subida del IVA en julio y con que sus sueldos o han bajado (un 5 % para 4 millones de funcionarios) o han subido menos que la inflación (1,3 % este año, frente a un IPC del 2,3%), con lo que han perdido poder adquisitivo. Además,  se han quitado las ayudas a la compra de coches y el sector público ha recortado también sus gastos por el ajuste fiscal.
Con el miedo al paro, los salarios bajos (el 58% de los ocupados gana 1.000 euros al mes o menos) y que apenas van a subir (o que bajan),  las pensiones  congeladas y 4,600.000 personas desempleadas, no parece que el  consumo se vaya a reanimar en lo que queda de año. Ya se anticipan las terceras Navidades en crisis, con un 11% menos de ventas. Y tampoco se ve una recuperación del consumo en 2011. Las ventas fuera de España tampoco ayudarán mucho, porque Europa y Estados Unidos están creciendo menos de lo esperado.
Sin consumo, ni de las familias ni del sector público (con los Ayuntamientos y autonomías en números rojos), resulta difícil que las empresas, aunque estén más saneadas, vendan e inviertan. Y menos con el dinero  caro y escaso, aún más en 2011, porque el BCE está cerrando el grifo a los bancos y persiste la crisis de la deuda y la falta de credibilidad económica de España. Por eso, la OCDE nos acaba de dar la peor noticia del año : España apenas crecerá en 2011 (0,9 %) y habrá que esperar a 2012 para crecer algo más (1,8%) y crear empleo, quizás para el verano, aunque no creen que empecemos a bajar el paro de forma significativa hasta finales de 2012. O sea que tenemos año y medio más de crisis, por lo menos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

La aventura de crear una pequeña empresa

La creación de nuevas empresas ha caído en septiembre un 2,5%, tras ocho meses subiendo, como válvula de escape a muchos parados y jóvenes que tratan de buscarse la vida montando un negocio. Precisamente, tengo un amigo en paro que acaba de crear  una empresa, con otro socio. Y está siendo  toda una aventura.
ENRIQUE ORTEGA
Lo primero es ir al Registro Mercantil, a ver si el nombre está libre y registrarlo: 15,95 euros. A los dos días te lo dan y ya puedes registrar la empresa. Un sistema  cómodo es hacerlo a través de un punto de atención de CIRCE, el programa del  Ministerio de Industria para el registro electrónico de empresas. Mi amigo y su socio pidieron cita  y les acompañé, con una serie de documentos (registro, DNI, Seguridad Social, objeto  social…). Una funcionaria les rellenó un programa en el ordenador y salieron con una cita dos días después en un notario. Antes, tenían que abrir una cuenta e ingresar el capital mínimo exigido para una SL: 3.000 euros.
Los nuevos empresarios llegaron al notario y ¡sorpresa ¡ : no sabían nada de la escritura. Les explicaron que “era un sistema nuevo y que no les habían avisado”. Esperaron y al final firmaron. Dos días después tenían el CIF y en dos semanas la escritura (Notario: 446,62 euros).

Hay que seguir. Volver a hablar con la Caja, para buscar un sistema de cobro de recibos a clientes cuando los haya: un coste al mes, más tanto por recibo devuelto. ¿ Y dinero para hacer frente a los pagos de proveedores? Les dicen que “el crédito es complicado y tarda”, pero se puede pedir uno al ICO, al crédito oficial. En la solicitud hay que poner los bienes de que se dispone y firmar hasta las mujeres. Y a esperar. Mientras, hay que buscar una gestoría, porque hay que cumplir múltiples trámites legales  y hacer frente a las primeras declaraciones a Hacienda, antes de que acabe el año. Son 120 euros al mes, por lo barato.
Y luego hay que registrar dominios, encargar un logotipo y una Web, otros 1.500 euros si se hace medio bien (por eso, en España, la mitad de las pymes no tienen Web). Y eso sin contratar personal y sin tener una oficina: mi amigo se reúne con su socio en cafeterías de  hoteles con Wifi. “Hasta ahora, sólo hemos pagado y todavía no hemos facturado un duro”, me comentan. Y aún no han conseguido aclararse con la maraña de ayudas públicas.
Y así, miles de profesionales cada día, intentando auto emplearse y salir adelante, luchando contra la burocracia y el papeleo: en España, la media para abrir un negocio es de 47 días, frente a 13 días de media en la OCDE. Y las licencias pueden retrasar una apertura hasta dos meses. Y buscando financiarse sin conseguirlo, sin saber cómo resolver el problema de pagar ya a los proveedores y no saber cuándo se va a poder cobrar a los clientes. Sin ayudas ni formación para  sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías.  Y sin un contexto social y político que les apoye, más allá de las grandes palabras a favor de las pymes.
La solución pasa por “mimar” a quien quiera abrir una empresa, facilitarle todos los trámites  de verdad en un solo lugar, quitarle costes, facilitarle un local y los servicios más urgentes. Y no cobrarle impuestos el primer año o mientras cree empleo. Así nacerían más empresas. 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Autopistas: más ayudas ahora y subidas en enero

Vuelvo al tema de las ayudas públicas a las autopistas de peaje, porque hay novedades: el PP vetó el martes por la noche una enmienda pactada con PSOE y CiU para dar en el Presupuesto 2011 nuevos créditos a ocho concesionarias de autopistas en apuros. Es el mundo al revés: la derecha, contra las ayudas a empresas (y contra la congelación de las pensiones…). Y eso a pesar de que en el Presupuesto de 2010, la única enmienda que el PP votó de acuerdo con el PSOE fue un crédito de 250 millones para las autopistas. Ahora, el Gobierno busca meter de matute las ayudas en otra Ley, pero ayudas habrá.
Las ayudas a ocho concesionarias de autopistas serán de dos tipos. Unos créditos son para compensarlas del mayor coste de las expropiaciones, que se han multiplicado por siete debido a la Ley del Suelo de 1998, aprobada por Aznar (el recordatorio en el Congreso parece que fue lo que enfurruñó y cambió el voto del PP), y que han hecho ricos a algunos propietarios de suelo. Y otros créditos son para compensarlas  de que pasen menos coches de los previstos. En total, 800 millones de euros entre 2010 y 2012, a devolver al Estado (con intereses) en 40 años con lo que saquen por los peajes. Más que el Presupuesto de Cultura.
El problema no es que las autopistas no tengan tráfico, sino que se planificaron mal, en plena euforia del crecimiento y con la presión política/de imagen de las autonomías del PP: 6 de las autopistas con problemas están en la Comunidad de Madrid y las otras dos en Alicante y Murcia. Pero la clave real es que el negocio de las autopistas no está en su explotación sino en su construcción: Yo gano al hacerla y si luego no tiene tráfico, no es mi problema.
Baldomero Facones, presidente de FCC, una de las constructoras que tiene una autopista con problemas, ha dicho que “es poco dinero” y que si no se arregla el problema “se dañaría la imagen y credibilidad de España”. Si es poco dinero, ¿por qué no lo ponen las constructoras que son dueñas de las concesionarias?. Un dato: las 7 constructoras que están detrás (FCC, Acciona, Abertis, Sacyr, ACS, OHL y Ferrovial) llevan ganados este año 2.628 millones.

El argumento de las autopistas valdría para los concesionarios de coches, las inmobiliarias y miles de tiendas y pequeños negocios: “Vendo menos, ayúdenme”. Pero ellos, suspenden pagos o cierran, simplemente. Las concesionarias tendrán un trato especial porque es mejor darles estos créditos (que no aumentan el déficit público) que dejarles quebrar y cargar con 5.000 millones entre deudas y pago de expropiaciones (que serían más déficit). Pero no deja de ser un parche, que se suma a los privilegios de las autopistas desde los años setenta.
Y la coda final: en enero subirán los peajes, en todas las autopistas, pero más en las ocho concesionarias con problemas. Entonces apoquinaremos todos.

martes, 16 de noviembre de 2010

España y el efecto mariposa de la crisis irlandesa


Irlanda ha ganado tiempo esta noche en Bruselas, al rechazar solicitar formalmente la ayuda de la Unión Europea. Se ha resistido como gato panza arriba (antes tigre celta), pero al final ha tenido que aceptar el envío a Dublín de una de una misión de la Comisión Europea, el BCE y el FMI para discutir sobre la situación y el apoyo a los bancos irlandeses, que pueden necesitar otros 50.000 millones de euros de ayudas, además de las inyecciones de dinero ya recibidas del Gobierno irlandés (hasta 286.000 millones de euros, el 170% del PIB de Irlanda), que han  colocado el déficit público en el 32% de su riqueza.

 Ilustración: Enrique Ortega
Bruselas, una vez más, ha cerrado en falso la crisis, al dejar a Irlanda, un país con menos de 100 años de independencia, salvar la cara de la “soberanía” ante sus electores (al menos hasta que pasen las elecciones parciales del 25 de noviembre). Pero nadie pone en duda que habrá un plan de salvación o rescate para Irlanda, aunque la ayuda se venderá como créditos para salvar la banca. Al final da lo mismo, porque será el Estado irlandés (sus contribuyentes) los que tendrán que devolver los millones. Pero nadie da dinero sin condiciones (y menos Alemanía, que pondría la cuarta parte), así que Irlanda tendrá que anticipar y endurecer  su plan de ajuste previsto para diciembre: recortar más gastos y salarios y aumentar impuestos. 

Irlanda ha acabado aceptado un rescate de tapadillo  por la presión del Banco Central Europeo (BCE), que estaba manteniendo a los bancos irlandeses con inyecciones de liquidez que mantenían vivo al enfermo pero que se convertían en una burbuja peligrosa. Y sin liquidez, la banca irlandesa hubiera engordado aún más la pelota de la deuda de Irlanda, que ya nadie se atrevía a financiar (incluso al 8,36% de interés).Y eso era la quiebra del país.Ahora, milagros de la economía, Gran Bretaña quizás también aporte dinero al rescate de Irlanda, cuando no quiso ni oír hablar de participar en el rescate de Grecia. Claro que aquí, es el principal acreedor de Irlanda y sus bancos están contagiados por el virus celta.
La Unión Europea ha sido incapaz de lanzar un mensaje firme y claro a los mercados, con lo que refuerza la falta de liderazgo de una región que apenas crece, sin cohesión política y económica, incapaz de aprobar su Presupuesto para 2011(han prorrogado el de 2010). Y han sentado un grave precedente : si han sido capaces de dejar pudrirse la situación en Irlanda (haciendo ganar más dinero a los especuladores de bonos), se puede repetir la jugada en otros países.
Mientras se concreta el plan de ayuda para Irlanda, las miradas se centran ahora en Portugal, que tiene todas las papeletas para abrir el próximo “baile”, a pesar de que ha aprobado ya dos paquetes de ajuste y un duro Presupuesto para 2011 que ha contado con el apoyo tácito(abstención) de la oposición. Portugal no es Irlanda, su agujero fiscal es menor y la banca no está tan tocada, pero al final, si se les encarece la deuda (ahora la colocan al 6,95 % frente al 8,36% de Irlanda y el 4,60% de España), el proceso de deterioro puede ser muy rápido. Y España es el primer acreedor de Portugal, con 6.500 millones de euros.

Al final, España no es Irlanda ni Portugal, pero la crisis de la deuda nos afecta de lleno. De entrada, además de la caída de la Bolsa (que afecta a 4 millones de accionistas), esta crisis ya está encareciendo el dinero al Estado (deuda pública), a las empresas y a los particulares, con lo que el crédito va a ser aún más escaso y costoso. Además, si el euro se debilita, nos costarán más las importaciones y pueden subir la energía y muchos precios. Y todo ello será una zancadilla para el crecimiento y el empleo. Pero lo peor es que si la tormenta europea no amaina y seguimos en el punto de mira, Zapatero se verá obligado a presentar un ajuste adicional y hay pocos sitios donde hacerlo: seguro de paro, pensiones o sanidad.  Es el efecto mariposa de la crisis de Grecia e Irlanda. Que es la crisis del modelo europeo actual, incapaz de afrontar la crisis unidos y con decisión.